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Era de la corrupción
Los dominicanos hemos perdido el hilo de la construcción del futuro, la saciedad personal y la búsqueda de «lo mío» ha arrabalizado el positivismo de todo el país. Hemos convertido en un escaparate el hemisferio escolar y universitario tejiendo un futuro vergonzoso y podrido. Somos el invento de los políticos, ya pertenecemos a la escarcha desechable de la sociedad.
Este 16 de agosto de 2016 pasará a la memoria histórica universal como el «día internacional de apoyo a la formatizacion de la corrupción». Roberto Rosario y Danilo Medina se han constituido en los paladines de ese miserable espectáculo que presentarán desde el Palacio de gobierno en la República Dominicana. Estos dos personajes, cargados de la misericordia del desprecio, no podrán soportar el peso de la historia que les persigue al igual que a Miguel Vargas. Otros culpables de este posicionamiento obligatorio en puestos gubernamentales corren con la misma suerte; recordemos que fueron muchos los actores, unos de frente otros ocultos que propiciaron el golpe de Estado institucional que será declarado legal, para ellos, el 16 de agosto.
La mutilación de todos los derechos que proporciona la constitución del país para ejercer el derecho al voto fueron destruidos. Ahora hay una marca indeleble que ha quedado dentro de ese espacio de las elecciones celebradas en mayo 2016, cuando una cantidad de maleantes gubernamentales se apropió de cargos públicos que serán legalizados el 16 de agosto.
No existe otro país en la historia de la humanidad que haya pasado por esta situación, y que el pueblo no tome las calles para exigir respeto. No obstante, del cielo a la tierra todo está escrito: “Nunca puede quedar bien lo que comienza demasiado mal”.
A partir del 16 de agosto habrá un mecanismo de discriminación legal. Será sustituida la información radial y televisada por un lenguaje puro y definido a favor del gobierno, los opositores serán castigado con el látigo del desprecio. Todo rasgo opositor será catalogado como escoria humana o bestia de carga. Los dominicanos deberán obedecer al gobierno legalmente constituido y parido en las elecciones más limpias jamás vista en país alguno. Ningún ciudadano podrá mirar de frente al presidente y si lo hiciere deberá arrodillarse, los únicos representantes que tendrán esa libertada será el poder político y religioso.
Ya comenzó la purga: para usted ocupar un puesto gubernamental se hará un rastreo de su fonología política: No necesariamente haber sido peledeista, no tener aspiraciones presidenciales, no haber hecho comentarios favorables a Leonel Fernández, nunca. Haber defendido el triunfo de Danilo antes y después de las elecciones. Sus padres y familiares deben pertenecer fiel al presidente etc. Sera necesario crear la escuela del sicariato para evitar bandas armadas. Veremos el crimen virtual, donde sus documentos personales y datos serán anulados o usados por 3ro., 5to. Etc. Todo este arsenal de peligros en potencia son el equilibrio perfecto para una dictadura moderna.
sp-am