Estoy cansado señor presidente
Este podría ser el título de una novela creado para definir la retahíla de problemas que bordean los litorales de mi querida República Dominicana, sin embargo, el panorama habría que definirlo con matices que superponen un estado de emergencia, con el cual debemos empoderarnos y buscar una salida inmediata a un país fallido, dónde a lo que nada nos cuesta se le hace una gran fiesta y la mayoría exige pero no recibe respuestas.
Sí, estoy cansado de que los legisladores cobren salarios por encima de lo que establecen las leyes y que decidan por mí sin consultarme si estoy de acuerdo con las decisiones que se toman en las curules legislativas.
Me cansé, por poco me da un ataque de nervio y me provocó náuseas, escuchar al canciller Miguel Vargas Maldonado, decir que la extradición del narcotraficante cubano, Augusto Willie Falcón, el llamado cowboy de la cocaína en Miami, se realizó mediante un acuerdo de gobierno a gobierno. ¡Que desfachatez! No creo que ese tipo de funcionario sea el que nos merecemos los dominicanos.
Estoy cansado señor presidente y no aplaudo que su hermana, Lucía Medina, se la jugara apoderándose de miles de mochilas del Ministerio de Educación para promover su campaña. No, de ninguna manera podemos apoyar esta barbarie. Por eso en el Alto Manhattan la han nombrado “la de la mochila azul”, tras acusarla de robarse los recursos del Estado, al igual que al canciller Miguel Vargas y Carlos Amarante Baret. ¿Por qué se hace el ignorante, señor presidente, ante los hurtos al Estado?
Estoy cansado de que guardias y policías circulen por las calles como mendigos, pidiendo un peso para sostenerse, porque el mísero salario que devengan mensualmente no les alcanza ni para comer dignamente, llegando a convertirse, al igual que algunos allegados al gobierno, en defensores de delincuentes y narcotraficantes.
Estoy cansado de que en Panamá, Perú, Venezuela, Brasil, entre otros, haya gobernantes presos por los sobornos de la Empresa Constructora Norberto Odebrecht y en nuestro país la impunidad judicial, con la complicidad del presidente Danilo Medina, se trague las leyes que imponen justicia cuando debieran estar en la cárcel más de 50 funcionarios y legisladores.
De hecho, estoy muy cansado de pagar altas tarifas por un servicio energético que no recibo y ver cómo los magísteres de la política enzarzan con sus mentiras a pobres dominicanos carentes de sentimientos y ávidos de servicios eficientes.
Estoy cansado de ver la avalancha de parturientas haitianas en los hospitales públicos que son asistidas sin pagan un céntimo, mientras los dominicanos son obligados a pagar la denominada cuota de recuperación para sostener dicho centros o de lo contrario no reciben los servicios requeridos.
El cansancio se me ve a leguas, me deprimo y hasta brotan lágrimas de mis ojos cuando observo que las calles del país son trasegadas por miles de haitianos que desarrollan ilegalmente actividades comerciales sin pagar impuestos, mientras los dominicanos son desorientados y hasta amenazados sino cubren los altos impuestos al gobierno.
No es un juego, estoy cansado de ver personas ligadas al narcotráfico financiando campañas políticas para mantenerse impunes ante la justicia con el apoyo del gobierno.
Estoy cansado de escuchar las constantes mentiras de los políticos, los cuales juegan con los derechos ciudadanos y sin tregua ofrecen de todo cuando realmente no dan nada, ni cumplen sus promesas de campaña.
Me cansé, pero no paro, digo lo que pienso, lo que siento, porque me duele ver que el país esté siendo secuestrado inmisericordemente, sin tener a nadie, absolutamente a nadie que lo auxilie del letargo en que se encuentra.
Estoy cansado de ver como los empresarios se han convertido en cómplices de la corrupción administrativa, o sea, en vez de exigir transparencia cavilan en el entorno del gobierno para evadir impuestos; y son tan perversos que utilizan sus propios medios para defender sus atrocidades.
Ciertamente estoy cansado de escuchar tantas mentiras y verdades a medias en los medios de comunicación, mientras ministros, funcionarios y legisladores son acusados de “ladrones”, acusaciones que tienen la menor importancia para las bocinas que paga el gobierno con los recursos del Estado.
Danilo Medina, estoy cansado de que usted se quede callado cuando los dominicanos les exigen que meta preso a los funcionarios que han desfalcado las instituciones del Estado. ¿Es usted cómplice, señor presidente? ¿Será que esos funcionarios de su entorno son intocables? ¿El compromiso político con esas personas es más grande que cualquier decisión que se pueda tomar en su contra, “digno mandatario”? Sabrá usted, Danilo Medina, si responde estas interrogantes.
of-am