Una minoría de dominicanos se prestará gustosa a corear
Dos y dos son cuatro, el sol sale todos los días, cosas tan verosímiles que ni la filosofía escéptica las coloca en dudas, y tan seguro como esas afirmaciones son las siguientes: la comunidad internacional reprochará cualquier iniciativa que adopte República Dominicana para evitar que la crisis haitiana continúe expulsando hacia su territorio parte de la población del país vecino; una minoría de dominicanos se prestará gustosa a corear en la campaña contra su pedazo de suelo bajo el subterfugio de la defensa de derechos fundamentales que tienen un carácter universal, pero su vulneración sólo les ocupa para poner en tela de juicio las medidas soberanas de control migratorio dominicanas.
Por ejemplo el derecho de los nicaragüenses a elegir y ser elegidos ha sido pateado descaradamente por Daniel Ortega y su mujer, que montaron una pantomima electoral para perpetuarse en el poder hasta la muerte, después de ocuparse de encerrar a todo el que pudiera hacerles competencia, y da la casualidad que los mismos que se muestran muy sensibles frente a presuntas violaciones de los derechos humanos de los haitianos en República Dominicana, sean indiferentes o argumenten para justificar las tropelías que se cometen en Nicaragua.
Recién hemos vivido el espectáculo de un artista cubano que tuvo que salir huyendo de Cuba, tras el imperdonable crimen de pretender realizar una protesta pacífica para reclamar la libertad de los presos políticos y democratización de un país sumido en el atraso y la miseria por un totalitarismo anacrónico, pero a los mismos que nos les sensibiliza la opresión de los cubanos les ocupa cualquier cosa que se haga en República Dominicana para poner control a la presión migratoria.
Lo propio ocurre con millones de venezolanos que han tenido que huir a cualquier parte del mundo, abandonando empresas, profesiones y oficios con los que habrían podido vivir felizmente en su territorio, si un régimen patánico no habría sumido ese país en una terrible crisis económica, política y humanitaria, pero esas violaciones a los derechos de los venezolanos tampoco importan.
Ocurrió en ocasión de la sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional contra la que se desarrolló una campaña sin ahorros de falacias: que desnaciolizaba a más de 350 mil dominicanos de orígenes haitiano; que disponía aplicación retroactiva del derecho a la nacionalidad por nacimiento en el territorio, e incluso se llegó al extremo de llevar impostores a una corte interamericana a decir que eran dominicanos expulsados de su país por el color de su piel.
No hubo uno sólo de esos planteamientos que el tiempo no ocupara de derribar. Lejos de atentar contra los derechos de nadie lo que la sentencia dispuso fue una auditoría del registro civil para que se buscara solución a las personas que estuvieran asentadas sin corresponderles, y para los que no estaban, exhortaba al Estado a disponer un plan de regularización.
Lo que ha ocurrido ahora es que el Gobierno se percató de cuál es el plan que tienen los países que deberían estar acompañando a Haití en la solución de su crisis: dejar que la situación termine de explosionar creando una crisis a ambos lados de la isla que derive en soluciones integristas absolutamente perjudiciales para la soberanía dominicana.
Si la ONU está interesada en la suerte de las embarazadas haitianas, que promueva la construcción de maternidades en su país y que ayude a liberarlos de las bandas criminales en las que lo dejó después de su intervención.
jpm-am
Aquí hay muchas personas que las ¨Causas¨ las convierten en Profesiones
Menos mal ,que el Gobierno se entero de la trama y en verdad, que es así, porque el echo de tener que expulsar a mujeres embarazadas, nos indica que el asunto es bien serio.
La ONU será la culpable de todo lo que en esta Isla suceda y los que viven a ultranza de tan delicado tema.
Me no he cesado de leer los articulistas dominicanos,los cuales no saben tratar el llamado problema haitiano, sin inmiscuirse en la política,que solamente le corresponde a los haitianos.La RD. tiene la frontera sellada, están deportando los haitiano ilegal,y que aunque,en una forma criminal están deportando a la parturienta.Aunque, las gran mayoría de dominicanos tienen una mentalidad de criminal,no creo que por dichos actuaciones,a ningún Sig
extranjero le asiste el derecho de llamar una intervención para la RD.
Cuando usted no sabe poner orden en su casa vendran de a fuera a ponerselo, el problema de Haiti sera de Haiti mientras no rebase sus fronteras para pedir los privilegios al pais vecino que ni los invito tampoco se los ofrecio lo que quiere Haiti no se da ni entre los paises africanos ,la falta de respeto hacia la Republica Dominicana el tal que quieren normal las vidas de los dominicanos sin haber sido invitados !orgenisense!
Luis Pie desde su ratonera newyorkina, quiere resolver los problemas de su letrina Haitiana en nuestro país. Les recordamos a ese Piti, de que somos pequeños, subdesarrollados y superpoblados y de ninguna manera podemos seguir haciéndonos cargo de la miseria de su cavernario país.
Julio Pozo te felicito tremendo articulo te ganaste un 100+.
Tenemos una democracia con sus defectos y la ONU apuesta al desastre haitiano a quien no le exigen nada, solo nos queda decir»el arbol que da fruto es al que se le tira piedra»
Totalmente de acuerdo con el artículo
Independientemente del personaje hay que reconocer este trabajo. Sed justo lo primero.
Por fin….como dijo otro lector, primera vez estoy de acuerdo en sus palabras….
Primera vez que estoy de acuerdo con el CoMeSolo Pozo Séptico.
Alguien le en senor a escribirle y decir verdad.
Ps.con poco a puro a El se lo llevan por que parece Haitian 100%