Atención Pro Consumidor
Hay que acabar con la mala práctica de las letras chiquitas en las promociones de almacenes de cadenas y supermercados del país porque están confundiendo a los clientes con los precios que en ocasiones se enteran cuando ya están en sus casas, otros afortunados se percatan en la caja, con tiempo para reclamar o devolver el artículo en cuestión causando malestar a todos los que en ese momento se encuentran haciendo fila en la caja registradora.
Inteligentemente colocan en números bien grandes el precio anterior y el precio actual con un descuento tentador para que se decida por esa opción que le garantiza reducir el valor total de la compra, hasta ahí todo va bien, el problema comienza cuando usted se da cuenta que el producto pasó por la caja con un precio mayor al de la oferta, entonces usted reclama y la cajera o cajero le dice que es exclusivo para tarjeta de membrecía del establecimiento o que es para la segunda unidad, que revise bien que allá lo dice.
Efectivamente tiene toda la razón porque sí lo tiene escrito en letra Arial número 6 o 4 mientras el precio lo colocan en tamaño de 100 puntos; esas letras que no son pequeñas sino “chiquitas” no se pueden leer fácilmente ni con lentes fondo de botella. ¿Por qué hay que colocarlas tan chiquitas y en una esquina del afiche? que en la mayoría de los casos está doblado por lo que tampoco deja ver algo escrito más que el precio. Claramente se ve la intención de engañar al cliente.
Hay personas que no se llegan a enterar simplemente porque no revisan, solo están pendiente del total de la compra para pasar la tarjeta de crédito. Pero, hay otro tipo de persona que por la edad apenas puede ver la supuesta promoción por lo grande que la colocan no siendo así con las condiciones del precio.
Otros casos
Otra situación se da cuando usted ve el precio del artículo debajo de este y lo toma porque le parece razonable o adecuado a su presupuesto más sin embargo cuando está en caja se entera que el valor es otro mucho más alto al que usted vio allá junto al producto, cuando el cajero revisa le dice que usted tiene que fijarse en el código de barra porque es diferente al del artículo que usted tomó.
Hay que saber de inventario para comprar en algunos establecimientos y no salir estafado, porque en la práctica eso es una estafa que, por tratarse en algunos casos de cantidades pequeñas uno piensa que no vale la pena reclamar. Pero, a cuantas personas al día, al mes y al año logran engañar, de esta manera están robándole a los ciudadanos millones de pesos.
También, hay casos en que la mayoría de los productos están marcados con bajos precios, pero, al lado hay otros de la misma categoría que no están marcados con el valor, pues, resulta que estos que no están marcados tienen un valor mucho mayor a los demás, usted se entra en la caja.
Es hora que Pro Consumidor como entidad gubernamental creada para proteger a los compradores de bienes y servicios tome cartas en este tema, que exija a los establecimientos claridad en las promociones y rebajas de precios, que todos los productos estén marcados con su precio correcto, fácil de leer; que todo el texto sea en igual tamaño, grande por supuesto, para que cesen esas prácticas dolosas contra los consumidores. Y si hay que legislar para lograrlo, ahí está el Congreso.
jpm-am
…»eso es un tigueraje, muy frecuente y habitual en rep. dominicana, y eso viola las leyes, lo mismo esa practica aplican en los contratos de credito, y demas, y en muchas etiquetas de escaparates y demas, esos comercientes siempre quieren tratar de pasarse de listos, y quieren hacerse multi-millonarios con esas mañas y tiguerajes» !!!…
Se te olvido el problema de las etiquetas con los edulcorantes y conservantes qué hacen mucho daño a nuestra salud