El lobby en los EE.UU.
La Constitución de los EEUU diseña un modelo de Estado social y democraìtico de derecho, que propugna como valores superiores la libertad y el pluralismo político.
Un modelo democrático no solo basado en la representación, sino también en la participación directa de los ciudadanos en los asuntos públicos. En ese aspecto, los grupos de intereìs desempenÞan un papel importante y legiìtimo en dicho proceso.
Es considerado como un derecho fundamental que los representantes de la sociedad civil tengan acceso a las instituciones y de forma muy especial a los poderes ejecutivo y legislativo a fin de comunicar sus ideas e intereses, recabar informacioìn, defender su situacioìn o instar a cambiar la legislacioìn que les afecta.
El lobby es una actividad profesional que se centra en la defensa de esos intereses legiìtimos que adornan a los diferentes representantes de la sociedad civil ante los distintos ámbitos de la toma de decisiones públicas.
Trata de que la posición e intereses de algunas organizaciones (públicas o privadas) formen parte del debate y sean tenidos en cuenta y conseguir que las decisiones provenientes del Estado no perjudiquen los intereses de la organización o colectivo.
Pero en realidad, ¿qué es un lobby? Una definición neutra sería la de un grupo de personas que en nombre de una serie de intereses, interactúan con el poder para dar su punto de vista e influenciar en las tomas de decisiones de los funcionarios públicos, especialmente los legisladores.
La idea original de estos grupos de presión surgió alrededor del Gobierno Federal de los Estados Unidos y, hoy en día, es el lugar donde su presencia es más numerosa e importante, realizando su actuación tanto frente a los funcionarios del gobierno como ante las cámaras legislativas.
De hecho la palabra lobby, que en español significa vestíbulo, se aplica a estos grupos de presión porque, durante la Guerra de Secesión estadounidense, el General Grant estuvo instalado, después del incendio de la Casa Blanca, en el lobby de un hotel, que pronto se llenó de cabilderos que defendían intereses de distintos grupos.
Por mucho tiempo en los EEUU no hubo una regulación de los lobistas. Hacia finales del año 1880, el Congreso estaba irritado con la cantidad de lobistas, por lo que decidieron controlarlo y exigieron una inscripción, la cual no tuvo éxito dado que no todos acataron la norma de registro.
A principios de 1900, hubo un gran movimiento en los Estados Unidos, en donde existía mucha presión para tratar de hacer una regulación del lobby, pero no fue sino hasta el año 1938 cuando finalmente se sancionó la ley de regulación de las actividades lobistas.
Pero en verdad, más que por las inquietudes internas, la referida ley fue aprobada por inquietudes e intereses de los lobistas internacionales que mantenían cierta influencia en los Estados Unidos.
Con el transcurrir del tiempo, se dieron dos decisiones en la Corte Suprema en 1952 donde se estableció que la ley no era aplicable porque no se definían los términos de manera clara.
Finalmente, con el crecimiento sustancial del lobby en los Estados Unidos, apareció su última, y actual, regulación en 1995. El presidente Clinton sancionó la ley de regulación del lobby, la cual consta de dos etapas: el registro y la divulgación de información.
Aunque la existencia de los lobbies no es ilegal en los EEUU, sí podría llegar a ser ilegal si los mismos sustentaran su accionar en la extorsión, el chantaje o el soborno a funcionarios públicos.
Generalmente se tiene una imagen muy negativa de los lobbies pero esto no tiene por que ser siempre así.Por un lado también existen con fines altruistas (como la defensa del medio ambiente o de intereses culturales); y, por otro lado, que empresas de determinado sector se unan para defender sus intereses legítimos.
Los medios económicos y políticos de que disponen este tipo de organizaciones en los EEUU son impresionantes y su influencia es enorme.
En los últimos años se han hecho avances en su regulación, lo que para muchos autores implica contribuir a su transparencia y normalización.
La actividad de los grupos de presión tiene un vasto historial en Estados Unidos, donde su práctica ha sido entendida como una colaboración necesaria entre la sociedad y los poderes públicos para el ejercicio eficaz de la política.
Se atribuye al presidente Kennedy la frase: “Los cabilderos me hacen entender un problema en 10 minutos, mientras que mis colaboradores tardan tres días”.
Aunque es cierto que han aparecido a lo largo de los años varios escándalos que se asociaron al cabildeo de los lobbies, su regulación permite establecer ciertas garantías a la hora de interceptar las malas prácticas.
Hoy en día se habla cada vez más del poder en ciertos grupos de influencia en el gobierno. Incluso se utiliza ya el término lobbycracia para referirse a la influencia que ejercen los conglomerados y grupos de interés en la política de centros de decisión en Washington.
El cabildeo es una actividad de la esfera pública cuya práctica es cada vez más recurrente en las democracias modernas, pues se reconoce a la acción de cabildeo como una forma profesional de ejercer la libre participación política para incidir en el proceso de toma de decisiones de los actores e instituciones políticas de un país, sin cometer tráfico de influencias.
Ojala en nuestro país vayamos tomando conciencia sobre la necesidad de que en algún momento nos sentemos a debatir sobre la pertinencia o no de una ley que instituya y regule el accionar del lobismo o cabildeo en República Dominicana, como forma de poder contribuir a la transparencia y al fortalecimiento de nuestra democracia.
jpm-am
en republica dominica existe el hombre del maletin.entiendase y piense,en un tipo,o tipa,que anda por los pasillos del poder ,con un maletín lleno de billetes de 100 dollares,repartiendolos a algunos funcionarios para que tomen las decisiones que favorezcan los intereses del que reparte los dollares,fenómeno que sucede desde hace muchas décadas o siglos en r.d.para muchos funcionarios ,no todos,valga aclarar,lobbistas primero que pueblo.
la muestra mas fragrante de lobismo lo tiene el aipac, una poderosa organizacion judia que tiene a todos los grandes politicos estadounidenses, o comprados o chantajeados.