América Latina y su alianza con China y Rusia
Nadie pone en dudas que en esta segunda década del Siglo XXl, Rusia y China surgen como nuevas realidades geopolíticas, dos fuerzas imperiales que son producto del nuevo juego de poder, que es la globalización de los mercados, ellos cuentan con los dos aspectos fundamentales capacidad de producción y un enorme mercado de consumidores. Ya el mundo no se divide entre capitalistas y socialistas, sino en países pobres y ricos, productores y consumidores, sus capacidades en estos últimos aspectos categorizan su importancia o relevancia como socio estratégico, y aquellos que cuentan con riquezas no renovables como el petróleo, siempre serán miembros de honor en los organismos crediticios asiáticos y occidentales. La incorporación de Rusia y China al mercado capitalista, plantea nuevas realidades globales, y para Estados Unidos de Norteamérica la obligatoriedad de reinventar nuevas estrategias para mantener sus aliados y socios comerciales. Rusia y China están aumentando su presencia en los países latinoamericanos, por ejemplo, Argentina, Venezuela, Brasil, Cuba, Ecuador y otros países, debemos destacar un cambio en la política exterior de Rusia, su presidente recientemente realizó una gira por América Latina, destacando la importancia de esta región para la Federación Rusa, a la vez que la presidenta de Argentina en visita oficial en China rubricaba varios acuerdos de cooperación bilateral, mientras hace poco un tribunal norteamericano imponía una severa sentencia por el caso de los «fondos buitres». Sobre este particular debemos destacar que este durísimo revés judicial, que consistió en el rechazo de una Corte de EEUU a la apelación del país sudamericano, le obligó a su presidenta Cristina Fernández a buscar alternativas contrarreloj para no caer en un nuevo cese de pagos, transitar hacia un «default» estas razones le acercan a Asia y le alejan de su vecino del norte. La profundidad de la alianza de los rusos y chinos, hay que analizarla evaluando los últimos movimientos en el ajedrez financiero, a tal punto que escuché a un comentarista económico de CNN decir : Los financiamientos a Venezuela, Argentina, Brasil, Ecuador y otros, han sido muy importantes, a tal punto que los empréstitos sobre pasan los compromisos financieros con el FMI y otros organismos como el BID y o Banco Mundial. Debemos recordar que en junio del 2012 durante su visita a cuatro países de América Latina, el premier Wen Jiabao indicó que quiere duplicar el comercio con América Latina en cinco años, además de abordar la posibilidad de un tratado de libre comercio con América Latina. ¿A qué se debe este creciente interés en la región? China necesita energía y alimentos, además que esta región, tiene una economía que maneja según cifras del Banco Mundial 6.06 billones de dólares anuales de los cuales dos mil doscientos billones sde dólares vienen de la economía brasileña. China por su parte necesita importar commodities y materia prima, estas son las razones fundamentales de la profundización de su alianza transpacifico. Entre 2001 y 2011 el comercio entre ambas regiones creció un 30% anual hasta rondar los US$ 24.000 millones el año 2011. Existe una firme determinación de China de consolidar su presencia países como Brasil del cual se ha convertido en uno de los principales socio comercial. Se aprecia que Estados Unidos mantiene como prioridad su agenda de mediación o intervención en los conflictos internacionales como son los que se registran en Israel, Irak o Afganistán y ahora Ucrania. Estados Unidos da la impresión de caminar a espalda de las nuevas realidades geopolíticas y de los mercados financieros globales. Estados Unidos de América, como todos los imperios fundamenta su existencia en el aumento creciente del dominio de nuevos territorios, por esas razones observamos la presencia militar y cooperación económica de EE.UU en los cinco continentes, con los argumentos de preservar la paz, respeto de los derechos humanos y el fortalecimiento de los regímenes democráticos, lógicamente este es el ardid, porque en el fondo subyace la realidad de dominio y mercado. Estados Unidos de Norteamérica, profundiza sus relaciones de cooperación en todas las áreas con la Unión Europea y abandona sus socios tradicionales, como son los países de Centro América, Sur América y el Caribe, mientras los chinos con sus alforjas repletas de capitales frescos vuelvan por la ruta que en otrora trazara Marcos Polo. Es muy probable que los estrategas responsables del diseño de la política norteamericana, sigan pensando como Herman Melville, quien afirmó: «…No somos una nación, antes bien somos un mundo; porque, salvo que podemos proclamar que fuimos engendrados por todo el mundo, como Melquisedec, no tenemos ni madre ni padre…Nuestro linaje se pierde en la paternidad universal…Somos los herederos de todos los tiempos y con todas las naciones dividimos nuestra herencia». Es muy probable que los norteamericanos piensen como Louis-Ferdinand Céline: «No hay forma de escapar al negocio estadounidense». Finalmente, parece quedar atrás el entusiasmo y camaradería reinante en los febriles días de debates que culminaron con la firma del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centro América y República Dominicana, mucho antes se había rubricado con México, siendo importante recordar que América Latina es la única economía que ha tenido un crecimiento sostenido, y no sufrió los contagios de la crisis económica y financiera, que afectó las grandes economías mundiales.