Los pantalones en la mujer

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EL AUTOR es médico y abogado. Reside en Santo Domingo

En la actualidad, muchas personas de seguro piensan que el uso de pantalones por parte de la mujer tiene como finalidad básica la exhibición de las curvas de su cadera, puesto que muchas los usan de manera tan ceñida, que con frecuencia se genera la interrogante sobre cómo hicieron para poder ponérselos. Y puede ser que en muchos casos tengan razón.

La realidad es que el uso de esta prenda de vestir en la mujer fue algo progresivo que fue resolviendo las dificultades que tenían las mujeres para ciertas actividades, esencialmente deportivas, que eran de su agrado. En el siglo XIX las mujeres usaban unos bombachos ceñidos a la rodilla para montar en bicicleta o una falda pantalón para montar a caballo. Pero más allá de estos usos, el pantalón seguía siendo considerado como una prenda masculina.

El calzón largo, ceñido o con pie, suelto y ancho, que se hizo famoso en ferias y teatros europeos, usado por los hombres, empezó a ser imitado por autores no italianos y más adelante comenzó a generar furor, constituyéndose en una prenda habitual del hombre, desterrando en lo que al atuendo masculino se refiere las prendas anteriores, que eran las túnicas.

Primeros usos femeninos

Pero este calzón largo, que fue el origen de los pantalones de hombre, como los conocemos hoy, sirvieron de inspiración para la feminista y diseñadora de moda norteamericana Amelia Jenks Bloomer, quien ya en 1851 escandalizaba a la sociedad neoyorquina ataviada ella misma con una prenda parecida. La señorita Bloomer copió la idea de su amiga Elisabeth Smith Miller, con la diferencia de que esta última no se atrevía a irrumpir en lugares públicos vistiendo pantalones.

Se considera, pues, que Amelia Bloomer fue la primera en intentar introducir los pantalones en las mujeres. Para ello realizó un diseño inspirado en el tradicional traje turco, que consistía en una falda a la altura de la rodilla que se usaría con unos pantalones anchos debajo. Penosamente, los diseños de Amelia no llegaron muy lejos debido a que el feminismo en aquella época estaba considerado como una amenaza y las primeras mujeres que utilizaron esta pieza eran muy mal vistas por la sociedad.

Siglo XX

Ya a comienzos del siglo XX, los movimientos feministas, en su lucha por la igualdad con el hombre, reclamaron el derecho de la mujer a vestir pantalones. Y para los años 30, las mujeres de la alta sociedad comenzaron a usar pantalones en lugar del traje común de falda y chaqueta.

Algunas estrellas de Hollywood, como Katherine Hepburn y Marlene Dietrich, decidieron dar un giro revolucionario y vanguardista en su vestuario durante los años 30, logrando escandalizar a la opinión pública, puesto que el uso del pantalones por la mujer era concebido como un intento de reemplazar al hombre como cabeza de la familia; pero esta visión sólo perduró hasta los años 50.

Segunda Guerra Mundial

Pese a estos usos, que eran excepcionales, los pantalones continuaban siendo una prenda estrictamente para hombres, todavía hasta poco antes de la Segunda Guerra Mundial.

Cuando realmente se comenzó a ver muchas mujeres vestidas con pantalones fue durante la II Guerra Mundial. Mientras sus maridos combatían, las mujeres tuvieron que ocupar sus puestos vacantes en las fábricas y trabajos agrícolas, y por necesidad y comodidad, comenzaron a usar los pantalones de sus maridos facilitándose su desempeño laboral.

De esta manera, el pantalón femenino se consolida y evoluciona. Aunque hay que admitir que en el año 1935, en Estados Unidos se creó la marca Lady Levi’s, y a partir de entonces el uso de pantalones comenzó a popularizarse entre las mujeres norteamericanas; sin olvidar que la diseñadora Coco Chanel lo había lanzado en los años 20, utilizando la ropa de su novio, en Deauville, por lo que es considerada por muchos como quien lo introdujo y popularizó en la moda femenina.

Años 60

Los movimientos feministas continuaron reclamando el derecho de la mujer a vestir pantalones en su lucha por la igualdad con el hombre, logrando que con el paso del tiempo la sociedad se fuera acostumbrando, a tal punto que ya en la década de los 60 era normal ver mujeres utilizando pantalones y en la actualidad es más común verlas llevando pantalones que faldas.

En los 60 el pantalón femenino causó una verdadera revolución. A esta revolución contribuyó tanto el movimiento hippie como diseñadores de alta costura, como Yves Saint Laurent, quién se encargó de consolidar esta prenda inicialmente de uso exclusivamente masculino.

Para el 1966, Yves Saint Laurent lanza el primer esmoquin femenino. Este traje empoderó la figura de la mujer, transmitiendo sensualidad y fuerza, e inspiró a muchos otros diseñadores de la época a diseñar en adelante, diferentes estilos de pantalones femeninos, los cuales han evolucionado de muchas maneras: pitillos, acampanados, piratas, corsarios, shorts, falda pantalón, bombachos, etc.

 

Así pues, desde 1966, Yves Saint Laurent y la vida moderna introdujeron los pantalones en el guardarropa femenino para siempre, logrando convertir el pantalón en una de las prendas favoritas de la mujer. Es una pieza del atuendo femenino tan válida que los hay para todo uso: laboral, para fiestas, para reuniones formales, para estar en la casa con comodidad, etc., satisfaciendo las más estrictas exigencias. ¿Qué mujer podría vivir hoy sin pantalones?

jpm-am

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