85 aniversario del golpe de Estado a Horacio Vásquez

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EL AUTOR es economista y comunicador. Reside en Santo Domingo.

Horacio Vázquez asume la presidencia en 1924,  luego de la salida de las tropas yanquis de ocupación. Su gobierno se distinguió por el respeto a las libertades públicas, el fomento de la educación y un vasto programa de infraestructuras en todo el territorio nacional, principalmente carreteras, canales de riego, puentes, edificios públicos, caminos vecinales y acueductos, entre otros.

Esta política incentivó que numerosos ayuntamientos en toda la geografía nacional, también emprendieran numerosas obras de desarrollo urbano. Durante ese sexenio surgieron gran cantidad de revistas y periódicos provinciales, así como institutos comerciales, clubes, cines, hoteles y centros de recreo.

La presidencia de Vásquez debía concluir en 1928, pero -al igual que Santana, Báez y Lilís-promovió una serie de “interpretaciones” y manipulaciones de la Constitución, que le  posibilitaron mantenerse en el poder dos años más. Esta estratagema dividió la coalición que llevó a Vásquez a la primera magistratura, provocando que el Vice-presidente Federico Velásquez y una parte de sus seguidores, salieran del gobierno. José dolores Alfonseca le reemplazó como Vice. Aunque Horacio tenía 68 años, sus partidarios más fieles, le estimulan que se presente como candidato en las elecciones para el período 1930-1934.

Alfonseca parecía ser el natural sucesor del Vásquez, pero los más fieles continuistas cargados de privilegios lo veían como un obstáculo que afectaría sus intereses y prácticas corruptas. Por eso promueven coaliciones, acuerdos y conciliábulos, para quitarle poder al Vicepresidente. Trujillo -que controlaba el ejército- fue captado por los opositores de Alfonseca, puesto que éste presionaba a Horacio para que lo reemplazara como jefe militar, bajo graves acusaciones de corrupción, reveladas por dos auditorías.

Varios amigos del Presidente Vásquez le advertían sobre el creciente poder que adquiría Trujillo y le señalaban que eran falsas sus muestras de adhesión. Militares horacistas de alto rango, también aconsejaron al mandatario, el cual desestimó todas las recomendaciones. Es en estas circunstancias que  Vásquez cae gravemente enfermo y debe salir con urgencia fuera del país. Alfonseca asume provisionalmente la presidencia en Octubre de 1929 y aunque confronta a Trujillo, no puede sacarle de la jefatura militar.

El Domingo 5 de enero del 1930 retornó al país por vía aérea  el Presidente Vásquez,  el cual a pesar de las informaciones oficiales y de los medios  de comunicación, lucía desmejorado luego de la fuerte cirugía a que se había sometido. Estaba acompañado de su esposa Doña Trina de Moya y sus principales colaboradores. Una multitud encabezada por el gabinete,  la oficialidad y el pueblo en general, le brindaron una calurosa bienvenida. Al mandatario -que tenía 70 años de edad- le habían extraído un riñón.

En ausencia del Ejecutivo se agudizaron las contradicciones entre el poder civil y el estamento militar encabezado por el ambicioso General Trujillo. Las aprensiones de los principales seguidores del Presidente Vásquez, aumentaban, a la vez que se deterioraba el consenso que posibilitaría que el Vice-presidente José Dolores Alfonseca ganara las elecciones de Mayo de 1930.

Trujillo en coordinación con políticos opositores a Vásquez y Alfonseca,  estructura una maquinaria golpista que él controlaría en plano militar, mientras que la parte civil  la encabezaría Rafael Estrella Ureña.

A partir del Domingo 23 de Febrero del 1930 se fueron ejecutando todas las acciones cuidadosamente planificadas por los conspiradores, encabezados por el poderoso jefe de la guardia, General Rafael Trujillo. El periódico Listín Diario correspondiente al lunes 24 de Febrero en una información de primera página señalaba que “Varios grupos de oposición ocuparon el Castillo y la estación de la Policía Municipal de Santiago de los Caballeros”.
La nota precisaba sobre movimientos de tropas en la región del Cibao e “intercambios de disparos” en Moca, La Vega y Bonao. Testigos dijeron que los insurrectos entraron a los recintos militares de Santiago sin disparar un tiro. El Jefe del Departamento Norte -Coronel Simón Díaz- le sorprendió el movimiento en la ciudad capital, razón por la  cual partió rápidamente al atardecer hacia Santiago.

Ante estos acontecimientos, la mansión presidencial se mantuvo toda la noche repleta de amigos del gobierno y relacionados del Presidente Horacio Vásquez. El Listín Diario correspondiente al martes 25 de Febrero de forma destacada detalla las últimas noticias acerca del movimiento que agitaba al Cibao. También informaba que ni el Presidente Vásquez ni en Vice-presidente Alfonseca, habían renunciado. La reseña precisaba que las tropas sediciosas estaban creciendo y lanzaban vivas a los generales Trujillo y Estrella Ureña mientras se dirigían hacia la capital. La crónica precisaba “Ante  esa actitud manifiestamente hostil, perturbadora de la paz pública, el gobierno ha tomado las necesarias providencias del caso”.

Informaciones periodísticas destacaban que ante los acontecimientos el Presidente Vásquez se había asilado durante algunas horas en la legación estadounidense, en compañía de su esposa y una sobrina. Previo a esta acción, se había reunido con miembros de su gabinete y amigos, quienes le recomendaban no asilarse. Horacio manifestó que realizaría una reunión a puerta cerrada con el Ministro Curtis. Posterior a este diálogo, Vásquez se dirigió a la fortaleza Ozama, donde llegó acompañado del Vicepresidente, el Presidente del Senado Gustavo A. Díaz, el senador de Azua, Alejandro Cabral y oficiales de su escolta. Luego arribaron el Presidente de la Cámara de Diputados y los Ministros de Hacienda y Defensa Nacional. La noticia dice “Desde ese momento, el Honorable Presidente Vásquez se encuentra al frente del Ejército Nacional, del cual es constitucionalmente Jefe Supremo”.

La mansión presidencial estaba rodeada por militares y destacados ciudadanos armados, acompañados de grupos que les respaldaban. Según la crónica del Listín Diario, unas dos mil personas se habían ofrecido para tomar las armas en defensa del gobierno.

En horas de la madrugada del lunes salieron tropas de casa presidencial que llegaron hasta el kilómetro 40 de la carretera Duarte, sin encontrar ninguna novedad por lo que retornaron a la ciudad. Tropas y pertrechos fueron movilizados durante esas horas. El Ministro Curtis envió al Cibao al secretario de la Legación con el propósito de que se entrevistara con los jefes de la revolución. El Presidente Vásquez salió de la fortaleza y se alojó en la residencia de su sobrino y Ministro de Hacienda, Martín de Moya, donde se reunió con miembros de su gabinete y luego se retiró a descansar. Posteriormente retornó a la casa presidencial.

Los jefes visibles de la insurrección son los generales Rafael Estrella Ureña, Desiderio Arias y José Estrella, entre otros. El Listín Diario destacaba que desde Santiago había salido un contingente armado rumbo a San José de las Matas donde reside el importante líder del Partido Nacional, Sr Virgilio Martínez Reyna, quien es posible que ya haya sido atacado. Casi todas las comunicaciones radiográficas del país, se mantenían funcionando, a excepción del ramal que se dirigía a Santiago y comunidades vecinas. Las escuelas  centros de diversión y espectáculos públicos de la capital, fueron cerradas. También las oficinas públicas no esenciales.

En medio de los acontecimientos fue desmentido un rumor sobre la renuncia del Presidente y Vicepresidente. Las tropas que recorrían la ciudad lo hacían el perfecto orden, mientras la ciudadanía se reunía en las esquinas para comentar la situación. Los vehículos circulaban y la gente acudía a comprar sus alimentos y otros artículos. Un editorial del Listín Diario correspondiente al miércoles 26 de febrero, llamaba a la concordia y llamaba a la cordura para evitar derramamiento de sangre de dominicanos.

9-El Presidente Vásquez se reunió con altos dirigentes del Partido Nacional en el poder y les informó que “los resultados de cuanto se está haciendo, se verán pronto por los hechos”.

Las tropas “rebeldes” ocupaban puntos estratégicos de la ciudad. Su Cuartel General fue establecido en el Baluarte 27 de Febrero. Se escucharon disparos en algunos lugares, especialmente en torno a la mansión presidencial, aunque sin graves consecuencias. Ese mismo Jueves a las 10 de la mañana estaba contemplada una reunión de la Asamblea Nacional, para conocer un mensaje del Presidente Vásquez.  También se anunciaba que las cúpulas de todos los partidos en reunión,  escogerían al Ministro de Interior que asumiría el poder, tan pronto fueran aceptadas formalmente las renuncias de los ejecutivos palaciegos. El nuevo mandatario se desempeñaría en el cargo hasta que fueran elegidas las nuevas autoridades. En ese mismo periódico, se inserta la carta de fecha 25 de Febrero dirigida al Presidente del Senado, mediante la cual renuncia a su cargo, el Vicepresidente Alfonseca. El Presidente Vásquez se mantuvo todo el Miércoles en la mansión presidencial.

Se realizaron mítines y discursos en los parques Colón e Independencia donde los opositores a Vásquez hicieron duras críticas a su régimen. Rafael Estrella Ureña-en su condición de General en Jefe de las Tropas Revolucionarias-puso a circular un Manifiesto redactado en fecha 9 de Febrero, explicando los motivos que impulsaban la asonada golpista. Fuertes críticas se hacían al gobierno de Vásquez en materia de orden institucional, alegados manejos de la ley electoral, terquedad continuista, corrupción administrativa y dispendio de los recursos públicos. También se acusaba al régimen de  descuidar la agricultura, así como del  declive del comercio, la industria y las exportaciones.

Los Generales Estrella Ureña y Desiderio Arias arribaron  la capital ya “ocupada” por las fuerzas de la revolución, para integrarse a las negociaciones para arribar a acuerdos políticos. Fruto del encuentro del Presidente Vásquez con el Ministro norteamericano Curtis, se consensuaron los temas siguientes:

  • Proposiciones de los insurrectos para levantar el estado de guerra y la respuesta de Horacio Vásquez
  • Otorgamiento de garantías sobre las vidas, propiedades e intereses de los ciudadanos norteamericanos, así como de los pasos que debían hacer las partes beligerantes para hacer efectivas dicha responsabilidad.
  • Prohibición del ingreso de civiles armados a la Fortaleza Ozama y que este recinto se mantenga ocupado por las fuerzas regulares del Ejército Nacional.
  • Que los revolucionarios no ocupen la Mansión Presidencial y que designen dos oficiales de la revolución para que en su representación, impidan el ingreso de civiles armados a dicha vivienda.
  • La Mansión continuaría custodiada por oficiales del Cuerpo de Ayudantes y efectivos del ejército.
  • El Presidente Vásquez continuaría en la Mansión Presidencial protegido por las garantías que acordaron ofrecerse recíprocamente ambas partes contendientes.
  • Se dispuso prohibir la venta de bebidas alcohólicas para evitar confusiones lamentable
  • Las partes manifestaron su disposición para evitar situaciones que se traduzcan en conflictos y pérdida de vidas.

Como consecuencia de estos acuerdos, el Listín Diario del Jueves 27 de Febrero de 1930, inserta en su primera página una comunicación de José Dolores Alfonseca de fecha 25 de Febrero,  dirigida al Presidente del Senado, mediante la cual renuncia al cargo de Vicepresidente de la República. Estrella Ureña es designado Secretario de Estado de Interior y Policía y queda allanado el camino para su ascensión a la Presidencia.

14-En los días siguientes hubo cierta inestabilidad y ocasionales conatos de violencia, que fueron rápidamente sofocados. En la capital, Santiago y otros lugares se escuchaban tiroteos esporádicos y uno que otro cañonazo.

15-El Lunes 3 de Marzo del 1930 Rafael Estrella Ureña Tomó posesión ante la Asamblea Nacional como Presidente de la República. Previamente el Presidente Vásquez, le había nombrado Ministro de Interior y Policía, cargo que le permitió escalar a la primera magistratura del país, al producirse la renuncia del Presidente Vásquez y el Vicepresidente Alfonseca. El cuerpo diplomático, funcionarios gubernamentales, legisladores y  religiosos estuvieron presentes en el Palacio del Congreso para la ocasión.

16-La crónica del Listín Diario correspondiente al Martes 4 de Marzo del 1930 destaca que “Desde ayer Lunes 3 de Marzo, a las 10:43  de la mañana,  los destinos de esta Nación dominicana han quedado regidos por el Lic. Rafael Estrella Ureña, quien en ese momento levantó la diestra y pronunció el juramento de la Constitución, por ante la Asamblea Nacional, asumiendo la Presidencia de la República Dominicana”.  El Presidente del Senado, Lic. Gustavo A. Díaz, pronunció un valeroso y fuerte discurso de reafirmación horacista, el cual finalizó con las palabras siguientes: “Si respetais y defendeis la libertad del pueblo; si el voto es libre y lo es el ciudadano; si cumplís con fidelidad el juramento que acabais de prestar, contad con nuestro apoyo, con nuestra cooperación y nuestro aplauso. Permitidme, Señor Presidente, expresar mi esperanza de que os haréis digno de ello”.

17-Horacio Vásquez y José Dolores Alfonseca salieron hacia Puerto Rico en el vapor Coamo. El Listín Diario señalaba que  “El viaje fue dispuesto a última hora como asunto resuelto, y debido a esa circunstancia, se anunció  con poca anticipación y escasa seguridad”. Por la rapidez de la salida, sólo pudieron estar presentes en el puerto legisladores, amigos de las dos familias y dirigentes del Partido Nacional. El 9 de marzo del 1930 el Listín anunció el retiro de  Horacio a la candidatura presidencial por su partido.

El 18 de Marzo, retornó al país Alfonseca, el cual fue recibido por una gran multitud. Vino a dirigir los trabajos electorales del partido.

CAMPAÑA ELECTORAL DE 1930

-Abierta la campaña electoral, se unieron las fuerzas de Horacio Vásquez y Federico Velázquez, formando la Aloanza Nacional Progresista, a partir de los nombres de sus respectivas organizaciones políticas. Por su parte el grupo de Estrella  Ureña, Trujillo y Desiderio Arias, formó su bloque con Trujillo como candidato bajo un conglomerado de partidos, que con el decidido apoyo del ejército nacional, los síndicos y del Gobierno, fue paulatinamente arrinconado la candidatura opositora que encabezaban Federico Velásquez y Ángel Morales.

Estrella Ureña en estos comicios jugó un fino juego político. En el papel parecía ser un estadista liberal, sin aparente preferencias partidarias. Fue un gran simulador maquiavélico. El 15 de Abril de 1930 en comunicación al Secretario de Justicia -Cayetano Armando Rodríguez- le instruía no perseguir periodistas, escritores y políticos que le atacaran. Sin embargo, al día siguiente al recibir una comunicación del Presidente de la Junta Central Electoral sobre denuncias de atropellos de la guardia contra la  Aloanza Nacional Progresista en todo el país, manifestaba que “tan pronto los militares se retiraban a sus cuarteles, surgían bandas armadas”, razón por la cual los efectivos debían seguir con sus “actividades de prevención”. Es decir debían continuar con los registros, golpizas, apresamientos  y hasta asesinato de opositores.

En Santiago, Barahona, la capital y otras demarcaciones, se producían todo tipo de barbaridades y abusos contra los partidarios de Horacio Vásquez y Federico Velásquez. Las manifestaciones aliancistas eran tiroteadas a plena luz del día. Efectivos militares vestidos de civil mantenían en zozobra la población. Armados y envalentonados, nada parecía detener sus provocaciones y tropelías. Debido a la escalada represiva, y el control de la Junta Central Electoral por testaferros gobiernistas,  la Alianza Nacional Progresista se retiró de la contienda electoral el 15 de Mayo de 1930, un día antes de los comicios. Con esta ofensiva cívico-militar, se impuso la candidatura de Trujillo con Estrella Ureña como Vicepresidente.

Trujillo toma posesión de la presidencia el 16 de Agosto de 1930, pero la maquinaria de terror que creó para amedrentar sus contrarios, se convirtió en un poderoso aparato criminal que tiñó de sangre la geografía nacional.

Al  aparato represivo montado por Trujillo, vinieron a reforzarlo un conjunto de Decretos y disposiciones dictadas con motivo del ciclón de San Zenón del 3 de septiembre de 1930.  El incipiente Dictador aprovechó esta tragedia, para centralizar aun más el poder.

COLOFON

El Golpe de Estado del 23 de febrero de 1930  fue el resultado de una cuidadosa conspiración cívico-militar, donde el viejo y enfermo caudillo Horacio Vásquez sufrió una derrota histórica. El manto de hormigón que colocaron los trujillistas  sobre su memoria, su gobierno y sus acciones, aún se mantiene. A pesar de que el Chacal de San Cristóbal fue ajusticiado hace 50 años,  todavía se mantiene levantado el muro de silencio contra Horacio. Es paradójico que muchos de los que estimularon al caudillo mocano a reelegirse, se convirtieran luego en fervorosos continuistas del trujillismo. Más sorprendente es aún, que los  hijos, nietos y biznietos de estos soldados contra la democracia, continúan reciclándose.

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