En Europa crece fobia a los turistas
MADRID.- Desde hace varios meses viene creciendo un clima de malestar entre los habitantes de algunos de los principales destinos de Europa, principalmente en Barcelona, Venecia, Roma, Ámsterdam y París.
¿La razón? Sus lugareños empiezan a resentir los embates de un modelo de turismo de bajo costo que, al privilegiar la cantidad sobre la calidad, ha propiciado la explosión de las cifras de viajeros que anualmente visitan estas ciudades.
Es tal la molestia que en algunos puntos de España e Italia se han gestado movimientos de personas que, hastiadas del desbordamiento en sus barrios, se han organizado bajo una consigna que se resume en un grafiti pintado en la Ciudad Condal: “Turistas, vuelvan a casa, no destrocen nuestras vidas”.
Es un hecho que la capacidad de carga turística de muchas ciudades amenaza con colapsarlas. También lo es que los espacios públicos e, incluso, las viviendas se han convertido en escenarios de disputa entre los nativos y los visitantes, y que las autoridades han tardado en poner en marcha mecanismos de control eficaces a las plataformas que ofrecen servicios de alojamiento irregular.
El problema, sin embargo, ha derivado en uno igual de grave: la creciente fobia a los turistas, lo que a su vez ha desencadenado en lamentables hechos violentos, como el ocurrido a principios de este mes, cuando un grupo de encapuchados de Arran, una asociación juvenil independentista vinculada al partido Candidatira d’Unitat Popular, atacó un bus turístico cerca del Camp Nou de Barcelona, un destino que en el 2016 recibió 8 millones de turistas, lo que la hizo la urbe más visitada de Europa después de Londres y París y la número 12 en la lista de sitios turísticos más concurridos del mundo.
Pero, Barcelona no es la única ciudad española atiborrada de turistas. Palma de Mallorca, San Sebastián, Valencia y Baleares experimentan una situación similar, pues se han convertido en destinos receptores del flujo turístico que dejó de ir a Egipto, Turquía y Tunes desde que empezaron a ser percibidos como lugares inseguros.
Turismo depredador
Ante la masiva llegada de visitantes, el Ayuntamiento de Palma prohibió el alquiler turístico de viviendas particulares en todos los barrios y decidió multar hasta por 40.000 euros a quienes incurran en esta actividad. Y es que, según informó el diario ‘El País’ de España, el alquiler de alojamientos ilegales a través de plataformas como Airbnb les ha limitado el acceso a la vivienda a de los pobladores locales. En esa ciudad, por ejemplo, el precio de los alquileres se disparó un 7,5 por ciento el último año y el del metro cuadrado, un 40 por ciento.
jpm

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No creo sea fobia al turista, me parece más bien que lo dueño de hoteles no encuentran como competir con el apps «airbnb»,Que al igual que en DR. Vienen abaratar los costos de los alquileres de villas, apartamento en los destinos turístico, sin intermediarios
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