La verdadera superación como humano
Leyendo y analizando algunos mensajes religiosos que se envían por algunas redes, me doy cuenta de que muchos de ellos expresan un buen deseo del autor, pero no necesariamente concuerden con la palabra que viene de Dios. Verdaderamente hay mucha psicología y humanismo, pero poco, o nada de cristianismo. El problema de ésto es que el lector puede creer que se está superándose como cristiano, pero en realidad la superación es como humano. Cristianismo y humanismo no es lo mismo, aunque la línea que lo divide se hace un poco difícil de distinguir. El humanismo es una filosofía netamente humana, surgida en el siglo XVI, en sí es un «Conjunto de tendencias intelectuales y filosóficas que tienen por objeto el desarrollo de las cualidades esenciales del hombre». Mientras que el cristianismo, es una creencia y doctrinas que busca la formación del hombre en referencia a Cristo, siendo el Cristo persona y doctrinas el centro del hombre. Por lo que, cuando se habla de superación como humano, no sólo se habla de humanismo y cristianismo, sino de ese conjunto de ciencias que tratan sobre el individuo en todos sus aspectos. El hombre es un ser complejo, que su estudio y análisis requiere de una gran dedicación, y multi- disciplinas para su comprensión. Por eso, la superación como humano es tan difícil. Por eso, no hay pueblos con ausencia de todos tipos de violaciones a las normas morales, sociales, espirituales y religiosas. El hombre por sí mismo no ha logrado cambios permanentes y generales. El cristianismo tiene como objeto al hombre, y como su autor Jesucristo, contiene la mejor forma de la superación del hombre, debido a que Dios es quien hace la obra transformadora. El manual del ser humano, sólo lo tiene Dios, y por ende él nos lo ha revelado en su palabra escrita. Si el hombre hace caso al Señor Jesucristo, sin duda, que se superará. El apóstol Pablo escribió: «Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas» Ef. 2:10. La superación del hombre como humano, nos hace conscientes de esas contradicciones entre unos y otros, quienes a la vez, luchan no por el bienestar colectivo, sino personal o grupal. De ahí, esas luchas intestinas en los partidos políticos, en la mayoría de los países del mundo; la desintegración de las familias, por las familias quienes buscan muchos tipos de ventajas; la ineficacia de clubes y juntas de vecinos; y sobre todo, de la descomposición social y religiosa en el mundo. El hombre está lleno de conductas que riñen contra la moral, las leyes y contra la palabra de Dios, como son el egoísmo, la envidia, la codicia, la avaricia las cuales son fuentes de idolatrías. Pero además, están otros deseos carnales, de los ojos y de la vanagloria de la vida, que en sí destruyen la integridad del individuo, y sólo en el cristianismo ha podido cambiar al hombre, no importando su edad, ni clase social ni etnia. Una base del cristianismo es lo dicho por Pablo: «De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas» 2 Cor. 5:17. Y también escribió: «No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, y revestidos del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno» Cil. 3:9, 10. Como ministro cristiano, he visto muchas personas que han sido cambiadas de una forma tal, que otros se sorprenden. Sé que usted conoce personas que han sido cambiadas por Cristo y sus doctrinas. Por eso, planteamos a Cristo y sus doctrinas, como la mejor y más rápida forma de superación del ser humano. De ahí que, las iglesias se componen en gran medida de verdaderos hombres nuevos, con pensamientos, conductas y visiones nuevas. Cristo es la esperanza de resurrección, de vida y transformación para toda persona que aún vive en la tierra y desea tener una verdadera superación. Sólo él, puede hacer el cambio en las personas. Aun el ciego puede ver la transformación, el mudo puede hablar del cambio, y el paralítico puede gozar de sus labores, todo ésto en el sentido figurado, es decir, en la parte interior de la persona. Cuando el hombre está superado en su interior, las deficiencias físicas no son impedimentos, mas cuando el hombre no se ha superado las destrezas físicas son sus impedimentos. ¿Cómo superarnos? Buscando de todo corazón a Jesucristo, prestando atención y obediencias a sus palabras, y confrontarnos a sí mismos con el objeto de producir el cambio. Jesucristo junto con el Espíritu Santo, y sus palabras transforman, siempre y cuando la persona se someta voluntariamente a Dios. Dios no obliga, más bien, él llama a que acepte el cambio, diciendo: «Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas» Mt. 11:28, 29. JPM |
parece que el negocito se le esta quebrando a este vive bien de los incautos……mira que disparate mas grande…»el hombre está lleno de conductas que riñen contra la moral, las leyes y contra la palabra de dios, como son el egoísmo, la envidia, la codicia, la avaricia las cuales son fuentes de idolatrías. pero además, están otros deseos carnales, de los ojos y de la vanagloria de la vida, que en sí destruyen la integridad del individuo, y sólo en el cristianismo ha podido cambiar al hombre???????…pero si ese «cristianismo»..es un plagio, una copia de varias culturas como es eso… Leer mas »