El PLD y el juego de dominó (Opinión)

 

En la “Guarida del Jabalí” que es el lugar de esparcimiento donde nos reunimos los chicos otoñales a pasar el rato rindiéndole culto a Baco, hablar de política y jugar dominó, se ha acuñado la siguiente frase: “en la política y el dominó, gana el que comete menos errores”.

Este simple enunciado, encierra una verdad de Perogrullo. Es que para ganar partidas no basta con saber jugar, se necesitan otros componentes, y algunos vienen al azar.

De esto se infiere que si el contrario comete algún error fatal, se debe aprovechar al máximo, afinando la jugada para no imitarlo. Por ello José Concepción, el profesor “Bojote”, que es el gran ganador de esta liga, afirma sin reparos: “yo me equivoco, pero poco”.

El PLD, “barajó” con suerte y salió con cinco de una y sin fallos; pero “los frentes” tienen ambos un gran ego y tratan de dominar cada uno por sí mismo. El que va “de mano”, no consigue que el frente “cuadre” para que él pueda “encabezarse” sino que permite que lo “pasen”, y ya ellos no van “de mano”. Por ese desliz, el que va “de mano” ahora es uno de los contrarios y surge el peligro real de perder la “dominación”.

Veámoslo en el campo político: El PLD consiguió imponer un candidato con una gran popularidad, con baja tasa de rechazo aparente -y que además de generar una gran simpatía entre los votantes- maneja el presupuesto nacional en un 75%. Si volviéramos a la mesa de juego, debemos decir que el PLD podría hasta darle una “zapatera” a los contrarios. Pero uno de “los frentes” se pone a inventar tratando de hacer “capicúa”, aun y cuando no les serviría de nada, pues solo necesitan tres tantos para llegar a los 200 y ganar la partida. Fruto de esa “angurria” de coger muchos tantos, aun sin necesitarlos, ponen la partida en peligro y aparece un “tranque” inesperado, pierden la “dominá” y con ello la mano y quién sabe si hasta el torneo. En realidad ellos solo tenían que concentrarse en “dominar” la mano para ganar la partida y coronarse campeones.

Esto sucede a diario en el juego de dominó, especialmente con los jugadores inexpertos o con gran deseo de “dominar” ellos en persona. Pero resulta que a los peledeses, que han ganado seis elecciones casi al hilo, no se les puede considerar como inexpertos, chatas o pariguayos de la política o del dominó. Ellos saben cómo construir mayorías para ganar, aun sin ser el partido mas grande del país.

Es evidente que esta crisis, ya reconocida públicamente por mas de un miembro del Comité Político, ha desbordado los viejos linderos del otrora partido morado, y su origen no está en la inexperiencia de los actores. Todo parece indicar que el caldo de cultivo ha sido la apetencia desmedida de ciertos sectores; y temo que la nueva gleba politiquera ya haya borrado la estrella amarilla, y con ella, todo vestigio de los círculos de estudio boschistas.   

Es innegable que se han dormido en sus laureles, los ha asaltado el triunfalismo y se sienten tan cómodos, que hasta se olvidan de que son el partido de Bosch, donde nunca se han permitido las sublevaciones. Cometen el yerro de poner en peligro la candidatura mayor,  solo por complacer a algún pequeño cacique de pueblo con ínfulas de “lidercillo”. Y lo que es peor, hasta dirigentes del mas alto nivel se han prestado a validar esas insensateces, dejando entrever que lo hacen a nombre del presidente Medina; y nadie sale a desmentirlos, ahondando mas las viejas heridas del liderazgo principal.

Ya el PLD ha perdido hasta la compostura que lo separaba del partido principal de oposición; por no decir que han renegado -con su práctica diaria- de todo vínculo con los métodos de trabajo boschista. Hoy día, cualquier “carajo a la vela” amenaza con irse para el bando contrario si no lo postulan al cargo electivo que él desea. El chantaje se ha convertido en un ordinario instrumento de lucha. Y todo se ve “tan normal”, que ya no nos sorprenderíamos si el espectáculo del 27 de enero de 2013 se repitiera en el partido de don Juan. Claro, eso equivaldría a la llegada del apocalipsis.

El partido de Gobierno no puede seguir por este derrotero. El pueblo dominicano no le perdonará jamás que por la codicia de los grupos y la creencia de algunos de que este es su último tren, se festine la consecución del bienestar general, como etapa inmediata, luego de haber producido un crecimiento económico mayúsculo, que trajo a su vez como consecuencia, el desarrollo -aunque limitado- de diversos aspectos de la vida nacional. Se trata ahora de repartir con equidad la riqueza que se ha producido a lo largo de cuatro periodos de gobierno del PLD. Para ello ha esperado pacientemente la Nación dominicana, impedirlo sería una mezquindad incalificable.

Yo se que esta clarinada pudiera interpretarse como un atrevimiento y al final resultar un inconveniente para mi relación con el Partido de la Liberación Dominicana, pero está claro que alguien tiene que decir las verdades molestosas. Alguien tiene que hacer el trabajo sucio, mas allá de si se entiende o no, que es mandatorio en la política de hoy.

El PLD todavía está a tiempo de corregir los entuertos y evitar la debacle total. Eso queremos los amigos de afuera, los que sin ser parte del equipo privilegiado, creemos que ese esfuerzo combinado de tantos hombres y mujeres -siempre validado por mas del 50% de la población- no se puede echar por la borda. Cuando menos, eso queremos dejar bien claro antes de buscar nuevos horizontes.

jpm

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