Domicilios separados, nueva forma de relaciones

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El autor es sociólogo. Reside en Nueva York

Introducción

El concepto de familia surgió desde la aparición del ser humano sobre la Tierra. La idea de crecer, encontrar una pareja, tener hijos y formar un hogar ha sido el pilar que ha sostenido a las sociedades durante siglos.

En la tradición cristiana, la familia se presenta desde el relato de Adán y Eva en el Génesis, donde se establece la unidad familiar como base de la sociedad.

Sin embargo, en las últimas décadas, la estructura y dinámica de las relaciones de pareja han evolucionado significativamente. Una tendencia emergente es la de las parejas que optan por residir en domicilios separados, fenómeno conocido como Living Apart Together (LAT).

Los anglos son especialistas en acrónimos, Vivir juntos por separado. Este tipo de relación desafía la norma tradicional de cohabitación y ofrece una alternativa que combina independencia, compromiso y responsabilidad compartida.

Definición y características

Las parejas LAT son aquellas que mantienen una relación íntima y comprometida, pero eligen no vivir bajo el mismo techo. Esta decisión puede basarse en diversos factores, la necesidad de mantener la independencia personal, compromisos laborales en diferentes ubicaciones geográficas o responsabilidades familiares previas y el cuidado de hijos de relaciones anteriores. 

Motivaciones 

Entre las principales se encuentran:

-Independencia personal: Muchos individuos valoran su espacio personal y prefieren mantener su propio hogar, donde pueden conservar sus rutinas y hábitos sin comprometerse

– Relaciones previas: Las personas que han tenido experiencias negativas en el pasado pueden ser más cautelosas y optar por vivir separadas.

Ventajas y desventajas 

Igual que cualquier modelo de relación, el LAT presenta tanto beneficios como desafíos:

Ventajas:

– Más autonomía: Las parejas LAT disfrutan de una mayor independencia.

– Reducción del conflicto: Vivir por separado puede minimizar las tensiones y disputas que a menudo surgen de la convivencia diaria.

– Fortalecimiento del vínculo: Al no compartir el mismo espacio, cada encuentro puede percibirse como especial y esperado. 

Desventajas:

– Falta de presencia física: La ausencia diaria puede generar una sensación de carencia de apoyo emocional y reducir las oportunidades para compartir momentos cotidianos.

– Costos financieros: Mantener dos hogares separados puede resultar más costoso.

Evidencias y tendencias globales

Diversos estudios han analizado la prevalencia y las características de las parejas LAT. En Europa y Japón, por ejemplo, se estima que entre el 10 y el 15 % de los adultos en relaciones comprometidas viven separados. En América Latina, aunque la tendencia es menos pronunciada, comienza a ganar terreno en las ciudades más grandes.

En Japón, esta tendencia se relaciona con cambios sociales y económicos más amplios. El país enfrenta serios problemas demográficos: la población está disminuyendo y envejeciendo rápidamente. El número de bodas bajó a menos de medio millón por primera vez desde la década de 1930, y la tasa de natalidad sigue en declive. Muchos jóvenes han confesado no haber hecho ningún esfuerzo por encontrar pareja.

Para contrarrestar esta situación, el estado nipón ha implementado iniciativas como aplicaciones de citas patrocinadas por el gobierno y servicios de guarderías para facilitar la vida de las familias con hijos pequeños. En Tokio, una nueva aplicación gubernamental ayuda a las personas a conocer parejas potenciales basándose en intereses y valores compartidos.

Conclusión

La tendencia de las parejas que viven en domicilios separados refleja una evolución en la percepción de las relaciones de pareja y la cohabitación. A medida que las sociedades se vuelven más diversas y se valoran  las necesidades individuales, es probable que el modelo LAT siga ganando popularidad como una opción viable para muchas personas.

Sin embargo, esta tendencia también plantea interrogantes sobre el futuro de la familia tradicional. El distanciamiento físico y la priorización de la autonomía individual pueden dificultar la formación de núcleos familiares estables, afectando las tasas de natalidad y el equilibrio demográfico, como ya se observa en países como Japón.

En última instancia, el éxito de cualquier tipo de relación ya sea cohabitante o LAT, radica en la comunicación abierta, el compromiso mutuo y la comprensión de las necesidades y deseos de cada individuo.

El desafío consiste en encontrar un equilibrio entre la independencia personal y la construcción de un proyecto de vida compartido, sin perder de vista los valores y objetivos comunes que dan sentido a la relación.

Como señala el relato bíblico:

“Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra” (Génesis 1:27-28:)

Este versículo resalta la importancia de la unión y la procreación como columnas de la sociedad. El desafío actual radica en cómo las nuevas formas de relación, como el LAT, pueden convivir con estos ideales tradicionales sin comprometer la estabilidad social y familiar.

CarlosMcCoyGuzman@gmail.com

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3RA.TANDA
3RA.TANDA
23 horas hace

China, Japón y varios países europeos,actualmente incentivan económicamente a parejas, de ambos sexos,a unirse y procrear hijos.