El mundo pide paz en Colombia
El grito de la humanidad en la década del 70 en todas las capitales y ciudades del mundo, en reclamo de entendimiento contra la guerra, llevó a las fuerzas beligerantes a sentarse a la mesa de negociaciones en París, capital de Francia, en busca de los acuerdos que lleven a la paz de Vietnam. Ese proceso se mantuvo, y ni siquiera la llegada del Frente Nacional de Liberación de Vietnam (El Vietcong) a la puerta de Saigón, en una ofensiva final que puso en desbandadas al Ejercito de EE.UU y sus aliados internos, impidió el curso de las negociaciones de paz; erguida y firme a su misión de paz, se mantuvo aquella mujer espigada y alta, Nguyen Thi Binh, a la cabeza de su equipo en la mesa de negociaciones en Francia. Para el Continente Americano que ama la paz, la decisión del Gobierno de Colombia y las FARC, de sentarse en La Habana a explorar el camino de la Paz y dar fin a la guerra brutal, injusta y cruel que se libra en el Cono Sur, constituye un ejemplo de valentía al que no se debe renunciar así por que sí. Los principales Comandantes de las FARC en Colombia han sido asesinados y/o abatidos en el marco de una campaña militar cuyo cabeza principal en la elaboración de dicho plan lo fuera el hoy Presidente de Colombia Sr. Juan Manuel Santos, desde la presidencia y desde antes en su función de Jefe Militar de Colombia, pero, ni esas muertes, ni los resultados derivados de las acciones llevadas a cabo por el Ejercito y Gobierno de Colombia, han sido motivo para desalentar ni poner en juego el curso de las negociaciones de paz. Los cables internacionales dan cuenta del secuestro por parte de las Fuerzas Armadas Revolucionaria de Colombia (FARC), del General Rubén Dario Alzate Mora, Comandante de la Fuerza de Tarea Titán del Ejercito, junto a otros dos de sus subalternos, apresados en una zona de guerra; ante este hecho, si se quiere lamentable como lamentable es la guerra misma, el Presidente Santos a reaccionado con la amenaza de suspender las negociaciones de paz que se llevan a cabo en La Habana. Estamos frente a una posición evasiva de la responsabilidad que carga consigo tanto el Presidente Santos como los Comandantes de Las FARC, fue con esa consigna de PAZ PARA COLOMBIA como ascendió victorioso al Poder el Presidente Santos durante el proceso electoral pasado. Santos se impuso con el voto, porque la gente quiere la paz, varios grupos y partidos se le sumaron, no porque fuera el candidato de su preferencia, sino porque la bandera de la paz fue la que enarboló el Presidente Santos. Si en el curso de las operaciones militares que se libran en los montes y ciudades de Colombia, cae o es apresado o secuestrado un soldado y/o oficial de un bando o de otro, se podría catalogar como lamentable pero es un hecho normal, producto de las confrontaciones. Por lo tanto, dispararse el Presidente de Colombia ahora con que se suspenda el proceso de paz, tan sólo por que un General cayó en manos de la guerrilla, es una acción evasiva de responsabilidades que no tiene asidero convincente en ninguna parte. Para que no hayan guerrilleros muertos, ni generales apresados, es vital que las partes entiendan, de que deben cesar las hostilidades militares, deben callar los fusiles, es decir, se debe decretar un cese al fuego, y ordenar a los soldados retornar a sus cuarteles y dejar los guerrilleros en sus zonas de control, hasta tanto se llegue a un definitivo acuerdo de paz en La Habana.