De lo que Trifolio debería estar consciente
“Eto no e’ Nueba yol, aquí lo picamo”; es una desafortunada expresión con tonos amenazantes, proferida con intolerancia tozudez y desparpajo, por un simpatizante del expresidente Leonel Fernández Reyna. Esta desaforada manifestación, no es aplicable a la inversa, es decir, por dominicanos residentes aquí en Nueva York; como respuesta a sus conciudadanos contrarios que, en República Dominicana, rechacen públicamente las iniciativas políticas del exmandatario. Y no es aceptable, porque así como el embajador de Estados Unidos en República Dominicana, James Brewster, manifestó que en su país hay “tolerancia cero” en cuanto a los actos de corrupción; de ese mismo modo, en Nueva York, aún con sus desaciertos, que de seguro los hay, nadie puede ser fanático y energúmeno hasta llegar a la violencia por simples diferencias político-partidarias. Si los republicanos ganaron recientemente nuevos escaños congresuales en las elecciones de medio término; es precisamente porque hay cierta flexibilidad en la libertad de expresión; no persiste el fanatismo y los que sufragan, más que simples votantes, son ciudadanos conscientes con derecho a discernir políticamente. Con esta introducción le queremos enviar un mensaje al comunicador Juan Cruz Trifolio, quien, según nos informó un amigo, trató de agredirlo físicamente, sólo porque éste se pronunció en contra de Félix Bautista y su protector, Fernández Reyna. Siempre afincándonos en lo narrado por nuestro amigo Pedro Reyes; hace poco, cuando Trifolio visitaba el Alto Manhattan, se abalanzó sobre él con evidentes intenciones de agredirlo, y el asunto no llegó a más porque es un hombre de bonhomía, pacífico y, sobre todo, un individuo que pese a ser un simple empleado del Estado de Nueva York, tiene ciertas luces intelectivas y reconocida fineza en el trato con los demás. Además, tras el suceso, acontecido luego de una confrontación política en la calle 185 y Saint Nicholas del Alto Manhattan; el incidente no sobrepasó la simple escaramuza, por la oportuna intervención de los contertulios allí presentes. Lo deplorable e imprudente de Trifolio, en esa ocasión, según nos reveló Pedrito, como cariñosamente le llamamos; es que estaba acompañado de su esposa y una hija de 15 o 16 años de edad. Trifolio debe estar consciente de que si la policía neoyorquina, hace poco, no intervino; no agredió ni apresó a nadie, cuando adversarios llamaron a Fernández Reyna ¡ladrón! repetidas veces, fue precisamente, porque en este país se tolera la disidencia hasta con el mismo Barack Obama. Lo que no se puede hacer aquí es agredir a nadie, como ocurrió recientemente en las inmediaciones de un hotel Embassy de Santo Domingo, mientras el presidente Fernández Reyna comparecía a una entrevista en ese establecimiento hotelero. En las afueras de las instalaciones del local en el Ensanche Naco; las huestes peledeístas, despojaron de sus equipos de trabajo a varios fotoreporteros y periodistas y, por si fuera poco, como cacos de poca monta, le sustrajeron la cartera a uno de los comunicadores, que sólo cumplía con su deber. Trifolio tiene derecho a enfrentar ideológicamente a todo el que quiera. Pero rebasar las ideas y tratar de agredir en lo físico a contendores políticos, no es en nada aconsejable. Queremos dejar constancia de que así como la mayoría de periodistas neoyorquinos cepedeístas, también se opusieron una vez a que fuera reconocido por una de las directivas de la seccional del Colegio Dominicano de Periodistas (CDP) en esta urbe, también nosotros no estuvimos de acuerdo en que se distinguiera al comunicador. Sin embargo, al margen de esa resistencia, en lo personal, no tenemos nada contra el comunicador. Ni lo conocemos personalmente. Esa vez nos opusimos a tal distinción, porque entendíamos que aquí había periodistas y personalidades con suficientes méritos para recibirlo; además, consideramos, según nuestro juicio, que el comunicador no calificaba; y por último, quizás en una consideración extrema, porque se nos había comunicado que es sociólogo. Es decir, no periodista ni miembro del CDP. No pretendemos que Trifolio le pida excusas a nuestro amigo. Pero queremos que reflexione sobre ese incidente. Porque hay gente y grupos que, en Nueva York, hubiesen respondido de otra forma, y con ello hubiese arriesgado la seguridad de los familiares que le acompañaban. Esto, además de los inconvenientes que ello implicaría en un Estado, donde la impunidad no es su fuerte, y mucho menos en actos violentos. De Trifolio se dicen muchas cosas, sobre todo, cuando según se nos informó, en su programa “punto y coma”, lanzó una andanada de improperios en contra de los que le gritaron epítetos y rechazaron la presencia de Fernández Reyna, durante su encuentro con algunos dirigentes del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), en el Restaurante Palm Beach, del Alto Manhattan. Por último, queremos señalar que nos da tres pepinos y un comino la tendencia o simpatía partidaria de Trifolio, al que muchos identifican aquí como un individuo “insumergible” o “corcho”, en cuanto a lo político se refiere. Además del citado encontronazo, es de muy mal gusto el que Trifolio, según nos comenta Reyes, no sólo lo haya insultado y casi agredido, sino, que no conforme con esto, vertió duras ofensas y denuestos contra los dominicanos residentes en Nueva York; una comunidad que él siempre suele visitar.