Danilo Medina: entre evangélicos y católicos
«No se vive sin la fe. La fe es el conocimiento del significado de la vida humana. La fe es la fuerza de la vida. Si el hombre vive es porque cree en algo«. León Tolstoi
Conversando en Nueva York con unos amigos me sorprendí al oír un inusual señalamiento el cual hizo que me detuviera por un instante. Esto fue lo que expreso el sujeto: «El presidente Danilo Medina Sánchez no tiene fe en los dominicanos porque le ha abierto las puertas del país a los haitianos, por lo que la deforestación en la República Dominicana es un resultado de esa inmigración o de esa frivolidad imprudente«.
Me pareció que ese juicio estaba contaminado de segregacionismo y, sobre todo, de mendacidad cruel porque le atribuia al presidente Danilo Medina Sánchez un hecho falso y, más que eso, pérfido. A lo mejor este individuo no se ha topado en su trajinar por los bordes de su torpeza de lo que expresó Mahatma Gandhi: «Dios no ha creado fronteras. Mi objetivo es la amistad con el mundo entero«, cual es al parecer la política del «buen vecino« que enarbola el presidente, similar a la seguida por Franklin D. Roosevelt, en los Estados Unidos, en relación a Latinoamérica y el Caribe..
Nunca había oído encasillar a un mandatario con tan desafortunada e injusta irreverencia. Inmediatamente después de ese calificativo tan aventurero surgió de la humareda una opinión contraria a esa infamia. “Yo creo, por el contrario, que el presidente es un hombre justo”, dijo con mucha propiedad y alto sentido de urbanidad otro señor que estaba formando parte de aquel grupo políticamente extereogeneo.
Un señor de piel atezada por el sol de regular estatura que vende naranjas peladas en la esquina de la calle 179 y Saint Nicholas en el Alto Manhattan, lugar donde se sostenía la polémica, se acerca sigilosamente al grupo y lanza un inesperado reto: “Ningunos de ustedes estaría en condiciones de identificar al hombre de fe”.
Y, en forma de broma otro de los allí presentes le dice: “¡Oye! Chinero, te voy a hacer una pregunta: ¿Qué significa para ti tener buena fe frente a un país que parece que no ha encontrado su verdadero camino al éxito social y económico?”, quien formula la pregunta lo hace cargado de picardía como si quisiera probar conocimientos ajenos.
Luego, el barbero que estaba oyendo la improvisada polémica, detiene su labor y dejando a su cliente momentáneamente en el asiento a medio pelar, sale de su barbería con la tijera en su mano derecha y dices: «Excúsenme que me meta en su conversación. Para mí humilde parecer la fe es tener confianza en una persona o en los principios que sustenta«.
«Por ejemplo,–continua el barbero elaborando su idea sobre la fe y Danilo Medina– cuando el pueblo dominicano votó en un 61% o más a favor del presidente Medina en las últimas elecciones fue porque valoró su gestión al ver en él un gobernante en quien se podía depositar eso que ustedes llaman fe«, después de lo dicho el barbero se retira de nuevo a su trabajo.
Un señor que se desplazaba por la acera donde se sostenía el debate sobre la fe en la política dominicana, se detiene y con su Biblia debajo del brazo izquierdo gastada de tanto uso explica: «La fe significa, primero, conocimiento consciente, y segundo, la práctica de buenas acciones«.
Al oír esta expresión, el barbero que escuchaba la canción «Las perlas de tu boca« del cantante cubano Barbarito Diez, vuelve y sale de su establecimiento y corroborando con el religioso arremete: «Yo le pregunto a todos ustedes si cada vez que el presidente Medina hace una visita sorpresa no está practicando buenas acciones las cuales se traducen en bienestar para los pequeños productores agrícolas del país a quienes pocas veces los gobiernos le habían prestado dinero para su cosecha«. Lo expresado por el barbero hace que el grupo lo identifique como miembro del PLD o acaso simpatizante del presidente Medina.
El vendedor de libros y revistas interviene nuevamente sosteniendo el libro de Joaquín Balaguer «Los carpinteros«, advierte: «Miren, ustedes saben que yo no escondo verdades. Yo creo que el presidente Danilo Medina es un hombre de convicciones y quien muestra tener una férrea determinación por hacer del país algo diferente. ¡Como digo una cosa digo la otra!, eso no quiere decir en modo alguno que debemos tener una fe ciega«, expresó con sentido de lógica.
El religioso se identifica esta vez como creyente evangélico y al oír al barbero, interviene haciendo una aclaración: «La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve«. Frente a esta aclaración del religioso, viene una señora que vende ropas en la misma acera y quien haciendo una puntualización señala de entrada: «Yo soy católica, leo la Biblia y voy a la iglesia. No quiero meterme en su conversación de política, pero San Agustín dijo: «No se puede creer si no se quiere«.
«A mi manera de pensar,–continua la señora– yo creo que el presidente Danilo Medina se diferencia de Leonel Fernández y de Hipólito Mejía porque a él se le ve que tiene la voluntad de sacar al país a buen camino, como expresara Santo Tomas«.
Antes de retornar a su puesto de trabajo la dulce mujer recordó: «En la “tierra prometida”, la fidelidad a Dios varió desde Josué, Samuel, David y Salomón. Después, hubo reyes que obraron bien y otros que no. La fe de los reyes se apoyaba en la confianza, como la confianza que tuvo el rey Ezequías al verse rodeado por un ejército sirio mucho más potente y, posteriormente, en la lucha de los Macabeos contra los gentiles«.
De pronto se agrega al grupo un hombre de baja estatura, gordito y de tez negra a quien le apodan “El periodista” y dices: ¡Pero bueno!, aquí parece que están reunidos mansos y cimarrones, exclama con una sonrisa un tanto socarrona«. Y tu Escotto, ¿Cuándo llegaste? ¿Qué haces tú aquí con estos talibanes? A lo que le respondo: “son mis amigos de muchos años y tuyos, también«.
Uno de los contertulios le hace una pregunta al periodista, quien es perredeista-peñagomita a manera de tenderle una celada política: ¿Qué tu cree de Danilo Medina? «El presidente está haciendo bien su trabajo«, contesta con tono un tanto huidizo e inmediatamente embiste. «Pero se dice por estas tierras que Leonel Fernández es el que va para el 2020 por el PLD y dizque Hipólito Mejía por el PRM«. Nadie le responde y lo que recibe como respuesta es un silencio.
«¿Qué le parece a ustedes esa mutual?« Sin esperar respuesta se marchó del lugar con sus periódicos y se despidió de mi de esta forma: «Bueno Escotto, ¡nos vemos que tengo que recoger unos anuncios!. Oye, envíame tus colaboraciones para publicarlos en mi periódico. Son muy buenos los trabajos tuyos. Te leo siempre en Almomento.net«.
La intervención del periodista cambió momentáneamente la plática política. Una vez se marchó se reinició el tema de la conversación sobre la fe y la labor gubernativa del presidente Medina. A pesar de que el evangélico aclaró que no participa en política, sin embargo, a partir de la influyente intervención de la señora y, sobre todo, al decir ella que era católica se quedó en el grupo tratando de torcer el curso del origen de la conversación inicial.
«Oigan lo que les voy a decir –advierte el evangélico -: «La fe es una gracia, y un don de Dios. Para el presidente Medina estar haciendo la labor que está realizando en favor del pueblo dominicano tiene que tener fe en Dios que es quien ayuda y mueve su corazón«.
El vendedor de naranjas deja su puesto de venta y se acerca y vaticina, siempre echándole un ojo a su negocito: «Leonel no es un hombre creyente, él es simplemente un hombre inteligente que no volverá jamás a la pobreza ni a gobernar el país«.
La señora católica interviene y advierte: «No señor, usted no tiene el Espíritu de la verdad. En Juan 16: 13 el apóstol informa: «El único que puede predecir sobre la verdad es Dios y El nos hará saber lo que habrá de venir« Ahora bien – agrega –«cuando un pueblo pierde sus valores abandona también su buen juicio y es en ese momento cuando se pierde la facultad de escoger libremente y con prudencia«
Dicha señora, quien tiene también un ojo puesto en su negocio de ventas de ropas y sus oídos en la tertulia, le dices a una de sus hijas: «Échale un vetazo al negocio que este evangélico cree que se la sabe todo lo que esta en la Biblia.
A todo esto, vuelve de nuevo a la carga el vendedor de naranjas: “”Doña, como usted parece que sabe tanto de la la Biblia a lo mejor usted misma me podría contestar esta pregunta: “¿Quien vendrá después de Danilo Medina?«. Pues ponga atención a mi respuesta a esa pregunta: «No se sabe quien será digno de desatar la correa de su sandalia«.
Aquella tertulia política había caído en un debate religioso entre el evangélico y la señora católica: «Óiganme bien –expresa la señora – «creer es un acto auténticamente humano, que no es contrario a la inteligencia ni a la libertad del hombre. Lo que sucede es que Danilo ha puesto su inteligencia y su voluntad bajo lo que Dios revela«.
En la medida que la tertulia se caldea llegan más personas al grupo y el ambiente se vuelve más interesante. Una polémica de esa naturaleza no es posible en la República Dominicana sin que suenen unos tiros o las voces del Pacha y de Mickle Miguel, cerca o lejos de Funglode. “Señora – el evangélico vuelve a la carga – déjeme decirle que la fe es verdadera, más que cualquier conocimiento humano, pues se basa en la palabra de Dios, que no puede mentir ya que Él es la verdad«.
Exactamente, por eso digo que «Danilo está haciendo bien su función de presidente porque él sabe que la certeza que da la luz divina es mayor que la que da la luz de la razón natural«, responde la católica. Y, seguidamente agrega: «La fe trata de comprender porque es inherente a ella misma«.
«El pueblo dominicano –no Leonel, que no es creyente— explica la catolica, desea conocer cada vez mejor a Danilo Medina, por eso lo reeligió y en quien ha depositado su confianza y su fe. Según San Pablo en su carta a los Efesios dice: «Creo para comprender y comprendo para creer mejor«.
Y yo que también soy un hombre de fe con libertad divina para dudar a veces quiero creer que en el Año del Agua como prioridad nacional el presidente Danilo Medina no caiga en la mala fe del sector eléctrico, un verdadero grupo económico con sed de todo.
Me despido con estos versos de Freddy Gastón Arce: «Sucede que a veces Dios hace la jornada de la sangre y el encuentro«
JPM