El verbo y sus implicaciones expresivas
1. Concepto
El verbo es una de las ocho categorías morfosintácticas formales que conforman el discurso o estructura oracional. Al decir de Amado Alonso y Pedro Henríquez Ureña, los verbos «Son formas especiales del lenguaje con la que pensamos la realidad como un comportamiento del sujeto». El verbo, además:
- Expresa acción, pasión, esencia o estado del ser.
- «Expresa un juicio mental» (Rafael Seco)
- «Es una palabra fundamentalmente predicativa» (J. Roca – Pons)
- Una «Clase de palabras cuyos elementos pueden tener variación de persona, número, tiempo, modo y aspecto» (DRAE )
- Indica lo que el sujeto hace, siente, piensa, situación o estado en que se encuentra, etc. Por eso «El verbo – al decir de Álex Grijelmo – es el motor de la lengua».
2. Su naturaleza cambiante.
En su forma gramatical, el verbo es la parte del discurso que más flexión, accidentes gramaticales o cambios experimenta en su configuración interna. De ahí los múltiples errores que su uso origina, tanto en la lengua oral como escrita. Esos errores se ponen de manifiesto desde el mismo momento en que el niño comienza a articular sus primeras palabras.
3. Errores frecuentes en el uso del algunos verbos del español
Uso del modo subjuntivo en vez del indicativo:
a) “Si lo habría sabido, se lo habría hecho” (Si lo hubiera sabido, se lo habría hecho.
Prefijación irregular:
a) “ Los jóvenes comenzaron a pelear, pero muy pronto fueron desapartados” ( Los jóvenes comenzaron a pelear, pero muy pronto fueron apartados o separados”
b)“ Cuando la yegua se muestra descalentada, indicada que desea aparearse” (Cuando la yegua se muestra calentada o excitada, indica que desea aparearse”
c) “¡Qué niño más desinquieto!, no para de moverse” (¡Qué niño más inquieto!, no para de moverse)
Doble infinitivo:
Desde el mismo momento que el niño inicia el proceso de adquisición de su lengua materna, los verbos comienzan a generarle problemas. No entienden los pequeños nada de tiempo verbal, concordancia, flexión gramatical ni de otros tipos de tecnicismos lingüísticos de carácter preceptivo. Y es que, como bien decía Azorín, citado por Samuel Gili Gaya, «Los niños ven el mundo nuevo; parece que la naturaleza habla por ellos…» (Estudios de lenguaje infantil, 1972:97). Por esa razón, la expresión del tiempo, en ellos, se realiza de manera muy particular, vale decir, el tiempo, los niños lo expresan a su manera.
En el uso de la lengua, el niño procede por analogía, bastante pragmático o muy apegado a su propia lógica. Y en tal virtud, cuando del verbo se trata, él solo entiende que si se dice, por ejemplos: “yo vendí”, “yo corrí”, “yo comí”, ¿por qué no decir: “yo viní” (yo vive), “yo dijí” (yo dije), “yo poní” (yo puse) y “yo trají” (yo traje) etc.? O si el hablante dice “yo cargo”, “yo lavo…”, ¿por qué no decir “yo sabo” (por yo sé) y “yo cabo” (por yo quepo?
Nunca olvido, al respecto, las graciosas construcciones verbales de mi hija Nicol, en los años en que empezó a establecer contacto comunicativo, a través de la palabra, con sus seres más cercanos : a) “Papi, ¿ya tú lo ponite?” b) “Él ya lo pusió…” c) “Pónele eso…” d) “Ya lo trajió…” e) “No está abrido…” f) “No ido al parque” g) “Ya yo viní…”
Y lo que es más importante y, si se quiere, gracioso, como si se tratara de evitar posibles complicaciones morfosintácticas con el uso de una determinada forma verbal, el niño prefiere omitirla y mencionar solo las palabras que modifican su significado y el sujeto que realiza la acción, afirmando de esa manera: “Tú feo” (Tú eres feo), “Mami linda” (Mami es linda), “Eso mío…” (Eso es mío…)
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