Fideicomisos públicos (OPINION)

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EL AUTOR es administrador financiero, contralor general de la República. Reside en Santo Domingo.

Sin lugar a dudas, el tema de los fideicomisos cae hoy dentro de los tópicos de palpitante actualidad debido al interés que estos ha concitado entre  legisladores y políticos de los partidos contrarios a la presente administración del Estado dominicano, criticando estos vehementemente con el propósito de que la ley sobre la materia no sea aprobada por el Congreso Nacional por un interés meramente político.

Posiciones adversas no han faltado contra el señalado tema y dicho sea de paso las mismas carecen de legitimidad y que a pesar de ello deben admitirse en razón de que se vive en un país democrático, en el que deben acogerse todo tipo de críticas, sean estas constructivas o sin ningún asidero o fundamento y, más aún dentro del marco de un gobierno que se caracteriza porque constantemente pone los oídos en el corazón del pueblo y trabaja a favor del bien común.

Mucho se ha reflexionado sobre esta figura jurídica-financiera (fideicomiso), al extremo de que la misma ha sido satanizada, argumentando que los fideicomisos solo favorecen al sector privado, aunque en gobiernos anteriores han sido ejecutados sin mayores contratiempos.

Inclusive, los actuales fideicomisos se han ejecutado sin ninguna regulación rigurosa, mientras la administración Abinader, interesada en que se hagan las cosas con la mayor transparencia, justifica la aprobación en el Congreso de la ley de fideicomiso, a los fines de que se regularicen y fiscalicen a través de la Contraloría General de la República.

Así como por la Cámara de Cuentas y las Superintendencias de: Bancos y Mercado de Valores de la República Dominicana. Esta última superintendencia en caso de que los fideicomisos emitan deuda pública a través de los mercados de capitales.

Con dicha aprobación, las compras y contrataciones que se lleven a cabo de ahora en adelante, estarán sujetas a la Ley Núm. 340-06 (Compras y Contrataciones y su reglamento, evitando con ello la comisión de actos de corrupción.

De igual manera todos los fideicomisos, de aprobarse la susodicha ley, tendrán que rendir cuentas ante los dominicanos a través de los mecanismos correspondientes, tal como norma la Ley Núm. 200-04 sobre libre acceso a las informaciones públicas.

Con esa regulación, (12 fideicomisos existentes hasta ahora  y los venideros), se evitaría que se permitan irregularidades como las que en pasados gobiernos recientes se cometieron, pues  hay una máxima que reza que: “lo que no está prohibido está permitido”, pero desde que se apruebe dicha ley de fideicomisos, no se permitirá ninguna acción que no esté establecida.

Actualmente, la oposición política se pronuncia en contra del indicado anteproyecto de ley que aún cursa en la Cámara de Diputados, después de haber sido aprobada por el Senado de la República, aduciendo que ésta no debe ser implementada ya que la misma adolece de una serie de irregularidades o debilidades: permitir endeudar el país de forma exorbitante e irresponsable y  no estarían sujetos a la Ley Núm. 340-06 y su Reglamento, sobre compras y contrataciones (argumentos más alejados de la realidad)

Los fideicomisos tienen justificación, no solo en la República Dominicana, sino también en muchos países donde éstos hoy se  ejecutan exitosamente y han rendido los resultados esperados.

El propósito de esta figura jurídica-financiera, se basa en que los proyectos, planes y programas se ejecuten con apoyo del Estado (fideicomitente) que transfiere recursos para que a través de una fiduciaria que administre los mismos, los fideicomisarios, puedan llevar a cabo dichos proyectos sin beneficiarse de éstos, cumpliendo al pie juntiña: las metas, objetivos, misión y visión de los mismos, a favor de todos los dominicanos que a la postre serán los beneficiarios.

La parte negativa de las críticas que hasta ahora se han vertido en contra de los fideicomisos, ha sido precisamente de índole política. Los partidos que protagonizan las mismas desorientando o confundiendo al país, ya que al hacer éstas, las mismas carecen de fundamentos, pues el actual anteproyecto de ley contiene los mecanismos que permiten supervisar y regular los susodichos fideicomisos, evitando con ellos poner en riesgo  los fondos correspondientes a todos los dominicanos,  transferidos a las fiduciarias para su administración.

Se ha levantado un gran revuelo y una campaña maliciosa de parte de los  integrantes de los dos principales partidos de la oposición, que lo único que hacen con dichas críticas infundadas, es evitar que las obras civiles y las adquisiciones de servicios que se requieren, no se lleven a cabo en tiempo oportuno por las bondades políticas envueltas en las ejecuciones exitosas de las mismas, favoreciendo políticamente a la actual administración del Estado en contra de sus oponentes. Todo esto se reduce a antagonismo y celos políticos.

Es menester reiterar, que de aprobarse la propuesta ley de fideicomisos, tal como ha sido presentada al congreso para su sanción,  muchos de los proyectos que requieren o reclaman el pueblo dominicano, se llevarían a cabo en tiempo record, cosa que no le favorece a la oposición ya que ésta siempre apuesta al fracaso de las ejecutorias del superior gobierno.

La oposición política o cualquier ciudadano dominicano, está en pleno derecho de solicitar que al anteproyecto ley de fideicomisos le sean introducidas mejoras a los fines de que dicho instrumento sea el producto del consenso de las partes intervinientes y de cuatro ojos ven más que dos ojos. Se recuerda que el país goza de amplias libertades y democracia.

La administración Abinader se encuentra comprometida en proporcionarles una mejor vida a los dominicanos mediante acciones y obras de bien e interés común y no particular.

La figura de fideicomisos tiene razón de ser, por el hecho de que a través de ésta se llevan a ejecución: proyectos, obras, compras de bienes y servicios que de ejecutarse en el marco de la actual burocracia estatal, conlleva mucho tiempo su realización, no así a través de los fideicomisos los que flexibilizan los proyectos en tiempo, dinero y todos los procesos que estos conllevan.

La oposición política no debe temer en sancionar positivamente dicha ley de fideicomisos, pues el gobierno que preside el ciudadano presidente de la República, Luis Rodolfo Abinader Corona, ha dado muestras de ser un estadista: honesto, trabajador y humilde, que lo único que le apasiona es trabajar 24/7 a favor del pueblo dominicano.

La figura del fideicomiso, ha sido una excelente idea cuando de fluidez, agilidad, eficiencia y efectividad se trata, en el momento de ejecutar algún proyecto.

El darle uso al capital público, con menoscabo de hacerle fiesta, bajo el criterio de custodiar los fondos del erario, que aportan los dominicanos a través del pago de impuestos y aranceles, es la responsabilidad de un gobierno nacional o municipal que debe emplearse a fondo en administrar los mismos  y que se tilde de honesto, garantizando la ejecución de los proyectos en el menor tiempo posible, para que todo un pueblo se beneficie de sus obras y sus retornos.

De manera, que si se extrae el ingrediente político del conocimiento del anteproyecto de ley de fideicomisos, dicha pieza sería aprobada por el Congreso Nacional de manera: rápida y veloz, unánime, bien consensuada y sopesada, a los fines de que el país sea el único beneficiario de las bondades de la misma.

Se exhorta a manera de arenga desde esta columna, aprobar el anteproyecto de ley de fideicomisos, que sin lugar a dudas vendría a favorecer a todos los dominicanos.

Hoy la oposición política acusa al gobierno de querer beneficiar al sector privado cuando es todo lo contrario lo que desea la oposición es ponerle trabas al superior gobierno para que no ejecute los proyectos del interés del pueblo dominicano.

No siempre se debe llevar la contraria, sólo por oponerse simple y llanamente a alguna iniciativa que no beneficie el interés particular, pues el pueblo no merece que se le retrasen las obras que necesitan en el menor tiempo posible y que a través de la figura jurídica-financiera o fideicomisos, estas podrían llevarse a cabo disminuyendo los procesos burocráticos que obstaculizan su realización

felix.felixsantana.santanagarc@gmail.com

jpm/am

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Johnny SÁNCHEZ hijo
Johnny SÁNCHEZ hijo
1 Año hace

Claro Ud ES FUNCIONARIO, DEFIENDE SU CARGO y AMIGOS, espere
análisis de mi papi, ese no esta en gob y es imparcial, le reta a un debate sobre el tema

Johnny hijo
Johnny hijo
Responder a  Johnny SÁNCHEZ hijo
1 Año hace

en todos los procedimientos de compra de bienes y contratación de personas físicas o jurídicas para la ejecución de obras o prestación de servicios sería el Comité Fiduciario el responsable último de la tomas de decisión”. Este órgano lo integraban cuatro ministros y un director general. Freund explica que el Comité Fiduciario tenía bajo su responsabilidad los gastos operativos del fideicomiso, autorizar los presupuestos de los proyectos, de las obras de infraestructuras y otras obras civiles y definir mediante reglamento interno, memorándum o instructivo, la normativa y los procedimientos para los procesos de compras de bienes o contrataciones de servicios.… Leer mas »

Carlos
Carlos
1 Año hace

Ninguna nacion democratica puede ser sometida a una gobernanza a traves de fideicomisos, embargando las propiedades publicas que nunca regresan. Preguntese ¿donde estan laz propiedades de que dejo trujillo?
La repuesta es: en manos privadas y no producen ni un centavo para el pueblo.

Rafael
Rafael
1 Año hace

Los Fideicomisos son sin dudas, una expropiación del patrimonio público, el Estado hace las inversiones y asume las deudas, pero son los empresarios fideicomitentes quienes se llevan los beneficios.

En la práctica, los Fideicomisos son como la mujer casada que también tiene un amante, el esposo compra la casa, la mantiene, pero es el chulo quien se lo mete.

Miguel Espaillat
Miguel Espaillat
1 Año hace

Este…uno más que vendió su alma al diablo y que cree que todos somos estupidos