El espejo roto de Guatemala

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EL AUTOR es periodista. Reside en Santo Domingo.

Unos supuestos demócratas que militan en organizaciones de la llamada sociedad civil se han dedicado durante algunos años a tratar de deteriorar el sistema de partidos de nuestro país, bajo el predicamento de que fomentan el clientelismo y el parasitismo más abyecto que se manifiesta en una sangría sin fin de los recursos públicos.

Quienes siembra esa sistemática matriz de opinión contraria al sistema partidario pierden de vista de que una democracia sin partidos no es tal, pues los primeros son el sustento de la segunda.

Por fortuna, la mayoría de la población dominicana ha desoído ese predicamento y en las sucesivas elecciones ha preferido participar masivamente y fortalecer con su voto el sistema que ha funcionado desde la muerte de Trujillo y su tiranía hace 62 años.

Es así como principalmente dos partidos o bloques de partidos—en ocasiones tres—logran concitar el voto de más del noventa por ciento de los electores, consolidando así un ecosistema que fortalece la democracia.

El 25 de junio recién pasado se celebraron elecciones en Guatemala, donde no emergió un ganador en primera vuelta, lo que obligará a un balotaje el 20 de agosto.

Lo resaltante de esa jornada es que las dos candidaturas con derecho al balotaje—Sandra Torres, 15% y Bernardo Arévalo, 12%—no llegan ni siquiera al 30% de los votos válidos, lo que revela una enorme fragilidad del sistema de partidos en ese país.

Es bueno resaltar que donde los partidos sean tan frágiles o existan solo de manera episódica para participar en unas elecciones, se está en presencia de un país donde cualquier cosa puede suceder en términos de afectar la gobernabilidad.

En ese sentido, nos situamos, por ejemplo, en el caso del Perú, donde si el presidente Pedro Castillo hubiese contado con una organización política de las dimensiones del PLD o el PRM, de seguro que la derecha peruana lo habría pensado varias veces antes de emprender su plan conspirativo desde el primer mes de asumir el Gobierno, y el desenlace no habría su derrocamiento.

De modo que, en la República Dominicana la tarea debe ser procurar que los partidos sean cada día más democráticos, trasparentes e incluyentes, lograr fortalecerlos y no empujar para debilitarlos.

Los políticos podrán ser malos, pero siempre serán menos malos que cualquier aventurero.

nelsonencar10@gmail.com

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Alcibiades Cabrera
Alcibiades Cabrera
10 meses hace

serán menos malos que cualquier aventurero, por ejemplo, hugo chávez y nicolás maduro. dos aventureros que llevaron a venezuela a la hecatombe.

Alcibiades Cabrera
Alcibiades Cabrera
10 meses hace

cualquiera que no conozca a este farsante compraría toda el bla, bla, que este comunista totalitario está vomitando por esa boca experta en expulsar falacias en defensa de las dictaduras comunistas. ¿cuando un comunista ha sido democrático? al contrario, lo que quieren es destruir el sistema democrático para montar su totalitarismo.

Arturo Morató B.
Arturo Morató B.
10 meses hace

me encanta observar y analizar, las veleidades y dicotomías en que incurren estos izquierdistas, cuando hacen sus análisis políticos totalmente sesgados y jugando al olvido de los lectores, que a través de sus escritos, analizan su ideario o postura política e ideológica. este es un camaján al mismo tenor del pinocho del bronx, pues una día abogan y bendicen una postura «democrática», y al otro, alaban y bendicen a un sistema o gobierno (sigue)

Arturo Morató B.
Arturo Morató B.
Responder a  Arturo Morató B.
10 meses hace

(2) totalmente opuesto a lo que proclaman. esto se conoce como dicotomía política, desvaríos o, en su mejor versión: doble cara o doble moral. aquí en su artículo, aboga y defiende el pluralismo partidario, la diafanidad en los procesos electorales y critica a la «derecha» la cual -según él-, trata siempre de trastocar los resultados para favorecer a unos o a otros. lo incorrecto y violaciones a los procesos electorales, no deben hacerse (sigue)