Anomalías constitucionales en el crimen

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EL AUTOR es abogado y profesor universitario. Reside en Santo Domingo.

El maestro Lombroso y otros, siempre afirmaron que existe una verdadera y propia anatomía patológica de la criminalidad, representada por anomalías que se constata en el cráneo y en el cerebro de esos criminales sobre los cuales.

En ocasión de las autopsias practicadas se comprueba una muy alta frecuencia de anomalías, de desarrollo y de conformación en el cráneo y de procesos endocrinos que, según la ciencia moderna, debe estar relacionado con diagénesis progresivas y disfunciones orgánicas que ejercen una fuerte influencia sobre las funciones del cerebro.

Según Morselli, en los criminales, usuales son también las anomalías debidas a la irrigación de sangre al cerebro. Según otros sabios, frecuentes son las anomalías que se constata en la zona cortical del cerebro y de la cito-arquitectónica cuya estructura físico química juega un rol enormemente importante desde el punto de vista de la actividad psíquica.

Todo conduce en efecto a pensar que la predisposición al delito, sobre todo cuando es grave, encuentra justamente su génesis en los procesos degenerativos particulares del mesencéfalo a menudo acompañadas de un defecto funcional más o menos grave de la zona cortical del cerebro. El mesencéfalo posee, se sabe, funciones y características que se diferencian netamente de las atribuidas a la cordialidad.

Constituye el cerebro vegetativo y tiene por tarea principal de regular los fenómenos vegetativos y sobre todo los fenómenos relativos a la nutrición y a la reproducción. Se sabe también que el mesencéfalo y los ganglios de la base son considerados como el asiento de la vida afectiva en el cual se encuentran los instintos, la vida emotiva, la sentimentalidad.

Pero, todo eso es enormemente importante desde el punto de vista del conocimiento de la génesis y de la dinámica de la criminalidad, que se manifiesta precisamente sobre la base de perturbaciones y de alteraciones de la vida instintiva, emotiva y afectiva.

La importancia que reviste el mesencéfalo en cada proceso crimino genético es igualmente confirmado por la frecuencia con la cual, en los criminales constitucionales principalmente, se constata anomalías fisio-psíquico que aparecen como sintomáticos de afecciones tocan el encéfalo (convulsibilidad, perturbaciones motoras y psicomotoras, emotividad o frialdad emocional, irritabilidad, impulsividad, etc.).

De ahí la necesidad de proceder a encuestas siempre más rigurosas sobre esta zona del cerebro, de manera a mejor poder conocer las relaciones que intervienen entre cerebro vegetativo y actividad psíquica, tan consciente como inconsciente y automático.

De la relación que existe entre el sistema nervioso vegetativo y el sistema nervioso de relación nace la relación entre la personalidad instintiva profunda, inconsciente o subconsciente, y la personalidad consciente; la forma en que se establece esta relación depende en gran medida de la actividad psíquica individual.

Según Pende, los informes que intervienen entre el cerebro extrapiramidal vegetativo endocrino simpático y el cerebro de relación son de la más alta importancia para el desarrollo de la vida psíquica consciente e inconsciente. Afirma que la vida de unión, la solidaridad, el perfeccionamiento funcional de esos diferentes sectores estructurales dinámicos del cerebro alcanzan grados diferentes según el individuo.

En ciertos hombres, la unidad entre esos sectores es perfecta; son individuos psíquicamente unitarios; en cambio, en otros, como por ejemplo los histéricos, psicasténicos, los neurasténicos, los esquizoides, los sujetos a doble personalidad, los telepáticos, tele estéticos, la di sociabilidad entre el cerebro subcortical y cortical se constata con una facilidad extrema.

Recordemos además que el mesencéfalo es más particularmente susceptible de alteración que puede ser congénita y adquirida y que a menudo son debidos a causas tóxicas e infecciosas (alcohol, sífilis, tuberculosis, etc.).

Son sobre todo los miembros y recientes experiencias efectuadas por especialistas sobre las disfunciones y anormales mesencefalicas consecuentes a la encefalitis epidérmica, sobre todo en la infancia, que han permitido poner en evidencia el rol importante que juegan las alteraciones del mesencéfalo en el desarrollo de anomalías del temperamento y del carácter individual, y por consiguiente las tendencias antisociales y delictivas en general.

Desde mucho tiempo, Boschi llamó la atención de los especialistas sobre la importancia de los hipo mesocefálicos y hemibiotrofos mesencefálicas o meiopragia mesocefálicos particulares, enfermedades psíquicas sine materia, que pueden jugar un rol importante en el determinismo causal de las diferentes anomalías del carácter y por consiguiente de la criminalidad.

jpm-am

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