Aquellos polvos trajeron estos lodos

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El autor es periodista. Reside en Santo Domingo

 A Milton Ray Guevara, fervoroso institucionalista

Veo a gente anecdótica, de razonamiento superficial, y a intelectuales capaces de conceptualizar hondo, rasgándose las vestiduras y mostrarse alarmados por terribles sucesos acaecidos.

Nos asombramos ante terribles crímenes perpetrados por personas a las que se suponía amigas de las víctimas, en acciones que nos orillan al espanto.

En los tiempos modernos convivimos en lo que el filósofo Guy Debord describió desde 1995 como “La sociedad del espectáculo”, sintetizada por él en “la declinación de ser en tener, y de tener en simplemente parecer”.

Esa descripción general del tejido societal, buena parte de los dominicanos la asumimos en una especie de sociedad vacía en la que hemos banalizado y devaluado la comunicación social, el ejercicio de la política, actividades empresariales, la religión y hasta las relaciones familiares y de amistad.

Ahora desde la música y desde una pseudocomunicación que se vierte desde ciertas redes, se nos acribilla a mansalva con todo tipo de obscenidades, vulgaridades, chabacanerías y manifestaciones como el perreo, sin creatividad que edifique..

Además de las matizaciones que nos vienen cambiando desde “cuando éramos felices e indocumentados”, Gabo, y desde antes de las secuelas reductoras y de distraibilidad que nos dejó en la psique el Covid19, además de esos hándicaps, de 2004 a 2012 a los dominicanos se nos inoculó en choque desde el gobierno, y a través de una masiva captura de comunicadores y de medios, un ejercicio de  prostitución de la comunicación social puesta al servicio de un plan político.

Un registro de finales de 2004 estableció que más de 3,000 comunicadores y medios fueron contratados por el gobierno de Leonel Fernández, práctica que siguió Danilo Medina, para que las llamadas bocinas matizaran todos los temas de estado, especialmente los relativos al manejo de los fondos públicos.

Que asordinaran el relajo que hacían en las instituciones estatales, y promovieran las vueltas de que “aquí corruptos somos todos”, y de que “nada es nada”, y “mierda es todo”.

El plan, que terminaría en una depredación del erario que podría alcanzar los 500 mil millones de pesos, era disimulado tras una cualquierización de valores constructivos y de respeto a la moral ciudadana que ordenaba y organizaba a los dominicanos.

El relajamiento incluyó la desaparición de los informes semanales que daba Balaguer sobre los pagos del gobierno, eliminación, “flexibilización” y politización de los órganos contralores del estado, anulación del rol fiscalizador del Congreso Nacional y su conversión en un sello gomígrafo del Poder Ejecutivo, politización de la Cámara de Cuentas y las altas cortes.

La función pública fue degradada a extremos nunca vistos y se convirtieron las compras y contrataciones públicas en un mecanismo de enriquecimiento ilícito de tahúres y comerciantes inescrupulosos asociados con políticos delincuentes.

Parte, apenas una parte, de todo ese proceso de degeneración lo vemos hoy en los tribunales.

Esa cualquierización de la sagrada función del estado, crecimiento del narcotráfico, otorgamiento del grado de coronel PN al narcotraficante Arturo del Tiempo; difusión de que un presidente de la República había tenido tratos sobre dineros de campaña con narcotraficantes.

Confesión de parte, escrito está, de que las campañas electorales de 2008, 20012 y 2016 (una de Leonel y dos de Danilo) fueron financiadas  con dinero de la mafia Odebrecht; y denuncia de traiciones entre los dos principales líderes del partido en el poder…

En el período 2004-2012 se produjeron dos grandes detonantes del desorden montado para esa época: los índices de homicidios y violencia alcanzaron 26 puntos porcentuales por cada 100 mil habitantes, el pico más alto desde entonces hasta estos tiempos, según cifras oficiales.

El otro pico afloró de 2009 a 2011, cuando se produjo el más grande desbordamiento de entrada al país de ilegales haitianos, conforme encuestas de la Oficina Nacional de Estadísticas y de FLACSO publicadas por FUNGLODE.

De todos esos polvos vienen los lodos que sentimos ahora nos asfixian, y que resultan más traumáticos porque fueron esparcidos precisamente por los que llegaron al poder prometiéndole al pueblo Un Nuevo Camino.

Ahora el gobierno del presidente Luis Abinader ha restablecido la separación e independencia de los poderes del estado, fortaleciendo el sistema judicial, reformando a la Policía, eliminando la corrupción administrativa, persiguiendo como nunca el narcotráfico, entre otras medidas reparadoras del marco democrático institucional y la convivencia cívica.

Y dando el Presidente, día a día, un impresionante ejemplo de capacidad de trabajo al servicio del pueblo, una conducta ejemplar como hombre de familia, y una pasta de estadista a la altura de la honestidad y la conducta ejemplar que se espera del primus inter pares, el primero entre iguales.

Por ahí podemos desandar los malos pasos dados por los 5 gobiernos del PLD y empezar a trillar nuevas sendas en el desafiante mundo que vivimos.

jpm-am

 

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El bruto
El bruto
10 meses hace

Nelson, y el gobierno de Don Hipo que?
Sigue en defensa del chequesito o botella que recibe.

SCART DEL RIO
SCART DEL RIO
10 meses hace

ESTO PARECE UN PRO HIPNOTISMO ELECTORAL.SERA VIERTO QUE EN EL PAIS DE LOS CIEGOS EL TUERTO ES REY….NO A PALABRAS OBSCENAS.

Real
Real
10 meses hace

No te pongas tan triste bozo de ponche.

julio cesar
julio cesar
10 meses hace

Que raro que este señor no le echo la culpa a Leonel.