Los Nomadistas
“!Entren tó, coño!”
Expresión del Congresista al romper el cerco policial frente a la Liga Municipal Dominicana
El libro del Éxodo relata la huida del pueblo de Israel de Egipto huyéndole a la esclavitud: migraciones –al parecer- han habido desde siempre. Vuelan las aves huyéndole al frío. Luego al calor. Se mueven los peces en el mar y en los ríos, salen a buscar comida y luego regresan a desovar en el mismo lugar donde nacieron. Caminan los animales en la sabana buscando agua, pasto. Luego regresan buscando un ambiente menos severo. Hasta las plantas se mueven y caminan buscando la radiación del sol. Todo anda en un permanente estado de flujo. Dicen algunos que no fue Colón quien primero llegó a América, que ya algunas tribus nórdicas habían cruzado por el norte. Los Taínos no son originales del Caribe, provienen de los arawacos del norte de Suramérica.
La idea de las migraciones es bastante simple, me imagino: existe un grupo original que por circunstancias de su propia seguridad no se han aventurado fuera de un contorno más o menos estrecho (Por ejemplo, nosotros, los más modernísimos, no hemos pasado de la luna). Llegado un momento, esto debe cambiar, por necesidad más que por curiosidad. La abundancia natural, la suavidad del clima, la comodidad guían las migraciones. De seres humanos y de animales. Es decir, hay un gradiente, una diferencia de nivel de vida que empuja a salir de un lugar y dirigirse a otro. Si la diferencia no es significativa, el estímulo es insuficiente (salir de Moca para llegar a La Vega). Coloquialmente se dice salir de Guatemala para llegar a Guatepeor. La mejor indicación –un ordenamiento de menos a más- de la situación de bienestar general entre países la da la migración: los haitianos vienen a la República Dominicana. Los dominicanos se van a EUA. Los bolivianos se van a Argentina (y los argentinos a EUA). Los colombianos se iban antes a Venezuela, ahora sucede al revés. And so on… Con lo que llegamos a una situación interesante que los fusionistas (con su analítica ad hoc, inmediatista como la crisis y profundamente humana, siempre y cuando sea pagada por otros) no les interesa ver: (hoy) hay países que son emisores absolutos de migración (Haití, los países de África) y otros que son receptores absolutos (EUA, en general los países desarrollados)
Entonces la dirección de las migraciones es de menos a más, polos entre los que debe haber un diferencial de tensión suficiente para inducir el movimiento. Fácil. Ahora hay que preguntarse por qué donde hay más hay más (Y donde hay menos hay menos) Primero una tesis interesantes de algunos analistas del tema: Hay menos donde hay menos porque aquellos donde hay más se han llevado todo e impiden que mejore la situación donde hay menos. Ergo las potencias mundiales son las culpables de las migraciones porque hay saqueado y doblegado a los países más débiles y pequeños. Entonces no se quejen. Pero esto lo dejo para otro momento, ahora voy a algo más basamental: “quien llega siempre aporta”. O por lo menos aporta más que lo que cuesta. Este ha sido el fundamento de las sociedades hechas de migrantes (“EUA es un país de migrantes”) Más es siempre mejor que menos, ad infinitum. Así que ¡entren tó, coño!
Pero hay un ciudadano hijo de migrantes en tercera generación (digamos que mexicano en EUA) que levanta una ceja: hay algo en esta tesis como que no le cuadra. Se ve al espejo: pelo muy negro, lacio y negro. Tez cobriza. Ojos negros, cara redonda. Estatura medio baja. Ha escuchado mil veces la historia de penurias de sus abuelos en su país de origen. La pobreza, la corrupción política, la violencia. Supo de las vicisitudes para emigrar. Luego el trabajo duro y prolongado para sobrevivir en un país desalmado y hostil. La discriminación. Claro que se identifica por dentro con los migrantes ilegales, pero hay algo como que se está dañando en la ciudad. No es una cuestión de color (en ciudades como NY es imposible percibir cambios de tono de este tipo), es una cuestión de estilo de vida. París no es el de antes…
Veamos las migraciones como la conquista del oeste americano. En la costa este no hay nada, el oro está en california. Así que: “escapad gente tierna/que esta tierra está enferma/Y no esperes mañana/Lo que no te dio ayer/Que no hay nada que hacer/Toma tu mula tu hembra y tu arreo/Y sigue el camino del pueblo hebreo/Y busca otra luna…” Cuando los vaqueros cabalgaban hacia el oeste no pisaban ningún jardín. Ni privado ni público porque el oeste no era propiedad de nadie (en términos fácticos). Entonces no importaba. Era espacio, naturaleza, infinito. Y por ello era cuestión de encontrar oro… para volver. Volver a la civilización del hombre, como fue en principio la Conquista de América.
En algún lugar Marx hace sorna de los que llama socialistas utópicos. Uno de ellos quería resolver los problemas de la sociedad actual… volviendo al pasado (Recuerde el alma dormida/Avive el seso y despierte…) Resulta que no hay manera de evitar el pasado, con todas sus consecuencias. Yo entiendo que quieran entrar al Cielo pero…, pero un mundo sin fronteras es un mundo sin propiedad (privada o pública), el Nirvana, que sólo existe en los libros sagrados. Frontera es la misma que limita al país o a la propiedad, frontera es la verja frontal de cada casa. Hay más: hoy hay más donde hay más resultado… de la propiedad. En otros términos, y para ser lo más gráfico posible, propiedad y estado nacional es lo mismo. Y la propiedad es un presupuesto del desarrollo, es decir, un presupuesto de que donde hay más haya más. Un último punto: los economistas, que no son particularmente perspicaces, observaron que la acumulación indefinida de un elemento que se supone en principio beneficioso no siempre arroja un resultado superior al de inicio. La lluvia puede ser maravillosa si es ocasional y suficiente, una inundación arruina las cosechas. Lo mismo con la migración. Ahora, si nos colocamos en el terreno moral y nos preguntamos si es justo impedir el paso a los que hoy caminan cuando a otros no se los detuvo, eso amerita otro tipo de análisis. Dejarlos pasar deja a todos peor, como cuando Marx les recriminaba a los obreros por destruir las máquinas de sus explotadores. Todo empieza por hacer que donde hay menos haya más, lo que pasa es que en algunas cabezas izquierdo liberales, cuando el dinero va hacia sus bolsillos, el sentido común se va hacia la mierda.