El serio compromiso de la JCE
¿Qué puede pasar en mayo de 2020 cuando en República Dominicana se celebren las esperadas elecciones para elegir al nuevo Presidente de la República?
La respuesta, creo, debe ser sencilla: Que con el resultado de los comicios presidenciales la democracia de la nación quede fortalecida, que el pueblo dominicano siga viviendo en paz, tranquilidad y -desde luego- con la esperanza de que después de los sufragios no se registren “pataleos”, pero tampoco haya ningún trauma.
La Junta Central Electoral (JCE), y lo saben sus jueces, tiene un gran reto con la democracia.
¿Cuál es el reto? Cumplir con montar unas elecciones transparentes, bien organizadas, sin que se observen visos de mal manejo del sistema de votación.
Si así ocurre, entonces nuestro país enviará una buena señal de avance democrático…¡como lo espera toda la sociedad!
Julio César Castaños Guzmán, presidente de la JC, tiene bien claro la responsabilidad cívica que tiene el organismo colegiado.
El veterano jurista cree, y lo ha manifestado con firmeza, que en el 2020 habrá elecciones limpias y puras (¿?).
Le tomo la palabra, directa y textual, al presidente de la JCE, cuando se refiere a los procesos electorales realizados en el país.
Lo hace con esta proclama: “Hemos tenido más luces que sombras porque el sufragio universal y el voto directo, que son elementos fundamentales de una república libre e independiente, se han mantenido durante todos estos años con la celebración periódica de elecciones. Porque los valores democráticos han estado presentes, cuando menos literalmente, en todas las Constituciones que han regido el orden institucional dominicano durante estos 95 años”.
Luz, porque la esperanza y el deseo de seguir adelante viviendo en libertad no ha sido aplastada por períodos de verdadero despotismo, violencia e incomprensión”.
Castaños Guzmán está “bien seguro” de que garantizarán unas elecciones sin traumas y dentro del marco democrático y del libre ejercicio del voto.
Punto clave: La JCE tiene un punto clave en el montaje de la consulta comicial. Es el de no permitir ninguna filtración en el sofisticado sistema de votación.
Evitar que intrusos y “genios del fraude electoral”, metan sus narices y frenen la celebración de unas elecciones verdaderamente transparentes y democráticas.
Castaños Guzmán y los demás jueces de la JCE tienen que garantizarle al país unos comicios sin traumas ni mañoserías.
¡Es el serio compromiso que tiene la JCE!