Frustración y pesimismo
La frustración que afecta al pueblo dominicano en lo tocante a la política de sus gobernantes tradicionales, ha generado un pesimismo colectivo paralizante. Un pesimismo que obnubila el pensamiento de la gente, la embrutece y no le permite ver salida a las crisis que le afectan, haciéndole sentir que todo está perdido; que nadie sirve, que no hay líder sano, ni orientación ideológica, ni camino que le permita superar su situación, y por lo tanto no vale la pena luchar por nada. Conocedor mas que nadie de la psicología de masas y la propaganda política aplicada al contexto socio-cultural y económico en que se viva, Leonel dice que el PLD gobernará por 40 años consecutivos sobre el país, haciendo que los dominicanos víctimas del pesimismo, que son la mayoría, se desarmen, se rindan y actúen como si estuviéramos condenados a vivir de cualquier manera bajo las férulas del PLD, gobernando él o de lo contrario Danilo. Lo que no es verdad. La verdad es que vivimos en un escenario “democrático” amenazado por fuerzas de espíritu totalitario que actúan con vientos soplados por la insensatez y egoísmo de la mayoría de los jefes políticos de oposición, incapaces de ceder nada en lo personal en beneficio de lo nacional revolucionario, aún sabiendo como de seguro saben, que en las presentes circunstancias nadie le ganaría unas elecciones al PLD y que por tanto todos perderíamos de igual manera. Si entendieran esta situación, muchas veces advertidas por el licenciado Hatuey De Camps presidente del PRSD, aun dividido el PRD en lo tocante a su dirección, podrían unirse tácticamente: el PRD presidido por Miguel Vargas y la Convergencia de Hipólito Mejía y Luís Abinader, en la seguridad de que derrotarían al PLD con cualquiera de sus candidatos, que dicho sea de paso, además de sus capacidades, que son muchas, cuentan con el apoyo del Estado y sus ingentes recursos. Esa sería la única forma de matar la frustración y el pesimismo que paraliza la acción revolucionaria de las grandes masas dominicanas, al tiempo de llenarlas de entusiasmo, voluntad política y confianza en un futuro mejor. No hacerlo sería ponerse de espaldas a los intereses democráticos del país. Una conducta que merece castigo. b_gamundi27@yahoo.es