Los niveles de la vida
El ego, ese ser interior con el que luchamos tanto, suele pasar desapercibido para los que «aún» no logran alcanzar un nivel superior en la vida.
Los que «entienden» que la vida es breve, que nunca llegaremos a saberlo todo y que es una perdida de energía el intentar convencer lo equivocado que está una persona ya prejuiciada con algún concepto o creencia, son los que se debaten para no caer en el juego estéril del ego.
Entienden que la vida es como una escuela y que hay personas que interactúan con nosotros, pero que su nivel no está acorde al nuestro o que nosotros no estamos en el nivel superior de x individuo.
Algunos estamos en kínder garden, otros en tercero, preparatoria o en la universidad y que «pocos» logran graduarse…
Existe algún método o fórmula para darnos cuenta de quien es inferior, superior o similar a nosotros? Si, solo que para alcanzar ese conocimiento es necesario desapegarnos del ego en su etapa adulta.
Para entender esto es importante que entendamos que el ego es algo importante e intrínseco de nuestra composición humana, es decir, el ego nos permite sobrevivir en situaciones de peligro, ya que, a través del instinto, nos recuerda que somos lo que llevamos y que para que eso se mantenga es necesario preservarlo.
El superior, o sea, el que ha logrado alcanzar una consciencia adulta, es que se pregunta: ¿Me sirve demostrar que sé más que los demás? ¿Es necesario que mi punto de vista, «mi verdad» se imponga? ¿Debo defender mi dignidad al ser ofendido? Son cuestionamientos que constantemente se hace y de los que aún no consigue prevalecer.
Solo los que llegan al nivel superior del ego, podrán resistir la batida y salir inmunes ante los atropellos exteriores porque han comprendido que en la vida hay niveles de crecimiento y que no todos estamos en el mismo curso, aunque estemos irremediablemente mezclados…
Una persona superior se destaca por su pausada voz, su silencio frecuente, su delicado interés en escucharnos, su no afán en querer imponerse, su sonrisa frecuente, signo de un amor compasivo y su forma subliminal de llevarnos su luz, aún no estemos preparados para escalar al próximo curso o nivel.
Suelen, estos seres superiores, resistir nuestros insultos, nuestras faltas de ética, no guardan resentimientos y hasta se olvidarán sinceramente de todos los atropellos que podamos causarles.
Entienden, perfectamente, que las energías negativas son un fastidio para el alma, por lo que están dotados de una paciencia que raya en la santidad, sin ser o aspirar a ser santos…
Comprenden la física cuántica por lo que «ranuradamente» solo «verán» lo que quieran ver y no lo que los otros «observan». Tienen la habilidad de ser transparentes para que fluyan, a través de ellos, todas las cargas pesadas que les sean lanzadas.
Suelen «comentar» situaciones en busca de llamar la atención sobre comportamientos que necesitan corregirse para que se logre pasar al siguiente nivel y, aunque muchas veces se malinterpretaran como criticones, el tiempo suele darles la razón y ellos, indiferentes, recibirán las gracias al desagravio y «su ego» disimuladamente lo agradecerá también.
No somos maestros improvisados, ni logramos alcanzar el nivel superior de forma autodidacta. La vida es para todos un aprendizaje y solo a través de ella y solo en ella logramos adquirir la paciencia, la compasión y el conocimiento.
La observación y el debate al caminar son nuestros maestros. No debemos caminar sin ver, ya que la ecuación diseñada para cada uno de nosotros es exclusiva y única. Cada persona que nos llega por un instante, por unas horas o por años, está asignada para brindarnos una lección a aprender o recibir de parte nuestra.
Somos alumnos y maestros. La superioridad y la mediocridad son relativas porque están diseñadas bajo premisas preestablecidas por lo que no existe el absoluto. Los niveles de la vida no implican una comprensión de «mejor o peor» como solemos clasificar. Son escalones de una escalera infinita que sin la base se derrumbaría.
Usted decide en cuál escalón desea estar, mientras más sube de nivel, menos ruido escuchara. Solemos tenerles miedo a las alturas y es que mientras más alto subimos más solos estamos y encontrarse con uno mismo podría ser aterrante… ¡Salud! Mínimo Niveles.
jpm-am
caminando iba y al pasar por una tienda, se detiene, entra, y compra un peluche. el se imagino que a su mama podia gustarle ese peluche.la mama al ver el peluche, grita espantada, mi hijo, que es esto, ese peluche se parece a uno que me regalo tu difunto padre, el cual nos abandono siendo tu nino.mama, no sabia eso, mama perdona mi ignorancia. la mama acepta la buena intencion de su hijo y, le pide perdon a su hijo por su impectuosa reacion.
moraleja: la madre y el hijo se encuentran en el mismo nivel de la vida por la capacidad de comprension de ambos. el ego se dio cuenta que, vale mas, la buena intencion, que el objeto material.
eso me transportó a las conferencias del muy venerable dalai lama.
excelente arti****, felicito a este articulista, muy interesante.
excelente arti****, felicidades y continúe produciendo, haciendo esos aportes, tan interesante.