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Lo que Fidel y yo hablamos
POR FERNANDO NUÑEZ
En el inicio del año 2002 se realizó en La Habana, Cuba, un evento de carácter internacional cuyo tema fue La lucha contra la pobreza. En esta actividad participó como invitada la señora Peggy Cabral, quien además de ser una alta dirigente del Partido Revolucionario Dominicano, produce el programa de televisión Conversando con Peggy.
En mi condición de productor general de dicho programa, acompañe a donaPeggy a Cuba, junto a los demás miembros del equipo de producción, a entrevistar algunos de los líderes políticos que asistieran al mismo y si había la posibilidad entrevistar al comandante Fidel Castro.
Fidel dio apertura al evento, retirándose del mismo antes de concluir. Doña Peggy inicio las gestiones de lugar con la finalidad de entrevistar a Fidel para su programa. En horas de la tarde se le comunicó que al día siguiente el líder revolucionario la recibiría y así ocurrió. A las 10 de la mañana fuimos conducidos a un lugar donde llegaría el presidente de Cuba.
Fidel le expresó a doña Peggy que le era muy grato saludarla, aunque no podía concederle la entrevista en esta ocasión porque tenía la visita de un presidente de un país africano, pero permaneció un buen tiempo junto a nosotros y la entrevista fue realizada dos semanas después.
Debo señalar que el área en donde se sostuvo el encuentro con Fidel era muy reducida, razones por las cuales nos encontrábamos muy cercanos todos los presentes. Doña Peggy nos presentó señalándole la función que ejercía cada uno. Cuando me presentó, el eterno rebelde expresó: “ah eres el productor”. Le conteste sí Presidente. Para mí fue una sorpresa ver a este hombre tan respetuoso, sencillo, ameno, y caballeroso. Creía que me encontraría con otro tipo de persona.
Debo señalar que no acostumbro a intervenir ni antes ni después de que doña Peggy realice una entrevista, porque entiendo que esa es una función de ella, ya que es la protagonista. En este caso quise romper ese modelo porque tenía interés, si las circunstancias lo permitían, de tratar algunos temas con el Presidente Castro. Cuestiones que fueran novedosas y de interés para él y que yo conociera ampliamente, así lo hice, alcanzando el objetivo, porque nuestro personaje mostró mucho interés en que yo participara en las conversaciones. Incluso con mucha frecuencia colocaba su mano derecha sobre mi hombro izquierdo.
GANADERIA
Me encontraba muy cerca de Fidel cuando doña Peggy le preguntó: ¿cómo está el suministro de alimentos en Cuba? . Cuando se disponía a contestarle me miró fijamente y expresó “quizás en los lácteos no disponemos de los mismos niveles de abastecimiento”.
Por mi gran afición a la ganadería y los caballos yo había estado en Cuba año y medio atrás visitando los proyectos ganaderos, donde noté que no había muchas novillas. Pregunté la razón y me informaron que Cuba había realizado en esos días grandes exportaciones a Venezuela. Cuando Fidel le dio la respuesta a doña Peggy sobre los lácteos, se me presentó la oportunidad y le señalé: “Presidente, no sería por aquellas exportaciones de novillas que hizo Cuba a Venezuela hace año y medio”. Confirmó mi aseveración a través de un ligero movimiento de cabeza al tiempo que me dirigía la mirada.
Fue recurrente con los gestos. Tratando el denso tema de la lucha contra la pobreza, sostuvo nuevamente su mano derecha sobre mi hombro izquierdo y aproveché la oportunidad para señalarle: “Presidente con Usted se puede estar de acuerdo o no en muchas cosas, pero en lo referente a la lucha contra la pobreza, Cuba ocupa uno de los primeros lugares como país cuya política busca erradicar la pobreza, por aquellos niveles de alimentación, salud y educación que posee.”
Su respuesta fue lacónica pero palmaria: “mira, nosotros tenemos escuelas en Cuba en donde solo hay 5 alumnos y estas escuelas poseen energía solar y computadora”. Ante tal respuesta, yo quería introducir alguna expresión que lograra una mayor identificación entre él y yo y hacer más ameno el encuentro y me atreví a expresarle: “Comandante es que cuando se inventó el lápiz ya en Cuba se borraba”. Ante mi expresión, sencillamente sonrió ampliamente y de ahí en adelante me hizo partícipe de toda la conversación. Doña Peggy ante mi atrevimiento, me imagino que expresó internamente: “tierra trágame.”
Jamás participo cuando doña Peggy realiza las entrevistas a destacadas figuras mundiales en el marco del programa. Mi rol es de productor. Pero Fidel convoca. Luego hizo un chiste que me dio mucha risa y del cual no hablaré.
TV
Fidel informó que recientemente habían colocado en satélite un canal cubano, el cual la noche anterior había visto por un buen tiempo. Aproveché la oportunidad para decirle: ¿Por qué el canal cubano no hace mayor uso de la animación como proceso de enseñanza? Nos dijo: “es más efectiva pero más costosa”. El hombre tenía razón.
Me autodefino como extrovertido y no dejo pasar la oportunidad de tratar temas que domino. Es el caso de la televisión por cable y el Comandante hizo referencia al tema, por lo que (haciendo uso del conocimiento adquirido por mi estadía en la dirección de la compañía de televisión por cable más grande del país, me refiero a Cable Televisión Dominicana cuyo propietario era mi amigo y hermano Frank Jorge; donde fui propulsor de grandes proyectos), le sugerí al presidente Fidel Castro, que permitiera a las compañas de televisión por cable de todos los países, el uso de dicho canal de una manera gratuita por un determinado tiempo y que posteriormente cobrará por dicho servicio. En ese momento llamó a uno de sus asistentes para que luego yo le explicara el porqué de mi propuesta. Castro puso mucha atención a mi sugerencia y posteriormente recibí la noticia que el uso del canal cubano era gratuito.
Hablamos de ganadería y le señale, que había sido el criador de un ejemplar de la raza lechera Pardo Suizo que fue campeón invicto en las ferias ganaderas que se realizan cada año en la ciudad capital. El me señaló el grado genético de la ganadería de leche en Cuba, indicándome que prefería la raza Holstein.
De seguida Fidel me preguntó sobre el baseball en nuestro país. Le señalé que no le doy mucho seguimiento, porque mi mayor afición además de la ganadería de leche, son los caballos de paso fino, expresándole que yo había participado, en representación de la República Dominicana, en la creación de la Confederación Mundial de Criadores de Caballos de Paso Fino (CONFEPASO) con sede en Colombia, llegando a ocupar la Vicepresidencia (1995). Igual que había sido el criador del ejemplar “Todo Incluido”, que por las premiaciones obtenidas, fue calificado el mejor caballo de paso fino del país. Le indiqué que en YouTube lo podía ver. Espontáneamente me dijo: “lo veré” señalando que “los caballos de paso fino son muy cómodos, se disfruta mucho al montarlos, pero no sirven para la ganadería”. Me resultó una sorpresa.
Demostró con el acertado comentario su conocimiento. El caballo de paso fino es bajito de manos, es decir, sus patas delanteras no se levantan mucho y su desplazamiento es corto: para recoger 50 metros el caballo requiere mucho tiempo, razón por la cual no se pueden usar para la ganadería.
Fidel nos señaló que Cuba no hace mucho tiempo había iniciado la explotación turística, y que le daría cada día más importancia, renglón en el cual la República Dominicana ocupaba un sitial de preferencia con relación a muchos países del Caribe. De inmediato le contesté que yo tenía constancia de eso, porque cuando Cuba se dio sus primeros pasos en esa área, yo era asesor de la Secretaría de Turismo de nuestro país por lo que asistía a todas las ferias turísticas que se realizaban, tales como, la Feria Fitur en España, la de Japón, Alemania etc.
Cuando Cuba inició ese proceso el stand que construía era tres veces mayor que el que poseía la República Dominicana.
En un momento determinado Fidel Castro le entregó a doña Peggy un hermoso arreglo floral y a los presentes nos obsequió una caja de tabacos cubanos de la marca Cohiba. El que me entregó me lo dedicó en dos lugares diferentes, algo que nunca entendí las razones.
Aunque han transcurrido 14 años de ese encuentro, aún conservo la caja de tabacos que me regaló. Después de la entrega de dichos regalos, le expresé lo siguiente: “Presidente Usted esta tarde, usted tiene compromiso” y el expresó sí, y doña Peggy puso un rostro de sorpresa ante mis expresiones. Luego Fidel dirigiéndose a doña Peggy la conminó a que me dejara en Cuba, a lo que doña Peggy le contestó: “¡ay no!”
Al conocer la noticia del fallecimiento de Fidel Castro, consideré prudente dar a conocer los términos de mi encuentro con este gran líder y expresar mi eterna gratitud por el trato que recibí de él, así como también expresar mi agradecimiento a Peggy Cabral por haberme dado la oportunidad de conocerlo.
jpm