Encrucijada constitucional
Es indudable que en la misma medida en que sube la admiración y el prestigio del Presidente Danilo Medina, baja la aceptación y sube el rechazo del Doctor Leonel Fernández. Esta constante tiende a mantenerse pues al parecer Danilo no ha alcanzado su techo de popularidad. Este fenómeno se manifiesta en diferentes escenarios, no solo a lo interno del Partido de la Liberación Dominicana. La ciudadanía se ha dado a la tarea de comparar los gobiernos del PLD. Sus logros, sus expectativas, la confianza que emana el mandatario y en todas las comparaciones, Danilo, como dicen popularmente, le lleva la milla a Leonel.Con la impronta que está dejando con su accionar el Lic. Medina, el pueblo ya ha comenzado a hablar de un antes y un después de su Presidencia. No hay necesidad de resaltar las instalaciones de todo tipo que en menos de dos años y a pesar de las precariedades económicas encontradas, ha venido sembrando en todo el territorio nacional y en casi todas las áreas, el actual gobierno. Lo más importante a destacar de su gestión, son los intangibles. Las obras físicas, aunque necesarias, definitivamente tienen a deteriorarse con el tiempo, no así la autoestima, el conocimiento, la confianza que ha insuflado en la población de que, como simples ciudadanos y con el apoyo decidido del Estado, se pueden lograr metas. El Presidente ha hecho suyo aquel proverbio chino de no dar pescados, sino enseñar a pescar. Son incontables los dominicanos que hoy lanzan, con renovado optimismo, la atarraya de las reales oportunidades que se les ofrecen.Hasta envejecientes que habían perdido toda esperanza, ven no una, sino muchas luces al final del oscuro túnel de la ignorancia en que vivieron por muchos años. Ese estilo de gobernar, espontaneo y frugal, ha derribado mitos. Esquemas auto sugestivos con los cuales habíamos convivido de manera cotidiana. La sencillez del Presidente Medina ha demostrado que no hay mesías ni pre destinados y que no hay necesidad de ser poseedor de un verbo florido para alcanzar las metas propuestas. La palabra “carisma” quedó en el olvido. Son innegables las dotes del Doctor Leonel Fernándezy entendemos a sus simpatizantes en el afán de ponderarlas, destacando, entre otras cosas, que Leonel es un ganador, que ha salido victorioso en tres certámenes electorales y que es dueño de unas excelentes artes comunicativas. Que sabe conceptualizar, sin embargo, en tres periodos presidenciales no alcanzó la empatía que el Presidente Medina ha logrado con su pueblo en este breve espacio de tiempo. Hoy, aun los que hemos sustentado que la reelección consecutiva le ha hecho daño a nuestro país, tenemos que reconsiderar nuestra postura, pues reconocemos que, por fin, estamos ante un verdadero proyecto de Nación. Una obra que debe continuar. Interrumpirla sería un desatino. Hay formas legales con las cuales el pueblo pudiera circundar cualquier obstáculo constitucional. La Carta Magna no puede constituirse en un valladar al progreso nacional. Esa no fue la intención del constituyente. carlosmccoy@ymail.com