La Constitución dominicana ha sido modificada en más de treinta oportunidades, para poner o quitar la reelección presidencial. Muchas han sido las tensiones que se han generado en el país apropósito de dichas reformas. Los presidentes Horacio Vásquez e Hipólito Mejía dividieron a sus respectivos partidos cuando se propusieron modificar la Carta Magna para alargar su estadía al frente de la nación.
En todos los partidos y en todos los tiempos la reelección presidencial ha generado división cuando los presidentes de la República se la han planteado. El liderazgo peledeísta tiene el reto de superar esta prueba, es decir aprobarla y mantenerse unidos.
Existe una diferencia metodológica en los procesos de las pasadas y la todavía intención de reforma, ya que en el pasado los presidentes estuvieron abiertamente a la cabeza de las reformas, mientras que al presidente Medina se le ve menos interesado en el asunto que a la mayoría de sus compañeros de partido, aunque muchos suponemos que no le disgusta la idea. Y pese a que se aprobó elaborar un proyecto de reforma que le permita continuar hasta el 2020 y se designó una comisión para tales fines, el hombre, que no voto en el organismo en favor de la intención, hasta se niega a opinar sobre ese asunto. El manejo de Medina ha sido hermético y se ha limitado a expresar que “en su momento” se referirá al tema.
La decisión de procurar la reforma para permitir la repostulación de Medina, adoptada por sus compañeros de partido mayoritariamente, hecha una cubeta de hielo a los movimientos que tras la candidatura ha venido haciendo Leonel Fernández, hasta ahora el político con vida más exitoso de la política dominicana en materia electoral.
Esta decisión viene a poner a prueba el sentido de cuerpo del presidente del PLD, a quien los estatutos de la entidad le obligan a ser garante para que se apliquen las decisiones aprobadas.
Leonel podría impugnar la decisión y propiciar la división de la entidad o podría echarse a un lado soltando en banda a quienes aprobaron la decisión. Ambos caminos le saldrían caros, toda vez, que es una luminaria que brillara con más intensidad si se maneja de manera apropiada.
Sostenemos que a Leonel Fernández le queda futuro, y por lo tanto quienes les apreciamos estamos en la obligación de hacerle ver, que lo más conveniente para él, para su partido, para las agrupaciones y sectores que les siguen, es buscar una salida armoniosa que permita cumplir la decisión adoptada al tiempo que dejaría cerrado, de una vez y para siempre, este capítulo que ha sido repetitivo en nuestra historia republicana.
Haciendo uso de su condición de presidente de la organización y en atribución de sus funciones, tiene la oportunidad de crecerse ante la historia y dejar a sus adversarios de adentro y de afuera con la cara larga.
Si reúne a todos los legisladores del PLD, les pide acatar la decisión del máximo organismo a los fines de preservar lo más importante que es la unidad de la entidad, pero proponiendo que el 124 diga:
Art. 124.- El presidente de la República sera electo por un periodo de cuatro (4) anos y podrá optan una reelección consecutiva y sea que pierda, gane o no se presente a la reeleccion no podra optar al cargo jamas.
Párrafo I.- “Para modificar la presente constitución en lo concerniente a los periodos y tiempos de permanencia del presidente de la República en la posición, se requerirá que la reforma sea aprobada con el voto del 100% de la matricula de legisladores de ambas cámaras y que una vez aprobada la modificación constitucional, la misma sea aprobada en un referéndum de excepción, al que deberá concurrir no menos del 60% de la población hábil para votar y en el que el “SI” deberá obtener no menos del 80% del voto favorable de los electores que ejerzan el sufragio. Votar en dicho referéndum no es obligatorio”.
Parrafo II.-«El presidente de turno no postularse para las elecciones a celebrarse en 2020».
Y finalmente, a los fines de aprovechar la experiencia de los ex presidentes de la República, incluir un articulo que diga:
«Toda persona que haya ocupado la Presidencia de la República obtendrá la categoría de Senador vitalicio.»
De esta manera se garantiza el cierre definitivo a las modificaciones constitucionales por coyunturas o conveniencias de personas o grupos , se preserva la unidad de las fuerzas gobernantes y se aprovechan las experiencias y capacidades de los ex presidentes de la República.
Tender puentes tan amplios que permitan cruzar a todos agarrados de las manos, es mejor que levantar muros que luego nos aplasten.
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