Raphael: “Disfruto más los conciertos para las masas”

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A sus 74 años y sin más de unas horas de descanso entre algunos de sus compromisos, el cantante español Raphael está otra vez de gira a lo grande, pocos días después de pisar por segunda vez en menos de un año el majestuoso Teatro Real.

“Me gustan los teatros y el de La Zarzuela siempre será mi teatro porque fue el primero donde actué, pero yo disfruto más los conciertos para las masas porque tengo más sitio en el escenario y la vista alcanza más lejos”, afirma a Efe el único español con un disco de uranio por sus ventas totales (más de 50 millones de copias) de un sinfín de álbumes que ni él puede calcular ya.

Añade Miguel Rafael Martos Sánchez (Linares, 1943) que a esos espectáculos colosales les cogió el gusto desde que en 1967 pisara las tablas del mítico Madison Square Garden de Nueva York, con el aforo a reventar.

“El público es más variopinto y puedes ver a gente más y menos pasota, a seguidores de toda la vida y a gente joven…”, explica el intérprete, que presume de que ha ido aumentando en sus espectáculos la nómina de seguidores noveles, sobre todo desde que en 2014 actuara en el festival “indie” Sonorama, en España.

Precisamente para acercarse a la forma en que estas generaciones se dicen y cantan “te quiero”, Raphael acudió a compositores mucho más jóvenes y pop que nutrieron de temas inéditos su álbum “Infinitos bailes” (2016), el que motiva su actual gira.

Aparentemente incombustible, ha conseguido rebajar la duración de sus conciertos a “dos horas y media”. “Siempre lo había intentado pero el público me pedía más y más y había que complacerlo; ahora me están respetando”, señala.

“No hago nada especial para cuidarme la voz, pero no la descuido. No fumo y eso ya me da ventaja”, afirma tras algunos comentarios en artículos y redes sociales que en sus conciertos previos le achacaron cierto cansancio.

¿No ha pensado realizar giras un poco más relajadas? “Igual el año que viene me lo tomo de otra manera, porque voy a hacer una película”, confirma, sin ofrecer más detalles del filme que sucederá a “Mi gran noche” (2015), de Álex de la Iglesia.

Lleva más de medio siglo de carrera, pero añade: “No soy persona que hable mucho del pasado. Quizá ahí está el truco de que sea tan avanzado… Y mira que he hecho cosas”, destaca quien en noviembre debutó en la mítica sala madrileña Joy Eslava, con chupa de cuero y una banda con la clásica composición de un concierto de rock.

Solo una cosa parece inquietarle, los últimos ataques terroristas en conciertos con grandes concentraciones de gente. “¡Ni lo nombres! Eso sí que es feo. No creo que sea un ataque a la música, porque igual atentan en aeropuertos o trenes, pero lo que está claro es que estamos viviendo un mundo desolador y hay que procurar arreglarlo lo mejor posible”, apunta.

of-am

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