Deberían hacerle caso a la idea de cumbre nacional

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El autor es antropólogo y catedrático de la UASD. Reside en Santo Domingo.

POR AQUILES CASTRO

La pandemia ha creado una situación nueva en el país y el mundo. Difícilmente se pueda rebatir esa afirmación con argumentos lógicos y convincentes.  Los que coinciden con ese enunciado, deben actuar en consecuencia.

Si en verdad estamos ante una situación nueva, hay que hacer caso a los reclamos de que la pandemia sea enfrentada con una estrategia de corto y mediano plazo cuyas acciones sean impulsadas y sostenidas más allá del gobierno central y demás instituciones del Estado.

Por la complejidad de la crisis y la especial circunstancia en que se produce (el interregno de un proceso electoral), requiere de la intervención protagónica de la sociedad y su diversidad de actores, incluida la oposición política. No es suficiente con el Estado.

No se trata solo de la pandemia en sí misma, sino los derroteros hacia los que apuntan sus secuelas en términos económicos, sociales y políticos.

En ese sentido una iniciativa tal como la posibilidad de pactar acuerdos trascendentes para la mejor gestión de la crisis en curso y el devenir inmediato del país, para que sea efectivamente útil no puede obviar que cumbres y pactos entre políticos y empresarios los ha habido por mucho y el saldo preponderante ha sido la frustración.

La credibilidad y expectativas ciertas de una iniciativa como la comentada, obliga a partir del hecho de que se trata de una crisis sin precedentes que obliga a su abordaje con visiones distintas a las que han prevalecido en la dirección del Estado a partir de los años 80 cuando el mercado comenzó a cabalgar atropellando la sociedad y servicios públicos fundamentales fueron privatizados.

En virtud de que la mayoría de la población tiene la expectativa de un cambio de gobierno de cara a las elecciones congresuales y presidenciales, un eventual pacto involucrando de verdad la sociedad y actores políticos, debería girar sobre políticas y mecanismos de decisión, implementación y seguimiento de las mismas, sin que para ello sea necesario la incorporación de opositores al gobierno.

A la luz de lo planteado, para que sea útil y creíble un eventual acuerdo debería incluir aspectos fundamentales que darían sustento al mismo. Me permito esbozar algunos:

De cara a las elecciones, coadyuvar a garantizar la equidad entre los postulantes a cargos públicos en los distintos niveles, y prever medidas que garanticen la participación masiva de la población. Para lo que viene después de la pandemia se requerirá de mucha legitimidad, y las urnas por sí solas, sin las acciones a la altura de las circunstancias de los funcionarios públicos no dan legitimidad, pero sin ellas es más difícil de construir esa legitimidad, pese a la nobleza de dichas acciones.

Acuerdo sobre el gasto público dirigido a propiciar condiciones económicas y sociales al pueblo, que permitan efectividad a las medidas clínica-sanitaria frente al coronavirus. En ese sentido es importante la garantía de ingresos a los trabajadores formales e informales, especialmente en sectores vitales como agrícola, pecuaria y transporte; y el incentivo mediante facilidad de crédito y subsidio público a los productores nacionales.

La atención sanitaria pública y gratuita, incorporando todos los centros de salud que reciben fondos públicos.

Liberación de recursos consignados en el presupuesto para el pago de la deuda externa; rebaja en escalas diferenciadas hasta un 50% de los sueldos de los funcionarios de la república de primer y segundo nivel; reducción al mínimo de las actividades del Estado no esenciales que demanden dólares y destinar las divisas para insumos de la producción, medicinas materiales y equipos sanitarios; prohibir la repatriación de utilidades, y considerar que éstas se conviertan en inversión extranjera en áreas que se consideren prioritarias.

Tomando en cuenta la alta prioridad que reviste la acción en el nivel local del territorio para el éxito de una estrategia nacional sanitaria, el acuerdo debe incluir la incorporación con protagonismo especial de los gobiernos municipales y las comunidades en la decisión, gestión y seguimiento de las políticas frente a la emergencia en curso.

Ayuda a la credibilidad y alcance real de un eventual acuerdo nacional que incluya entre sus bases temas como los propuestos, si el mismo incorpora taxativamente el compromiso de congelar la adopción de medidas que comprometan al próximo gobierno más allá de los temas concertados en una eventual cumbre con el alcance y representatividad nacional que comentamos.

La necesidad del encuentro o cumbre que algunos sectores políticos han sugerido, cobra mayor pertinencia si tomamos en cuenta que, concebido en estos términos, vendría a fortalecer un factor crucial para enfrentar exitosamente empresas ciclópeas como la que el país tiene por delante: la confianza. A la idea de cumbre nacional, por todo lo expuesto, los diferentes sectores de la sociedad, especialmente en el sector oficial, deberían hacerle caso.

JPM

 

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Liam Cartagena
Liam Cartagena
4 Años hace

Las mezquindades politicas y arrogancias del gobierno del comite politico y funcionarios asi como parte de la oposicion dejan al pueblo Dominicano en la ignorancia de entender que asi deberian de hacerse las cosas por una buena gobernavilidad que beneficiarias al pueblo en general y acabar con el mal que no aquejas a todos EL COVID-19. y otros males que son la corrupcion y la falta de funcionamientos de la entidades publicas como, salud, educacion, seguridad ciudadanas, independencia de justicia, mejor cuido del medio ambiente y una mejor distribucion de la riquezas del pais entres los Dominicanos.