Educación pésima y Navarro pensando en pelota

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EL AUTOR es vocero de la Juventud Duartiana. Reside en Santo Domingo.

POR ÁNGEL GARCÍA

Los problemas en la educación dominicana son tan diversos como los males que golpean al país a lo largo y ancho de todo el territorio. Mediciones como el informe de PISA publicado en diciembre de 2016 nos colocan en los últimos lugares en asignaturas como Matemática, Ciencias y Lectura. De 72 países evaluados, el nuestro ocupó el quinto lugar más bajo.

Otra prueba en la que el sistema educativo nacional reprobó es en lo que tiene que ver con la accesibilidad a las escuelas. Un informe publicado por la Coalición Educación Digna en febrero de 2015 y que abarcó 51 centros, reveló que la mayoría no cumple con las condiciones mínimas de acceso para personas que viven con discapacidad. 31 de los planteles evaluados solo tenían rampas en el portón principal, pero solamente 21 de estos cumplen con la inclinación requerida.

La construcción de aulas, tan cacareada por los funcionarios del Gobierno; al igual que la mayoría de los procesos en la gestión de Danilo Medina, ha estado marcada por la falta de transparencia y corrupción.

Son muchas las denuncias de violaciones a Ley de Compras y Contrataciones, además de sobrevaluación en las compras de los terrenos donde se construyen las escuelas.

La calidad de los centros construidos por la actual gestión es tan cuestionable que hemos visto muchas paredes de escuelas recién inauguradas, desplomarse tras caer el primer aguacero.

El almuerzo escolar tampoco es de la mejor calidad, “el nutritivo menú” para los estudiantes de tanda extendida, con frecuencia solo se compone de arroz con huevo.

Tras un tiempo en que parecía que el ministro de Educación, Andrés Navarro, no pegaba una, luego de una serie de decisiones arbitrarias  y conflictos con la Asociación Dominicana de Profesores por la exclusión de casi 4 mil educadores de la nómina; parece que ha encontrado la fórmula para resolver los problemas que afectan a la educación dominicana; cambiar la tradicional camisa azul por  poloshirts con los colores de los equipos del béisbol local.

La mágica receta descubierta por Navarro le costará al Estado poco más de 639 millones de pesos, destinado a la fabricación de casi 3.4 millones de camisetas. Es seguro  que el cambio de uniforme no resolverá los males del sistema educativo dominicano, pero mejorará los ingresos de las empresas que ganen la “licitación”…esperemos no sean las de algún compañerito del partido; como suele suceder en estos casos.

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aalinareyes
aalinareyes
8 Años hace

Los nuevos uniformes no resuelven los males de la educacion,. PERO SI REVUELVEN EL MONTO DE DINERO QUE ALGUIEN SE VA A GANAR.