Educación para todos
Ningún pueblo se desarrolla sin educación. Los grandes saltos cualitativos de las principales economías del mundo han tenido como basamento la formación docente. Los ejemplos sobran alrededor del globo terráqueo, y vemos cómo sociedades con grandes riquezas naturales, su ciudadanía se desenvuelve en la pobreza, consecuencia de la falta de educación, y viceversa. Asimismo, no es democrática una sociedad en donde los niveles educativos admiten abismales diferencias.
Es por lo anteriormente expuesto que hay que tildar de histórico y como plataforma para el desarrollo, el acuerdo firmado entre la Conferencia Episcopal y el Ministerio de Educación, en el cual los centros educativos católicos serán gratuitos, y pasarán a funcionar igual que escuelas públicas en los aspectos administrativos y pedagógicos.
Indiscutiblemente que dicho convenio entre Educación y la Iglesia Católica eleva la calidad en la formación educativa de la juventud, lo que va a favorecer a las grandes mayorías que requieren de una mejor educación, como forma de salir de pobreza.
La educación católica exhibe una gran valía, y algunas órdenes religiosas se han ganado un merecido prestigio por su dedicación a la enseñanza; ahí está la salesiana, que desde los primeros años del siglo veinte ha sido la forjadora de millones de estudiantes que le deben su gran acervo profesional a la obra de estos sacerdotes discípulo de Don Bosco. Así igualmente la orden lasallista, desde donde ha egresado una élite de sólida formación, lo que ha beneficiado a las instituciones en donde laboran como también al país.
El convenio rubricado entre el ministro de Educación, Carlos Amarante Baret y el presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Nicanor Peña Rodríguez, contribuirá a que más de 650 mil estudiantes reciban el “pan de la enseñanza” de manera gratuita. Hay que tomar en cuenta que la gran mayoría de los centros educativos católicos se encuentran en barriadas marginadas o populares, por lo que es a los sectores depauperados, a los que irá a favorecer directamente dicho acuerdo.
El país en sentido general debe apoyar este acuerdo pues con su ejecución se lleva educación y formación a las grandes mayorías, lo que crea otro mecanismo de inclusión de estratos sociales que tradicionalmente han sido excluidos, debido al sesgo antieducativo que históricamente impusieron los anteriores gobiernos.
educación electoral:cuando votamos delegamos y otorgamos derechos, nos hacemos representar. hasta cedemos la palabracuando votamos, damos poder, relevancia, nombradías y acreditamos autoridad. es un gran acto de confianza.
slds,,,