OPINION: ¡Si yo fuera Hipólito…!

 
 
Si yo fuera Hipólito Mejía, me lanzaría con los ojos cerrados a la batalla electoral del próximo 2020. Como algunos lo comparan con Donald Trump, de ninguna manera dejaría las expresiones repentistas y exasperantes que parecerían despertar a los que están amodorrados, como se supone ocurrió ahora, en Estados Unidos.
 
Si hemos arribado, sin el menor sonrojo por vericuetos de la mentira y desvergüenza y, por demás, estamos en una etapa del show y el espectáculo, Hipólito, atípico como es, al igual que Trump, podría ser una “viga” para las venideras elecciones generales en República Dominicana.
 
Aunque las estructuras socio-políticas estadounidenses son bien diferenciadas con una nación aldeana donde todo el mundo se conoce, y prácticamente son más de lo mismo, podría acontecer que los votantes tendentes a proclamar cierta soberanía e independencia pero siempre imitadores de todo lo que huela a Estados Unidos; votaran a su favor, para ponerse a la moda.
 
Tal vez tendría iguales resultados que Trump, que convenció a un electorado cansado de lo mismo. Y, su triunfo sería como consecuencia de esa fatiga, porque si dos peledeístas han repetido como gobernante, aunque de modo alterno, él no sería la excepción. Con exposiciones, no insultantes, pero sí con desafiantes verdades y al estilo irreverente y populachero como el del magnate estadounidense, podría sorprender a los peledeístas.
 
Las circunstancias podrían no ser exactamente iguales; pero  tal vez coincida, como en el caso de Trump,-que es más corrupto y pernicioso que él- con una corriente modélica que opere en los votantes dominicanos de forma tal que rechacen las retóricas floridas y demagógicas, y se decidan por lo intempestivo y llano. Desarticularía rebuscados retruécanos discursivos que siempre terminan defraudando a los electores.
 
Aunque haya manifestado su apoyo a Hillary en el pasado certamen electoral estadounidense, evidentemente, Hipólito, no aparenta ser aliado a los actos de corrupción de esa candidata.  Además, en su condición de ex presidente, contrario al esposo de ésta, Bill Clinton, y otros…no posee fundación alguna que sea motivo de suspicacias y cuestionamientos.
 
En resumidas cuentas y sin ambages, si yo fuera Mejía, elaboraría discursos irreverentes y fuera de tonos convencionales basados en las fallas de algunos que pretenden llegar otra vez al poder, muy a pesar de haber dejado una secuela de corrupción que pesan y nos colocan en el descrédito internacional. Estos últimos, son más cercanos que él (Hipólito), a la familia Clinton, quienes sorpresivamente fueron derrotados. He ahí mucha tela donde cortar.
jpm
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