Liga Americana le da una despedida triunfal Big Papi
SAN DIEGO. — Eric Hosmer y Salvador Pérez conectaron sendos jonrones en el segundo inning contra su ex compañero Johnny Cueto, para que David Ortiz tuviera una despedida triunfal del Juego de Estrellas, en el que la Liga Americana se impuso el martes 4-2 a la Nacional.
Hosmer y el venezolano Pérez, de los Reales de Kansas City castigaron al abridor Cueto, con quien se coronaron en la pasada Serie Mundial. Para esta campaña, Cueto firmó un contrato con los Gigantes de San Francisco.
El vuelacerca solitario de Hosmer, por todo el jardín izquierdo, empató el duelo. Pérez remolcó dos carreras al desaparecer la pelota por esa misma pradera, empujando a Mookie Betts y dando la vuelta a la pizarra.
El dominicano Cueto, quien ostenta una foja de 13-1 y una efectividad de 2.47, terminó permitiendo tres anotaciones y cinco imparables, para cargar con la derrota en una faena en la que sacó sólo cinco outs.
»No me gusta poner pretextos, pero a veces te levantas y no te sientes bien», dijo el serpentinero. »Esta mañana, cuando me levanté, no me sentía bien. No es un pretexto. Quería salir y lanzar lo mejor que pudiera. Me habría encantado poner out a mis ex compañeros, pero dejé dos pitcheos arriba y lo demás es historia».
Fue el cuarto triunfo consecutivo de la Americana en el Juego de Estrellas, con lo que el equipo de ese circuito que avance a la Serie Mundial, tendrá la ventaja de local. En los últimos 19 años, la Americana ha ganado 15 veces el Juego de Estrellas.
En el tercer episodio, Hosmer produjo la cuarta carrera de la Americana, mediante un sencillo que trajo a home al dominicano Edwin Encarnación, quien había ingresado como corredor emergente en uno de los momentos más emotivos del duelo, sustituyendo a su compatriota David Ortiz.
»Big Papi» Ortiz disputó su último clásico de mitad de temporada y se había embasado gestionando un boleto. Encarnación, de los Azulejos de Toronto, ingresó a los senderos y abrazó a su compatriota.
El encuentro se interrumpió, mientras todos los peloteros de la Americana felicitaban a Ortiz, ovacionado de pie por los espectadores en el Petco Park.
»Se suponía que iba a conectar hoy un jonrón en mi segundo turno», bromeó Ortiz.
En su primera participación en el Juego de Estrellas, el dominicano Marcell Ozuna acercó a la Nacional a 4-2 en el cuarto episodio. El jardinero de losMarlins de Miami pegó un sencillo que remolcó a Buster Posey.
Otro debutante en estos encuentros, el boricua Francisco Lindor, desperdició en cambio una buena oportunidad del Viejo Circuito, al conectar un rodado inofensivo con las bases llenas y dos outs, en el séptimo capítulo.
Y en el octavo, episodio, el cubano Aledmys Díaz fue otro principiante en el duelo estelar que no pudo responder con el madero. Se quedó mirando el tercer strike que le lanzó Will Harris, y tres hombres se quedaron suspirando en las almohadillas.
Kris Bryant había dado la ventaja al Viejo Circuito con un jonrón solitario en el segundo turno del encuentro ante el abridor Chris Sale, quien sin embargo terminó agenciándose la victoria.
Bryant fue uno de siete peloteros que formaron parte del plantel de la Nacional, incluidos los cuatro que integraron de inicio el cuadro interior.
Desde 1992, el Juego de Estrellas no se disputaba en San Diego. Antes del encuentro, se rindió un homenaje a Tony Gwyn, astro de los Padres fallecido hace un par de años, y al legendario panameño Rod Carew, quien asistió al parque.
En reconocimiento, el trofeo para el campeón de bateo de la Liga Americana durante la presente temporada recibirá el nombre de Carew. El galardón de la Nacional llevará el nombre de Gwynn.
Carew, de 70 años, estuvo presente en el parque junto con su familia. Vestido con un saco oscuro y una corbata violeta, se mostró conmovido, llevándose las manos al rostro, cuando se hizo el anuncio.
El ex pelotero de cuadro logró 3.053 hits en su carrera, con los Mellizos de Minnesota y de los Anaheim Angels.
Gwynn, quien ingresó al Salón de la Fama en 2007, falleció en 2014 a los 54 años, debido a un cáncer en las glándulas salivales. Participó en el Juego de Estrellas de 1992, la última vez que el clásico de mitad de temporada se había realizado en San Diego.
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