Escándalo por la construcción de cuartel PN de Las Yayas
Asumo que el Jefe de la Policía Nacional, Mayor General Manuel Castro Castillo tendrá que darle ciertas explicaciones a la nación y por supuesto, a su comandante en Jefe, el presidente Danilo Medina Sánchez, sobre un prometido cuartel policial en el Municipio de Las Yayas de Azua.
Irónicamente, su nombre baila en las promesas de dicho cuartel y el acalde Ramón Antonio Soto Félix ha maniobrado para expropiar terrenos para construir dicho cuartel. De ahí que resulta lamentable que en un pueblo literalmente empobrecido, sus líderes sean piezas del silencio. Y lo que es peor: solo levantan su voz para hacer alardes como normas ya establecidas en la geografía nacional.
Y en Las Yayas como en ningún otro municipio, ciertos líderes son piezas de partidos que solo esperan ser elegidos para exhibir riquezas. Nadie allí puede levantar un debo bajo el sol de mediodía: existe allí una lastimosa complicidad.
Aun así, esta lamentable situación no forma parte de la agenda y el comportamiento del Jefe de la Policía Nacional pero su nombre y su gestión tienen mucho que ver con las promesas de un cuartel policial cuya construcción deambula por callejones y veredas de aquel pueblo, donde la delincuencia se aprovecha de la negligencia.
No existe allí una dotación policial para darles seguridad a los más de ocho mil habitantes vigilados por dos solitarios policías. Eso es la nación dominicana. Pero, los dirigentes partidistas de Las Yayas que dicen ser “políticos”, alegan que jamás trasladarían el ayuntamiento a sus respectivas casas: asunto que yo personalmente lo pongo de dudas.
Allí, lo que ha existido es el reparto personal de un mísero presupuesto, manejado de grado a grado por el síndico, sin que ningún regidor ni esos líderes hayan tenido coraje para levanta su voz. Pero, yo estoy arando en un desierto y lo que sería más preocupante: en mi país un político tiene licencia para hacerse rico. Nadie puede desmentir esta patética verdad. Como tampoco nadie podría callarme.
El jefe de la policía quizás desconoce que el propietario de dichos terrenos es un reconocido hacendado y ganadero naturalizado norteamericano que ante cualquier posible amenaza por parte del Alcalde haría valer sus derechos ante el Departamento de Estado de los Estados Unidos y la embajada local.
Sin embargo, el Jefe de la Policía Nacional debería visitar a Las Yayas para que escuche al pueblo ya que los regidores y por supuesto, el Alcalde Soto Félix no tienen respuestas para esas comunidades. Así de sencillo general Castro Castillo su prestigio anda allí rio abajo y usted debería esclarecer hasta donde llega su prometido cuartel.
Hasta es posible que el mayor general Castillo Castro no sepa como en nombre suyo, el síndico Ramón Antonio Soto Félix no ha dicho la verdad en el Municipio de las Yayas sobre la posible construcción de un destacamento policial en esa apartada región del sur dominicano.
Allí, existen testaferros que podrían empañar el nombre de la policía nacional, utilizando chantajes para expropiar dichos terrenos. Y es que el síndico Soto Félix ha maniobrado en varios frentes, usando como recetario y a su modo, las promesas del Jefe de la Policía Nacional. Y las pruebas están ahí en el mismo corazón de aquel pueblo bajo la dictadura implacable de un Alcalde que utiliza de los recursos del chantaje y luego amenaza con la expropiación de terrenos, debidamente registrados y amparados en documentación legal.
Y al no lograr sus propósitos, ese mismo Alcalde ya revestido de una especie de Trujillo, utiliza abusivamente su poder a fin de lograr que dichos terreros sean vendidos a precio de vaca muerta. El alcalde Soto ya había intentó adquirir unas tierras del agricultor Rafael Augusto Melo Méndez que están hipotecadas en el Banco Agrícola.
En las trapisondas de aquel cuartel baila el nombre del Jefe de la policía. Y lo más preocupante: el mayor general Castro Castillo no tiene conocimientos de que su gestión policial está salpicada de la más lastimosa negligencia y todo gracias a las maniobras del Acalde de Las Yayas de Azua. Y los regidores no hacen más que mirar al toro desde el cerro de Victoriano Soto, casualmente, abuelo de nuestro diligente Alcalde que ha sabido ponerles un ziper de doble cremallera a sus regidores y a los supuestos líderes del pueblo. Un festín de complicidad.
Ya el Alcalde sabrá cuando intentará callarme a mí y pues, muy sencillo: soy la medida exacta de la dignidad. Y advierto que cualquier posible agresión contra mi persona ya el mismo jefe policial tiene a mano el primer investigado.
Y algo mucho peor: los regidores no han demostrado la menor oposición al Alcalde Soto. Y los líderes del pueblo y la retahíla de aspirantes se aferran al más lastimoso silencio. De ahí que el empobrecido Municipio de Las Yayas sigue ahogado en el pantano de líderes, empecinados en ocupar un puesto como para hacer del erario , el mismo festín del Alcalde Soto Félix.
De ahí que el mayor General Castro Castillo debería esclarecerle al Municipio de Las Yayas que tiene que ver su departamento con la prometida dotación policial. Y eso espera aquel pueblo cuyos dirigentes y aspirantes no han demostrado capacidad ni coraje para enfrentar al Alcalde Soto, quien a la vista de todos tiene que dar muchas explicaciones al pueblo y a la nación dominicana.
Pero, ya lo he dicho: los líderes políticos solo tienen tiempo para buscar recursos: unos para mantenerse en el poder y otros aspirantes que se hacen los ciegos y solo hablan debajo de los árboles, como se repartirían el pastel de aquel atropellado municipio.
De ahí que antes los planes de expropiación de terrenos por parte del Alcalde Soto Félix y su notable abuso de poder, esos supuestos aspirantes no son más que piezas de un sistema que bautiza, apoya y maniobra para alimentar algo ya endémico en la nación: impunidad, chantaje y abuso de poder. ¿Qué pasará con el prometido cuartel policial de Las Yayas?