La máscara de Martelly
El discurso del presidente Michael Martelly ante la 36 Cumbre del Caricom revela sus burdas maquinaciones para culpar a República Dominicana por el rotundo fracaso de su gobierno que ha sido tan incompetente que ha devenido en un régimen defacto que no ha podido mudar ni un paso en dirección a la reconstrucción de Haiti.
Martelly mintió a los 14 presidentes y jefes de Estado de la comunidad del Caribe al acusar al gobierno dominicano de promover deportaciones violentas, una falacia que también declaro su primer ministro y su embajador ante la OEA, clara señal de que la infamia es la base de la política y la diplomacia haitiana.
Dos periodistas y un fotógrafo enviados a Republica Dominicana por el diario haitiano Le Novelliste, afirmaron que no encontraron ningún caso de deportaciones, lo que corrobora lo dicho por el gobierno de que aún no han iniciado las repatriaciones.
Martelly se atrevió a denunciar ante Caricom que el gobierno dominicano “quiere llevar a cabo las deportaciones sin tener en cuenta los derechos fundamentales de los migrantes haitianos, sin decir que las autoridades han puesto a disposición de quienes retornan voluntariamente, camiones y autobuses para que transporten sus pertenencias.
Ese señor tuvo el tupé de decir que las autoridades dominicanas, se negaron a negociar, el protocolo de repatriación o cualquier otro documento que pudiera presentar la parte haitiana, cuando se sabe que la Comisión Mixta Bilateral fue reactiva y se arribaron a acuerdo sobre migración, agricultura y comercio y sanidad.
La verdadera intención chantajista, e infame del gobierno haitiano quedo desvelada cuando el presidente Martelly lanzo “un vibrante llamado” al Caricom, OEA, ONU para “llevar a Republica Dominicana a que trate con dignidad”, al decir que los niños son divididos de sus padres y llevados a la frontera, o que se deporta a trabajadores haitianos sin recibir una pensión ni recuperar sus bienes.
Martelly no mencionó que el gobierno dominicano auspició la regularización de 288,486 indocumentados ni que concedió la nacionalidad a 55 mil hijos de residentes irregulares. Tampoco tuvo la decencia de reconocer que hemos sido un país solidario con Haiti, a cuyo servicio hemos puesto gran parte de nuestras las estructuras de salud y educación.
Es por eso que el gobierno dominicano cuenta con el respaldo absoluto de la población en su obligación de frenar la ofensiva de chantaje, falacia e infamia que ha acometido contra nuestro país el gobierno de Martelly, en detrimento de su propio pueblo.