En víspera del Año Nuevo

El paso del tiempo, es cosa inevitable. Ya se van terminando las horas del  año 2021. Muy pronto quedará solo en el recuerdo, dando paso a los días del Año Nuevo que se acerca ya. Aunque no sé si el nuevo año será tan solo una continuación del que ya languidece, con todos sus males.

El año que concluye en muchos sentidos se burló de todos, comenzando por los médicos y los investigadores. Heredamos con él una pandemia cuyos orígenes son inciertos. No pocos científicos han afirmado que su agente causal se trata de un microorganismo creado en el laboratorio y posteriormente liberado, no se sabe si de manera accidental o con una intención precisa.

Y hay que admitir que esta última posibilidad no es tan descabellada. Basta con escuchar, sin hacer comentario alguno por la claridad de sus palabras, al General  Juan Domingo Perón, siendo presidente de Argentina, cuando afirmó:

“Frente a ese imperativo de la evolución nosotros debemos pensar que quizá antes del año 2,000 en que se duplicará la población de la tierra y  disminuirá a la mitad la materia prima disponible para seguir viviendo, se va a tener que producir, indefectiblemente, la integración universal, es decir que los hombres se pongan de acuerdo en la defensa total de la tierra y en la utilización de la tierra como hermanos y no como enemigos unos de otros.

Además de eso, será necesario que se satisfaga la solución a esta superpoblación, y cuando en la tierra ha habido superpoblación, porque esto se ha producido ya en algunas regiones, ya que obedece no al número de habitantes solamente, sino a la desproporción entre el número de habitantes y los medios de subsistencia, las soluciones han sido siempre de dos naturalezas:

Una es la supresión biológica, es decir matar gente, de lo que se encarga la guerra, las pestes y el hambre, que es la enfermedad que más mata en la tierra. El otro es el reordenamiento geopolítico que permite una mayor producción y una mejor distribución de los medios de subsistencia.

Si el hombre en esto que resta hasta este momento del año 2000 y comienzos del siglo XXI no ha resuelto el problema por la vía geopolítica produciendo más y distribuyendo con mayor justicia lo que el hombre necesita para subsistir, no quedará otro remedio que lanzar en masa la bomba atómica, que también puede ser otra solución, si la insensatez de los hombres no ha utilizado el camino constructivo y se ha decidido por el destructivo”.

Este año 2021 ha llevado tristezas inesperadas a muchos hogares por la muerte a destiempo de hombres productivos y pensantes, que mucho tenían que aportar aún en beneficio de todos.

Son escasas las familias que no han pasado por momentos de angustia al conocer de la afectación por el Covid 19 de un familiar cercano y saberle en la UCI de un hospital luchando por sobrevivir, mientras siente graves dificultades para pasar el aire, y su saturación de oxigeno va disminuyendo progresivamente a pesar de los cuidados médicos adoptados.

A muchos, a más de la afectación directa de un miembro de la familia, nos ha tocado ver partir sin poder acompañarlos a su última morada en el cementerio, a compañeros y amigos muy queridos, o a hijos de amigos y compañeros cercanos, algunos bastante jóvenes, con 20 o menos años de edad.

Y lo triste del caso es que no se cuenta aun con una vacuna que garantice una inmunidad segura y duradera, y tampoco con un tratamiento efectivo para combatir el mal, una vez que se ha instalado. Y tampoco sabemos cuánto tiempo más seguirá la pandemia afectando la salud mundial con la aparición de nuevas cepas y la persistencia de las viejas.

Aunque lo quisiera pensar, no me atrevo a asegurar que en el próximo año el problema de la pandemia quedará resuelto. Pero aunque estas ilusiones sean difíciles hay que disfrutarlas sin pensar en su imposibilidad. Hay que disfrutarlas como disfrutan los niños que contemplan la luna entre sonrisas y se imaginan en ella y vuelven a sonreír.

Penosamente el tiempo es así; trae estancamientos y progresos, alegrías y desdichas, levanta cada vez barreras más gruesas o allana caminos tortuosos; es casi siempre imprevisible. Por eso, en medio de tanta incertidumbre en el momento actual, me limito a decir: Año viejo que ya vas esfumándote en el tiempo/ sin dejarme una quimera/ te allegas al tiempo diciendo:/ -Adiós que no vuelvo más.

jpm-am

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Prudencio
Prudencio
2 Años hace

Es así,no nos tocó las guerras antiguas,los crímenes de las conquistas medievales,de la primera y y segunda mundiales,los conflictos de la guerra fría y anduvimos sin temor por un buen tiempo.
Hoy estamos en tiempos de miedos y ansiedad,algo que jamás nos imaginamos.
De todas formas,cultivemos el amor y la paz y vivamos como hermanos.

Prudencio
Prudencio
Responder a  Prudencio
2 Años hace

Amenos a nuestros seres queridos,vecinos ,amigos y familiares,digamos los,al parecer los Mayas tuvieron razón,el mundo cambió.
Paz,salud y amor.Feliz 2022