El bebé ve de forma diferente el rostro de su madre

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El autor es médico neurólogo. Reside en Santo Domingo

Tengo dos muy jóvenes nietos, uno de un año y medio y otro de 10 meses. Confieso que nunca antes había puesto atención a las miradas de los nietos a sus madres. Es asombroso cómo esos bebés miran a sus madres sin ellas hablarles, sin estar cerca, sin ellos recibir el olor de sus mamás. De esto doy fe, y es de lo que quiero conversar hoy con mis amables lectores.

Se ha estudiado la mirada perfecta, se considera que entre 2.6 y 4 segundos es el tiempo necesario para un contacto visual ideal.

A tal conclusión ha llegado un equipo dirigido por Nicola Binetti, del Colegio Universitario de Londres. Los investigadores mostraron en unos 500 voluntarios un video en el cual una actriz los miraba durante un tiempo variable. Los participantes debían presionar un botón cuando considerasen que la duración era inadecuada por ser demasiado breve o larga y, por ejemplo, cuando sentían que la mujer les observaba de manera evasiva o exhaustiva.

Durante el experimento, los científicos siguieron los movimientos oculares de los sujetos y registraron el tamaño pupilar de sus ojos. Los resultados revelaron que la duración perfecta de una mirada es de unos 3.3 segundos (con un margen de 0.7 arriba o abajo).

La historia de estos trabajos científicos arranca en los años setenta del siglo pasado, concretamente, en la Universidad de Cambridge, donde un grupo dirigido por el neurobiólogo Gabriel Horn, estudió la impronta de la cría del pollo doméstico. Al buscar información científica de la mirada de mis nietos a sus madres, pude encontrar muy pocos trabajos realizados sobre este tema.

Estos trabajos hechos en polluelos confirman, nacemos con la capacidad de reconocer los rostros de otros seres humanos.

De manera similar a la mayor parte de los animales, los humanos nacemos con la capacidad de reconocer y responder a las señales relacionadas con la presencia de otros seres humanos. Para el estudio en neonatos, se utiliza un paradigma experimental muy sencillo.

Se presentan a los neonatos dos imágenes próximas y se mide cuánto tiempo la mira: la imagen preferida la observará más tiempo y siempre fue la foto de su madre. En la experimentación con polluelos se coloca al animal en el centro de un corredor oscuro, para valorarlo.

No se sabe si es el olor, si es el sonido o la magia de la maternidad la que hace que el bebé vea de forma diferente el rostro de su madre.

JPM

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Matha Morla
Matha Morla
2 Años hace

Me

ROBERTO CONTRERAS
ROBERTO CONTRERAS
2 Años hace

EXCELENTE ARTÍCULO, FELICITACIONES DR.SILIÉ

Samuel
Samuel
2 Años hace

Brillante. Profundo.