Con la división vendrá la derrota electoral
El presidente Danilo Medina está jugando con las posibilidades de su partido mantenerse en el poder. Buscando evitar que el ex presidente Leonel Fernández sea quien lo sustituya en el gobierno, prefirió inventarse un precandidato sin formación política ni liderazgo para que derrotara al ex presidente en cuestión.
Ese esfuerzo del jefe de la fracción danilista, es la causa de la crisis en la que ahora se encuentra el PLD y su división inevitable. Solo bastaba un acuerdo entre los dos jefes de fracciones, a fin de mantener la unidad del partido de gobierno y garantizar el éxito electoral de cara al 2020.
Un candidato unificado, sin someter el partido a la perturbación de una guerra intestina, era la fórmula ideal que sellaba la unidad en una organización política cansada de luchas entre fracciones. Sin embargo, el rechazo del presidente Medina a quien lo llevó al poder en el 2012, es el factor determinante de la división por la que atraviesa el partido que lleva casi 16 anos en el poder de manera continua.
Ningún reino dividido permanecerá. Por lo tanto, debido al agrietamiento fraccional de un partido en el poder, la oposición normalmente aumenta mucho su chance de ganar en todo torneo electoral. Definitivamente, las primarias peledeistas del 6 de octubre pasado, sólo han contribuido en potenciar la división del PLD. Al respecto, el precandidato Leonel Fernández ha denunciado que fue víctima de un fraude que le arrebató el triunfo en esas primarias.
Por en cuanto, el sector leonelista está librando ya una batalla legal para demostrar el fraude señalado y conseguir la anulación de dichas primarias. Todo este proceso tortuoso se pudo evitar, si mediante un gran acuerdo el ex presidente Leonel Fernández hubiera sido el candidato unificado del PLD, donde danilistas y leonelistas coincidieran en aras de mantener el control del poder político más allá del 2020.
Pero donde el odio político prevalece, es imposible el acuerdo y la unidad. Lamentablemente, se escogió el escenario del enfrentamiento en un juego «suma cero», donde hay ganadores totales y perdedores totales. La unidad peledeistas, en consecuencia, parece una posibilidad remota toda vez que la tendencia es a la profundización del conflicto, el cual se perfila insoluble.
En el caso hipotético de que el ex presidente Leonel Fernández no consiga la anulación de las primarias cuestionadas, no tendrá más alternativa que irse de su partido porque en éste no habrá más espacio para su liderazgo. Formar tienda aparte no será una estrategia errónea, dado que el capital político acumulado por quien fue tres veces presidente de la República, no puede ser depositada ni en el danilismo ni en otro partido.
Ahora bien, el danilismo y su candidato Gonzalo Castillo, que no sueñen con el respaldo de los leonelistas. El maltrato recibido por el ex presidente Fernández por parte del presidente Danilo Medina, jamás inspirará que se le endose cualquier apoyo a un candidato que de ninguna manera ganaría las elecciones presidenciales por venir. En fin, el danilismo tendrá que cargar con la responsabilidad histórica de haber conducido al triunfante PLD, al imponer el peor candidato, a una derrota vergonzante.