¿Dinero que lubrica?
Coincidencialmente ahora, cuando el pueblo se lanza a la calle abogando por combatir la corrupción y la impunidad, José Rafael Lantigua, ex Ministro de Cultura, ha publicado el articulo “El Dinero que Lubrica”.
Se remonta a expresiones y hechos de personajes de la historia, referente a actos delictivos.
Entre otras cosas, dice que la corrupción “vino con el hombre y se irá con el”, que ligada a grandes naciones, ha permeado comunidades religiosas, partidos, gobiernos, empresas, milicias, pensadores, medios de comunicación, sociedad civil, que es materia de todos los tiempos, que no sólo es de países pobres.
Lantigua destaca personajes que enarbolan la corrupción. Uno que dice que en determinadas condiciones puede ser un factor de modernización y de progreso económico permitiendo cambios sociales a favor de clases emergentes. Otro que se refiere a los evangelios y el perdón de la astucia, si consiguiera grandes resultados. Deja el sabor de que “el fin justifica los medios”.
Habla de pecados que podrán lavarse con paga por indulgencia; enjuiciados por corrupción que salían libre; banqueros que iniciaron especulación y usura; prototipo del intelectual al servicio de la corrupción; naciones que sobornan, compra y venta de votos, chantaje a los congresistas…Que todo se olvida frente a grandes resultados.
Con estas pinceladas ¿A quienes pretende aliviarles la culpa?
Parece decirnos que la corrupción de alto nivel, es indicador de modernización, globalización, inteligencia. Hace pensar que la expresión “me venció el Estado” significa genialidad oculta para vencer al otro; que los grandes sobornos, como en Odebrecht, tienen perfil de ¡Presidenciables!
No habla de los males que produce la corrupción, sino de las metas alcanzadas y los genios que oculta. No reprende la impunidad y sus malos ejemplos para la humanidad. Tampoco toca la posibilidad de que “el hombre más feliz no tenga camisa” o trabaje por buena lid.
Queda el mensaje de que son talentosos, los que roban muchos bienes y lo usan en beneficio de sus metas personales; los ladrones grandes que escalan en el plano político y social; los que llegan en chancletas y en poco tiempo exhiben mansiones, jeepetas, fundaciones…y no pasa nada.
Estas pinceladas, con la que Lantigua recorre el mundo y la historia de la corrupción de la mano de la impunidad, invitan a justificarla. Restan fuerza a los que luchan contra ese flagelo. Parecería que pretende que el pueblo desista de querer castigar los que han robado sus bienes. Me resisto a pensar que busque calmar ánimos, doblegar sanos principios, voluntades, para que tengan piedad de un grupito.
Bueno, con esta exposición, Lantigua no intenta “nada que no haya mostrado antes la historia de la humanidad” ¡Que pena!!.
jpm