Fragmentos de memoria sobre San Cristóbal
Por NELSON MEDINA NINA
Recientemente participé -invitado por el periodista José Pimentel Muñoz- en el conversatorio “Vistazo histórico a San Cristóbal”, celebrado en Campo Club San Cristóbal.
Este fue un especial momento no solo para reencontrarse con viejos amigos, compueblanos todos, sino también para compartir anécdotas y narraciones de hechos que a veces, aunque parezcan sencillos, influyen de forma decisiva en acontecimientos históricos locales.
Precisamente, Stefan Zweig, en su libro “Momentos Estelares de la Humanidad”, hace gala de esa expresión, cuando detalla diversos hechos aparentemente simples, que impactaron de forma decisiva en trascendentes acontecimientos históricos de la humanidad. Es ahí donde radica la importancia de este tipo de evento. Proporciona elementos que refuerzan la cohesión comunitaria al relevar hechos que pese a ser sencillos, trascienden el tiempo para convertirse en factor de identidad local.
Aunque este encuentro estaba pensado para relatar hechos y anécdotas ocurridas en los años 60, 70 y 80, me fui mucho más allá en nuestra historia local, para resaltar dos sucesos trascendentes ocurridos en nuestra provincia, y que la historia local ha soslayado.
Los negros
Me refiero, en primer plano, a la presencia de negros libertos traídos al país desde los Estados Unidos, a inicios del siglo XIX, algunos de los cuales fueron instalados en San Cristóbal.
Varios autores han hablado de ello. Destaco aquí el libro “Santo Domingo y el Caribe. Ensayos sobre Cultura y Sociedad«, escrito por el sociólogo holandés Harry Hoetink, ya fallecido; quien estuvo casado con una sancristobalense, prima hermana de nuestro compueblano Tomás Espinal Rivera. También el libro “Cultura y Folklore de Samaná”, autoría del sociólogo Dagoberto Tejeda; donde también se aborda este tema.
Lo que quiero resaltar aquí es el hecho de que uno de esos libertos, de nombre Joseph Allen, apenas un jovenzuelo, no se adaptó en San Cristóbal; se fue a Samaná donde tampoco logró habituarse, regresando a Estados Unidos, donde años después se hizo Obispo de la iglesia Anglicana.
En segundo plano, menciono dos hechos prácticamente desconocidos por la historia local, relatados de forma soslayada por el intelectual haitiano Alfred Viaux en su libro “Negros, Mulatos, Blancos. Sangre, nada más que Sangre”, publicado por la Editora Montalvo en 1955; en el cual el autor describe dos matanzas llevadas a cabo por la soldadesca haitiana, en la comunidad de Samangola y en Yaguate, respectivamente.

Arabes
El Dr. Ramón Puello Báez, en su libro “Crónicas de San Cristóbal”, publicado en su primera edición en 2002, relata la presencia en nuestro pueblo de varias familias de origen árabe, quienes se instalaron aquí dejando su impronta, cuyos descendientes todavía están vinculados, directa o indirectamente, a esta comunidad.
Los Jaar, los Hasbún, los Jacobo, los Musa, los Yunes (que fueron mis vecinos) y los Lama, entre otros; a quienes en San Cristóbal algunos dimos en llamar como “los Turcos” y otros “los libaneses”. Traje este tema a colación al auditorio de Campo Club, para expresar mi sincero lamento y condena a los hechos actuales escenificados entre Israel y el grupo palestino Hamas. Si lo que está haciendo Israel en la franja de Gaza es condenable, desde el punto de vista humano, también lo es lo que hizo el gripo Hamas el pasado 7 de octubre.
Los húngaros
El libro “La Política de Inmigración del Dictador Trujillo”, cuya primera edición es del 1979, su autor, el historiador norteamericano C. Harvey Gardiner, relata sobre los judíos, españoles, húngaros, italianos, japoneses y otras nacionalidades que llegaron al país luego de la segunda guerra mundial gracias a la estrategia del régimen, dirigida a granjearse una imagen positiva y humanitaria en el escenario internacional.
En esa obra Gardiner menciona la celebración en San Cristóbal del “Festival Húngaro”, el cual consistía en un encuentro de los húngaros que llegaron a San Cristóbal para trabajar en “La Armería”, celebrado para revivir su cultura en tierras extrañas, tiempo en el cual bailaban, cantaban, bebían cerveza e ingerían su gastronomía típica.
Recuerdo vagamente en mi memoria, yo con 5 o 6 años, la ocasión en que mi padre, que se desempeñó como Encargado de Personal en La Armería tras la muerte del dictador, me llevó a la casa del señor Radler, padre de Ingerborg Radler Ramírez, que estaba ubicada frente a las oficinas de la entonces Corporación de Electricidad, donde ahora está la Funeraria Savica. En aquella residencia se realizaba un encuentro social en el que se reunían amigos inmigrantes europeos y sus familias, junto a vecinos y amigos. Asumo que Gardiner podría estarse refiriendo a ese tipo de encuentros.
El agudo intelectual jesuita reverendo Tom Lluberes, quien fuera Rector del Politécnico Loyola en San Cristóbal, en un artículo publicado en la revista “Eme Eme: Estudios Dominicanos”, editada por la Universidad PUCAMAYMA, al analizar la producción y exportación de tabaco, da cuenta de la instalación de una “Colonia Mixta ” en la comunidad de Hato Damas, en San Cristóbal, donde se producía un tabaco de alta demanda en Europa; y donde se instaló a su llegada al país e inició su nueva vida, a quien se ha dado en considerar como ”la decana de la crónica social dominicana”, doña María Ugarte (EPD)
Kindergarden
Permítaseme obviar el hilo conductor de la narrativa que he llevado hasta ahora, para adentrarme en algunas imágenes fragmentadas que se entrecruzan en mi memoria, que signan mis recuerdos del San Cristóbal del ayer y que, de alguna manera, nos dicen qué tipo de sociedad fuimos.
Recuerdo, quizás a inicios de 1961, yo en el colegio Kindergarden, de doña Lola, ubicado en las instalaciones del Casino San Cristóbal. Una media mañana nos colocaron en el balcón del edificio a todos los estudiantes, niños que no sobrepasábamos los 5 o 6 años, y nos indicaron que saludásemos a alguien que pasaba frente al colegio, en la avenida Constitución, en un suntuoso carro negro.
Así lo hicimos todos. Todos decíamos adiós con nuestras manos, con una alegre sonrisa, sin saber ni entender de quien ni de qué se trataba. Al correr de los años, entendí que era el dictador Trujillo, poniendo en práctica el culto a la personalidad, para seguir construyendo su legitimidad social.
En otra ocasión, quizás diciembre de 1960, se anunció que Santa Claus iría a San Cristóbal a repartir juguetes. Mi padre, que entonces era oficial del Ejército en la Fortaleza General Antonio Duvergé, nos dijo, a mi hermano Sócrates Medina (Cuqui) y a mí, que nos llevaría a ese evento.
Imagínense ustedes, unos niños en aquella época, “conociendo” a Santa Claus en persona. Mi corazón rebozaba de emoción. Aquella tarde mi padre nos toma de la mano y nos lleva frente a la fortaleza, donde ahora está el sector San Isidro. Allí había congregada lo que para ese entonces lo percibíamos como una muchedumbre, integrada por decenas de padres y madres con sus hijos, esperando la llegada de Santa Claus. Entrada la tarde aterrizó allí un helicóptero, del cual salió Santa Claus saludando con su bazo y con una bolsa de juguetes en la otra mano, que empezó a repartir. Lamentablemente, mi hermano y yo no alcanzamos más que empujones y desilusión.
Luego me enteré que se trataba de Ramfis Trujillo, vestido con el tradicional disfraz rojo y blanca. Esa fue una práctica de promoción populista del clientelismo estatal, que con sus respectivas variantes, han replicado sucesivamente todos los gobiernos que hemos tenido tras la desaparición de la dictadura, salvo el que encabezó el coronel Caamaño, en 1965.
jpm-am
Gracias y llena de orgullo de llamarte amigo desde mi juventud. Que material más interesante, el expuesto.
Gracias hermano por esos relatos tan importantes para todos, habrá un nuevo pa’lante
Muy valiosos datos históricos, muy bien llevados, que aportan significativamente y nutren el intelecto ….! felicidades.!!!
Interesante, un gran material para entender a San Cristóbal
Excelente 👏
Excelente…gracias milito
Perdon por la redundancia.Debi omitir la palabra desstruir.
y tambien LOS, redundante en demasia.
Muy interesante cronica de este evento.Sugiero humildemente que para proximas exposiciones se incluya el tema de la destruccion imperante en la actualidad de destruir todas nuestras edificaciones antiguas,como acaba de ocurrir con el hotel Constitucion.Es hora de poner un pare.Gracias Milito.
Nelson (Es Genaro «Collado») me gustaria participara en el proximo encuentro de ese tipo pues ya estoy en San Cristobal de retirado y deseo ver como nos juntamos esos viejos compañero del esos tiempos y compartir anectotas …
Nelson k bien me gustaria asistir en el proximo encuentro ya que estoy aki en San Cristobal de retirada, deseo juntarnos con todo ese grupo de nuetra promocion …por favor dejame saber cuando sera. (Genaro) mejor conocido como Collado de Los Papiteiros jajajajajaj.
Un relato anecdótico el autor lo daña citando a Caamaño. Pregunta: fue el suyo un gobierno verdadero?. En realidad, un gobierno de algunas cuadras de la ciudad de Santo Domingo, de algunas calles. Un gobierno sentimental, de sueños, irreal.
¡BABOSO!
A CASO, EL CORONEL DEL 24 DE ABRIL DE 1965, FRANCISCO ALBERTO CAAMAÑO DEÑO, NO ES UNA FIGURA NACIONAL E INTERNACIONAL, ¿PARA HISTORIA UNIVERSAL?
TENDRAS TU, LOS COJONES QUE CAAMAÑO TUVO, AL ENFRENTA A LA PRIMERA POTENCIA MUNDIAL, ES DECIR, A ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMERICA, UN 28 DE ABRIL, EN LA ZONA COLONIAL DE SANTO DOMINGO, ¿REPUBLICA DOMINICANA?
A LA VERDAD QUE LOS CRITINOS COMO TU, SIEMPRE SALEN ESCRIBIENDO DISPARATADAS.
Te será imposible borrar la historia,cómo grandes intereses han hecho ,o tratado de hacer,con eso de » la avenida del puerto»,una ruto designada legalmente con el nombre de Caamaño,que a propósito, está ligado a San Cristóbal.