Cambio de rumbo al Comisionado de Cultura de RD en NY
Un país en vías de desarrollo, que tiene un 20% de su población viviendo fuera de su territorio y en otra nación, siempre estará sometido a una serie de influencias diversas, propias de la transculturización que registran los emigrantes que siguen gravitando en la vida diaria de sus familiares en su tierra natal. Tal es el caso de los dominicanos de ultramar, que sueñan con retornar, aunque solo sea de manera temporal.
Cuando la relación es entre Estados Unidos -aún la nación más poderosa del mundo- y una media isla como Quisqueya, con escasamente 48,000 kilómetros cuadrados y 178 años de historia “independiente”, esa quinta parte de nacionales dominicanos que habita allende los mares, adquiere aún una mayor importancia por el apego nuestro a la familia y el terruño.
Estas conclusiones que expongo a manera de introducción, estoy seguro de que son del conocimiento del Estado dominicano. Por ello es que no logro entender ¿por qué el Comisionado de Cultura Dominicano en USA no tiene un plan, ni genera actividad alguna que pueda aportar algo para cumplir con lo es su tarea principal, fortalecer la identidad nacional en donde quiera viva un dominicano?
El caso es que desde hace 36 años he estado observando la dependencia del gobierno dominicano que se ha llamado, primero Casa de la Cultura y más luego Comisionado de Cultura en USA; y he visto que ha obtenido ciertos logros como: las Ferias del Libro, con sus conferencias y charlas alusivas a los temas, los premios a los escritores y artistas destacados de la comunidad, actividades culturales y artísticas en general, exposiciones de obras de varias disciplinas artísticas; en su momento, hasta un pequeño teatro que también fungía de cine, se llegó a construir.
Sé que se me escapan muchas otras actividades tan meritorias como las ya enunciadas pero, no recuerdo haber oído, visto o hablado sobre ese objetivo primordial que debe ser la razón de existir de un Comisionado de Cultura de cualquier país en el extranjero, en este caso Estados Unidos: La preservación y fortalecimiento de las buenas costumbres y rasgos culturales de la patria de origen, para no perder el vínculo con sus ancestros; digamos en lo concerniente a nosotros los dominicanos, con la esencia nuestra, con la idiosincrasia nacional.
En estos momentos de cambios y redefinición de rumbos que vive el país, conviene que miremos con ojos críticos al Comisionado de Cultura como institución y planteemos un proceso de rectificación. Pero, no se trata de la simple sustitución del personal que hasta ahora ha manejado la institución sino, de trazar una línea central que modifique la estrategia y los planes a ejecutar, en función de cumplir con el objetivo para el que fue creado.
Ideas
Mucha gente buena ha pasado por la institución, lo que ha faltado es un Plan de Estado para que funcione correctamente. Me atreveré a proponer algunas ideas al Ministerio de Cultura a fin de relanzar este importantísimo órgano del Estado y son las siguientes:
- Nombrar un Consejo Consultivo de tres (3) ciudadanos, gestores en el área cultural, que asesore al Director en el funcionamiento y diseño de planes y propuestas que siempre deberán ser sometidas al Ministerio.
- El Director no tiene que ser simplemente un artista o escritor sino, un gestor cultural que pueda presentar, ejecutar y someter al Ministerio un plan de acción anual por adelantado.
- En la Comunidad residente en el Exterior hay una cantera de servidores públicos con formación suficiente para ejecutar y diseñar esas tareas que siempre deberán ser aprobadas por el Ministerio.
- Es importante que se defina el número y las funciones de cada uno de los dominicanos que van a laborar en el Comisionado.
- Conviene que los salones de conferencias y reuniones estén siempre disponibles a las organizaciones culturales y comunitarias, siempre que lo soliciten por adelantado.
Creo que este es el instante exacto de producir ese punto de inflexión en la aplicación de las políticas culturales en la comunidad dominicana residente fuera del país y el gobierno no debe dejar pasar la oportunidad.
Solamente con la unificación de todos, bajo los pilares que soportan nuestras cultura y costumbres, podremos construir esa Agenda Dominicana que tanto hemos necesitado, para empoderarnos y avanzar en este país.
jpm-am