Lo que se debe saber de Poncio Pilato
El camaleón es un animal que es capaz de cambiar de colores según las circunstancias, pero no puede cambiar su realidad inherente e innata.
Muchos han escrito y hablado sobre Poncio Pilato, quien fue gobernador y procurador romano de Judea, durante los años 26 al 36 D.C., en tiempo del emperador Tiberio César. Se sabe mucho de Pilato, sin embargo, es importante dar algunas pinceladas no muy comunes en los datos sobre éste, en consecuencia, pregunto, ¿quién fue él realmente?
Este era gobernador de Judea en los días de Juan el Bautista, y también, de Jesús de Nazaret. Su doble función le daba una importancia vital, pues gobernaba y hacía de juez en representación del Emperador. El tenía autoridad de soltar y de condenar, por eso, él dijo a Jesús: …»¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para crucificarte, y que tengo autoridad para soltarte? Jn.19:10. Los judíos sabían de esa autoridad depositada en él, por tanto, le chantajearon diciendo:… «Si a éste sueltas, no eres amigo de César; todo el que se hace rey, a César se opone» Jn. 19:12.
Pilato no era un buen hombre, él hacía abusos de los judíos, pues profanó la sangre de algunos galileos, cuya sangre él mezcló con los sacrificios de ellos, Lc. 13:1. Esto indica que él, no respetó la costumbres y leyes de los judíos. El era arrogante y sobretodo un fiel representante de Tiberio César, quien era cruel en su dominio. Era un gran perseguidor de todos aquellos que se oponían al Imperio, de ahí que tenía bajo prisión a Barrabás y a sus compañeros de sedición.
Como autoridad romana, su mayor empeño era proteger los asuntos políticos y económicos del Imperio. Por lo que, los judíos hicieron sobre Jesús, ante él dos acusaciones políticas, diciendo: «A éste hemos hallado que pervierte a la nación,» y «que él mismo es el Cristo, un rey.» Pero también, una económica, «y que prohíbe dar tributo a César» Lc. 23:1- 5. Con éstas tres acusaciones las autoridades religiosas y civil trataban de hacer que Pilato, ordenara la muerte de Jesús.
Sin embargo, ésas acusaciones no tenían gran fuerzas ante Pilato, pues él sabía la intención de ellos que era deshacerse de Jesús por envidia, como está escrito: «Porque sabía que por envidia le habían entregado» Mt. 27:18. Pilato era inteligente, un sabio, por eso él reaccionó de esa manera, ¿Por qué causa ellos no iban a querer un rey judío? ¿Cuál era el propósito de ellos? Quitarse el peso religioso y social que representaba la obra y vida de Jesús, en su pueblo. El no se iba a dejar engañar por ellos; pues su propósito no era proteger el imperio, sino sus intereses.
Pilato era difícil de tratar, pues aun tenía enemistad con otras autoridades, como en el caso de Herodes, cito: «Y se hicieron amigos Pilato y Herodes aquel día; porque antes estaban enemistados» Lc. 23:12. Mas él, sabiendo que Jesús era galileo, quiso involucrar a Herodes en la situación, respetando su jurisdicción, pero a la vez echándole el problema a él. Mas Herodes quien era una zorra política, le devolvió la pelota caliente a Pilato. Ambos declararon que no hallaron delito en Jesús.
La sabiduría política de este hombre era tal, que se asemejaba al rey Salomón, pues como él no quería tomar parte sobre la muerte de Jesús, les propuso soltarles un preso, específicamente a Barrabás, pensando que ellos pedirían la crucifixión de Barrabás, no obstante ellos pidieron la crucifixión de Jesús y que soltara a Barrabás. Era una salida perfecta, pues el mismo pueblo pediría la muerte del político y anti-imperialista Barrabás; cualquier reacción del pueblo recaería sobre las autoridades judías. Y así evitaba reacción del pueblo contra él, y no condenaría sangre inocente.
Es evidente que Pilato había oído sobre Jesús, y sabía que no representaba peligro alguno para el Imperio y su gobernación. Pues, su esposa sabía de la existencia de Jesús, es lógico entonces que él también conociera sobre Jesús. Parece que él era débil con su mujer, y ella ejercía cierta influencia sobre su función, pues está escrito: «Y estando él sentado en el tribunal, su mujer le mandó decir: No tengas nada que ver con ese justo; porque hoy he padecido mucho en sueños por causa de él» Mt. 27:19. Ella le decía tú, lo cual no era costumbre en aquellos tiempos tutear al marido.
Pilato tenía cierta ambivalencia, pues se puede pensar que él, desde el principio, tenía cierta preferencia por Jesús, por eso alguien me dijo » Pilato creía en Cristo». Sin embargo, lo que parece ser es que él creía en los pensamientos del ocultismo, pues cuando escuchó que decían que Jesús dijo que era Hijo de Dios, «Cuando Pilato oyó decir esto, tuvo más miedo» Jn.19:7, 8. No era porque él creía, pues si hubiese sido así, no estuviere escrito: «Entonces les dijo Pilato: Tomadle vosotros, y juzgadle según vuestra ley» Jn.18:31.
El que se presenta como valiente, generalmente es cobarde. Pilato demostró irresponsabilidad, pues su deber era declarar culpable o, inocente a Jesús, y defender ante los judíos la posición que su conciencia y sus leyes les indicaban. Mas él, actúo con cobardía, pues cito: «Viendo Pilato que nada adelantaba, sino que se hacía gran alboroto, tomó agua y se lavó las manos delante del pueblo, diciend Inocente soy yo de la sangre de este justo; allá vosotros» Mt. 2724.
La actitud de Pilato de que se hiciera lo que pedían los judíos, permitió que un inocente fuera condenado y llevado a la muerte. Esa manera de actuar, tenía una razón de ser, pues ésto no le implicaba controversia ni peligros en sus funciones. El tuvo la oportunidad de aplicar justicia, pero no la hizo. Tuvo ante su presencia al Hijo de Dios, salvador del mundo, y no tuvo la osadía de enfrentar la actitud de envidia de aquellos, más bien se dejó doblar el pulso; mas todo esto demostraba que era un verdadero político.
El poder religioso dominante siempre se presenta como justo, pero hay que tener cuidado, para no cometer injusticia. Los gobernantes no deben tener miedo al poder religioso, ni arrodillarse ante sus pretensiones. Por eso es beneficioso delimitar los poderes de los imperios, reinados, reyes, gobernantes de los poderes religiosos. Cada uno en su lugar, «dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios» Mt.22:21. Pilato no supo separar ambos poderes, sino que se dejó usar, y por eso se le culpa de dar la sentencia contra Jesús, el Cristo. Dios le bendiga.