Histórico y transcendental paso en la diplomacia: reto para RD
En noviembre del pasado año 2016 concluí una maestría en Diplomacia y Derecho Internacional. Para obtener el título, junto al respetable abogado José Manuel Difó, oriundo de la provincia Duarte y dueño de un profundo conocimiento del mundo, defensor del medio ambiente, trabajamos un tema de gran actualidad: “Relaciones Diplomáticas y Comerciales entre las Repúblicas Dominicana y la Popular China: Importancia, Retos y Oportunidades”.
En la propuesta, Difó y yo combinamos, su visión sobre la necesidad de que República Dominicana se apreste a iniciar relaciones diplomáticas con la República Popular China, y la mía de reivindicar nuestro suelo como “eje estratégico para el desarrollo socio-económico y cultural del Caribe”.
El resultado de la mezcla nos brinda ahora la oportunidad de hacernos eco con autoridad del más novedoso e impactante movimiento diplomático en América Latina de los últimos años, respecto al continente asiático: el inicio de las relaciones diplomáticas en las Repúblicas de Panamá y la República Popular China. Un histórico y trascendental paso, que acaba de ser anunciado.
Por aquellos días, en los que estábamos envueltos en la preparación de la tesis, Difó y yo esbozamos y barajamos las oportunidades que tiene la República Dominicana para relanzar su política diplomática y asumirla con la fuerza propia de un país que sabe con lo que cuenta.
El privilegio de la localización geográfica; la estabilidad política, el crecimiento económico, sus infraestructuras viales y marítimas, la apertura a las nuevas tecnologías y el incremento en la mejoría de indicadores tan determinantes como el de la educación, entre otras, se constituyen en palanca para la acción.
Creemos firmemente en esas oportunidades. Hoy, más que nunca, se hace necesario que se produzca un replanteamiento en áreas tan vitales como el de las relaciones exteriores.
La importancia que tiene la República Popular China para el mundo en las últimas décadas, no solo se debe al factor económico, sino en gran medida a la manera en la que ha desarrollado su política a nivel interno y externo.
China es un estado que presenta una conformación económica y política sui generis, razón por la cual debe ser entendida desde una visión global; en la que los factores de un nuevo orden mundial post guerra fría, han dado como resultado la llamada “Cultura estratégica de China”.
La falta de comprensión sobre el fenómeno China, en la República Dominicana podemos atribuirla a la visión isleña que tenemos en el resto del mundo, la cual es emanada del pensamiento occidental, y alejada de cualquier universalismo.
La República Dominicana está obligada a realizar cambios en su política exterior, y mirar más hacia otras latitudes y mercados, para lograr menor dependencia de los Estados Unidos y de la Comunidad Europea.
Una política exterior debe estar orientada hacia los mejores intereses que puedan ayudar al desarrollo político, económico y social de la República Dominicana.
Diversificar el mercado es el mejor camino y podemos observar puntos estratégicos para el desarrollo, como el que representa la República Popular China, con sus más de 1,300 millones de habitantes, una cultura milenaria, cientos de inversionistas buscando mercados emergentes para invertir y suficientes líderes en tecnología de punta.
El inicio de relaciones diplomáticas entre las repúblicas Dominicana y la Popular China así como la consolidación de las relaciones comerciales abriría un nuevo sendero de desarrollo para el país caribeño, libre de las influencias de lo que la sociología económica, social y política universal ya han llamado “el capital salvaje en occidente”.
sp-am