Un reconocimiento especial a las heroínas dominicanas que engrandecen nuestros campos con el trabajo digno que realizan con un esfuerzo extraordinario para hacer parir la tierra. No importa lo encumbrado donde estén sus predios, cada día se levantan temprano para asistir a su familia y luego salen a poner a producir el suelo.
Las mujeres rurales son excelentes agentes económicos que contribuyen a generar los ingresos de las familias y al crecimiento de las comunidades en diferentes formas, pueden además trabajar como empresarias agrícolas, agricultoras, productoras ganaderas, etc.
Con su capacidad valiosa tienen muchas responsabilidades que las hacen heroínas en sus territorio, igualmente asumen una parte desproporcionada del trabajo no remunerado en el hogar. Así como también, su contribución se ve limitada por el acceso desigual a los recursos, los obstáculos que deben ser eliminados para permitir la liberación de todo su potencial y su fuerza de trabajo.
Hoy, a ti mujer que siempre tiene la gallardía de enfrentar las adversidades de los eventos climáticos, las enfermedades de los cultivos, animales, la pareja e hijos, se destacan los elementos esenciales para la cual, cada día te preocupa en buscar el sustento familiar, sin importar las adversidades de la vida.
Las estrategias desarrolladas para el medio rural a veces van enfocadas a los hombres los cuales pueden centrarse en los cultivos lucrativos, o migrar como trabajadores estacionales o permanentes; mientras que las mujeres cultivan la tierra familiar para el consumo de todos.
Tienen una función importante en la seguridad alimentaria, ya que participan en las actividades agrícolas y no agrícolas como forma de que sus familias puedan tener mejor calidad de vida y así se diversifican los ingresos.
Las mujeres están más limitadas en formación profesional y la capacitación para mujeres rurales a menudo disminuye a una estrecha gama de sectores predominantemente femeninos, lo que refuerza sus roles y responsabilidades tradicionales.
Las oportunidades de generar ingresos aumentan; pero la formación limita sus opciones de aprovechar los sectores nuevos y no tradicionales en los que ellas podrían acceder a mayores ganancias, trabajos técnicos más calificados o empleos directivos.
El reconocimiento va en aumento, aunque no al grado de igualdad, pero consiente que la mujer en la agricultura familiar en América Latina va en auge debido a la importancia que se le ha dado al tema, es prioridad que la mujer se empodere de los espacios rurales, estando en consonancia con el suelo, agua, la foresta dándole a su familia prioridad en las acciones que desarrollen.
Felicitaciones!!!