Tiempo de calidad para la familia
El desarrollo de las tecnologías y de las telecomunicaciones parece que en algunos aspectos amenaza a las nuevas generaciones por el alto contenido de informaciones basura que se bombardean a través de las redes sociales así como la interacción de los estudiantes en los colegios y escuelas que dominan y trazan las pautas de vivir a nuestros jóvenes, lo que lo está traduciendo en un mundo de intolerancia, de indisciplina y la falta de respeto que quita calidad de vida a los hogares y causan conflictos que son generadores de pérdidas de vida.
Los conflictos y las malas conductas no siempre se generan en el hogar sino que nuestros jóvenes la adquieren de los compañeros de estudios, de los amigos del barrio y en menos medida lo heredan de los pleitos y disgustos que se dan entre las parejas, tanto en hogares formales como también en hogares informales. Según expertos, todo esto va acompañado como causa de la pobreza y el desempleo.
Muchas de las malas conductas adquiridas fuera del hogar que llevan a los jóvenes a delinquir, al alcoholismo, a la prostitución y a la drogadicción cuando venimos abrir los ojos ya se ha hecho muy tarde, de ahí que tenemos que ser vigilantes de la conducta de nuestros hijos y evitar que forme parte de ese mal que significa la violencia y que está afectando en tan alto grado a nuestra sociedad.
No se puede perder de vista que por motivos circunstanciales los padres tienen que dejar los hijos al cuidado de servicios domésticos, que en la mayoría de los casos, solo saben leer y escribir y su nivel cultural es muy bajo y sin darnos cuenta, pasa el tiempo y tenemos hijos hablando y comportándose con una conducta que nosotros no le hemos inculcado lo que trae como consecuencia insubordinación, mal vivir y falta de respeto con los padres.
Parece, que por motivo del trabajo los padres pasan poco tiempo con sus hijos y no dan tiempo de calidad a ellos. Se ve como los niños y jóvenes andan con celulares, tablets e IPad pasando la mayor parte del tiempo libre, chateando con los amiguitos o introducidos en juegos online, que muchas veces, si uno se descuida no sacan tiempo para estudiar y mucho menos para hablar con sus padres.
Por otro lado también los padres llegan a la casa cansados pero siguen recibiendo llamadas de amigos del trabajo, despachando parte del trabajo que no hicieron en las oficinas, Chateando o contestando los mensajes y felicitaciones; enviando mensajes y estando atentos a los clips que le dan sus amigos virtuales a sus publicaciones y tampoco sacan el tiempo para hablar con sus hijos.
El general Chino Sun Tzu (722-481 a.C) en su libro el Arte de la Guerra: “Un general debe cuidar a sus soldados como si fueran sus propios hijos, para que estén dispuestos a seguirle hasta el fin del mundo y obedecer sin discusión cada una de sus órdenes”. Así cada padre y madre deberá orientar a sus hijos para jóvenes de bien y servir de ejemplo con su buena conducta.
Existen un gran vacío y hay casos de jóvenes que solo hablan con sus padres los domingo cuando van al cine o cuando comen o revisan sus tareas y son los últimos en darse cuenta cuando los hijos tienen un problema o están malas juntas, consumiendo bebidas alcohólicas, fumando y en extremo caso metidos en actos reñidos con la ley. Esto se convierte en combustible para encender el mundo de la violencia y la delincuencia.
Por estas y otras razones estamos persuadiendo a que los padres hablen con sus hijos diariamente para que ellos nos digan ¿qué han hecho en el día?, ¿cómo les fue en sus exámenes?; que nos comenten sobre sus mejores amigos. Sacar tiempo para conocer sus amigos para poder prevenir que no se junten con personas con malos hábitos y malas costumbres. Formar la familia que queremos y transformar el mundo en uno mejor.
Todos los padres y madres deben orientar a sus hijos bajo la predica de una cultura de paz y tolerancia, saber que vivimos una época de las tecnologías y de las telecomunicaciones, las cuales son muy buenas para aprender, pero dependiendo de cómo se usen pueden volcarse de manera negativa; pues en esta época tan peligrosa hay que dedicar tiempo de calidad para la familia.