Entre rones y humos
POR MAXIMO CAMINERO
“Hay que estar siempre embriagado. Todo consiste en eso, es la única forma de no sentir la carga horrible del tiempo que nos rompe los hombros y nos hace inclinar la cabeza. Hay que embriagarse sin tregua… pero ¿con que!? Con vino, con poesía o con virtud. ¡De lo que quieras, pero embriagaos!”
Así se expresaba el francés Charles Baudelaire (1821-1867), mejor conocido como “el poeta maldito”.
Si bien es cierto que era un reconocido e intenso bohemio. No es menos cierto que “gracias”, a esa vida de excesos, hoy gozamos de la eternidad de sus pensamientos.
Resulta esto hasta paradójico ya que se le atribuye ser el “promotor” de la “modernidad” palabra que solía usar para “dibujar” la brevedad y lo efímero de las cosas…
“Por la modernidad (decía) me refiero a lo transitorio, lo fugitivo. Lo contingente, que constituyen por una mitad el arte y por la otra lo eterno e inmutable”.
Al parecer, el mundo antiguo y “el moderno” se han inclinado más por esa parte “eterna e inmutable” de la que hace más de cien años nos hablara Baudelaire.
El mundo sigue tomando, pero no solo vino. Ya contamos con toda una selección de licores capaces de, no solo hacernos olvidar la carga terrible del tiempo, sino de olvidarnos hasta de nosotros mismos y que somos o como nos llamamos.
A eso le hemos agregado humo, ¡mucho humo! Que además nos invita a conocer otros mundos aparte de hacernos reír por la “mas” mínima pendejada…marihuana.
También las grandes farmacéuticas están haciendo la competencia a esta industria “de los sueños” y “gracias” a los opioides que producen, han puesto a navegar a medio planeta por las más intrincadas veredas perdidas en extrañas dimensiones lejanas de la tierra.
El mundo se encamina hacia una hecatombe de zombis, que poblarán el planeta intentando salirse del mismo, solo por no aceptar que “no” somos eternos y ¡sí! Mutables. Por lo menos en esta dimensión.
No he podido encontrar ¡ni una sola tribu del planeta, que no se haya fabricado “su traguito o humito” de “algo” que le dé nota.
Los borrachos y alcohólicos se dan su “toques” a las claras y buenas de Dios, por todas partes y delante de todos. Las motivaciones a beber les llegan por todos lados. En la televisión, la radio, la prensa, las canciones y por cualquier cartel del más recóndito pueblo olvidado.
La consigna es ¡beber!
La ley seca que en el 1919 se promulgó en los Estados Unidos, prohibió el consumo de todas aquellas bebidas “embriagadoras”.
El movimiento llamado “La Templanza” surgido a principio del siglo XIX y bajo una fuerte premisa de la iglesia protestante, “logró”, cien años después de fundado, parar el consumo del alcohol…solo trece añitos.
Que conste aquí, que no estoy diciendo que esté de acuerdo con dicho movimiento o que soy un “templanzo” “moderno”, para nada, pero si quiero llamar la atención a este mundo perdido entre “rones y humos”.
Luis Eduardo Aute dice en esta estrofa de su canción Naves Quemadas: “hay que zarpar, para hacerse a la mar de los derroches y navegar, bajo estrellas inmunes a soroche, sin naufragar, en las bajas mareas de las noches, de la vida”.
Es muy simple, no debemos navegar esta vida como los piratas de Hollywood sino como piratas sensatos…
Baudelaire quizás fue un bohemio empedernido, pero también sabía que la poesía y la virtud embriagaban tanto como el alcohol y las drogas.
La vejez, aquella que nos romperá los hombros y nos hará no solo inclinar la cabeza sino todo el cuerpo, no podrás evitarla si consumes más alcohol o drogas de la cuenta. Pero quizás sí evite terminar tirado en cualquier calle del mundo.
Sino puedes volar con el “embriagamiento” de un poema, sino logras acuñar la virtud como principio de nobleza y humildad, entonces, ten cuidado cuando navegues entre rones y humos porque podrías naufragar…entre las bajas mareas de las noches…de la vida. ¡salud! mínimo caminero
JPM
frankincense,le llevó uno de » los tres reyes magos» al niño jesus,para que sus padres,hagan humo.los humanos,siempre hemos usados esos humos,para alterar nuestros estados mentales,acercarnos a los dioses.
es importante vacunarse contra el azar.