El gran depredador
El ser humano es el primer depredador, con esta tan repetida frase termino mi conversación con José, que llega a mi escritorio a contarme horrorizado cómo el microplástico ha penetrado, de forma literal, en los cultivos, lo que implica grandes riesgos para la salud.
Entonces le recuerdo que los “megaplásticos” también hace tiempo que estragan el medio ambiente, que son habituales las noticias de peces pequeños y grandes muertos por ingerirlo confundido con medusas.
Lo peor es que mueren de hambre. La paradoja está ahí, están tan llenos de esos desechos que no comen más y perecen de inanición. Sí, es horripilante.
El problema no está lejos de esta isla. No ocurren esas situaciones solo donde las ballenas son comunes y de forma cada vez más frecuente son halladas tiradas en la orilla agonizantes o sin vida ya.
Cuidado con pensar eso.
No estamos exentos de que nuestra fauna marina sufra con la contaminación que la mano humana siembra y con la que extingue los frutos del mar y esto trae al recuerdo la cantidad de peces intoxicados por desechos vertidos a los ríos y playas e incluso muertos por los tóxicos tirados a propósito para facilitar su captura.
¿Qué hace falta para que la gente entienda el terrible daño de esos actos?
¿Campañas estatales? ¿Que la organizaciones protectoras del medio ambiente mantengan y fortalezcan el trabajo?
¿Una alianza entre esas entidades y el Estado, que permita empezar a concientizar desde abajo, desde las escuelas con los más pequeños para que sean multiplicadores?
Cualquier acción desde el Gobierno y el sector privado e incluso individual debe estar enfocada en la consecución de resultados reales, efectivos, porque simples teorías no frenarán la muerte de animales y la contaminación de los rubros.
of-am