El arte de administrar los fondos públicos

Con
frecuencia se aborda en República Dominicana el tema de la necesidad de
disponer de más recursos financieros para cubrir las crecientes necesidades de
inversión y demanda que exige el país a los fines de que este pueda colocarse a
la par con el desarrollo que exhiben las demás naciones, satisfacer los
reclamos de obras y servicios publicos eficientes que requieren sus habitantes
y con ellos dar respuesta a los cambios, retos y oportunidades que a diario
enfrenta la nación como parte de su fortaleza, oportunidades, debilidades y
amenazas (FODA).

Son
muchas las necesidades insatisfechas que sienten los dominicanos y que no
podrán ser cubiertas como se desearía pues los recursos financieros son más
escasos que las demandas y crecientes retos a los que se desearían dar
respuesta en el corto y mediano plazos.

Conforme
a dichas premisas las autoridades responsables de planificar, formular,
ejecutar y controlar los gastos e inversiones que deben realizarse en base al
paradigma de, lo primero es lo primero, los gestores de la cosa pública deben
ser verdaderos artistas administrando los exiguos ingresos recaudados a través
de impuestos, gravámenes y tasas cobradas a los contribuyentes a los que cada día se les hace más difícil cumplir
con dichos pagos.

El
gasto de los pocos o muchos ingresos que recibe anualmente la administración pública
a través de recaudaciones tributarias, donaciones, transferencias de fuente
financiera e ingresos de capital deben aplicarse lo más racional posible
evitando siempre el dispendio o el gasto superfluo que en nada añade valor al
desarrollo del país, cuando estos en cambio deben ser invertidos en obras
reproductivas que fomenten la producción, el trabajo, la demanda y que de paso
generen los ingresos para el reembolso de los préstamos.

En
realidad es un verdadero arte el saber administrar con inteligencia y frugalidad
los ingresos o recursos financieros cuando la buena fe, amor a la patria,
criterio técnico, visión de futuro y capacidad administrativa sean el norte de
una gestión competente y exitosa.

Así
como nacen cada año más niños y niñas en el país, asimismo crecen las demandas
de nuevas necesidades y obras que solicita el pueblo dominicano.

Es
penoso y preocupante que más del 40% de los gastos consignados en el
presupuesto 2014 por unos RD$613,000 millones faltando apenas unos tres meses
para que finalice el año no se hayan ejecutados por falta de capacidad
administrativa y frágiles estimaciones de los ingresos.

Se
espera que el recién formulado Presupuesto General del Estado para el año 2015
por RD$630,934 millones (RD$529,316 millones de gastos y aplicaciones
financieras por RD$101,617 millones) e ingresos por RD$455,433 millones para un
déficit de RD$73,883 millones (RD$529,316 menos RD$455,433 millones) sea
revisado y ajustado a la realidad para una mejor ejecución.

Gastos
2015 conformados por un alto nivel de servicios personales, transferencias,
aplicaciones financieras frente a un bajo nivel de gasto de capital RD$79,122.9 millones que
lo estigmatiza como una herramienta poco desarrollista en el plano económico-
social y productora de más pobreza.

Hasta
tanto no prime en las autoridades dominicanas el criterio de administrar el
gasto público con responsabilidad, equidad, calidad y transparencia de nada
serviría formular el Presupuesto General del Estado ya que a este se le da el
tratamiento de un documento que se elabora solo para hacer honor a la Ley
Orgánica de presupuesto No. 423-6 y decir teóricamente que se cumple con la Ley
anual de gastos públicos.

Pero
decir que realmente el Presupuesto General del Estado se formula, ejecuta,
controla y se evalúa como establecen los principios y normas presupuestales
nacionales e internacionales es estar de espaldas a las técnicas presupuestales
sanas y modernas que deben aplicarse.

Nueva
vez se dispone de un presupuesto para un
nuevo período con metas, objetivos, misión y visión a cumplirse, pero una vez más
se tiene un documento que no dará fiel
cumplimiento a las necesidades, las leyes y la constitución en los aspectos
presupuestales.

Hasta
tanto no se disponga de un sistema de contabilidad público patrimonial y no
presupuestal como el que actualmente impera en la nación dominicana no podrá
tenerse el control de todos los activos o recursos que dispone el Estado y si
no se establece la presupuestación por resultados vinculando las metas y
objetivos con la misión y visión de las instituciones del Estado no se
alcanzará el nivel de desarrollo que se requiere para poder decir que se tiene
una herramienta para el desarrollo de la nación dominicana.

El
manejar dinero no solo es una ciencia sino también un arte ya que se requiere
preservar su valor en el tiempo, por lo que se invita una vez más a las
autoridades nacionales a manejar el presupuesto con respeto a las leyes
adjetivas y la constitución dominicana, con sensibilidad social y criterio
desarrollista a los fines de que el país y su gente alcancen el grado de
desarrollo que demandan los nuevos tiempos.

felix.felixsantana.santanagarc@gmail.com

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