Yo soy yo y mis ambiciones

Con esto quiero parodiar a un ilustre pensador, filósofo, político y ensayista llamado José Ortega y Gasset, quien acuñó una frase muy célebre que todos conocemos.

«Yo Soy yo y mis Circunstancias», dejando en claro que el hombre siempre se coloca donde las “Circunstancias” lo sitúen.

Se refería Ortega y Gasset a circunstancias políticas, sociales, culturales y todas esas circunstancias estuvieron dentro de la teoría del Perspectivismo y de la razón vital, no así centradas en sus propias ambiciones personales.

Yo,  que pretendo ser un observador imparcial de las circunstancias, de todos, de las mías y de las de usted, me atrevo a parodiar ese pensamiento positivo de un hombre estudioso de las situaciones  políticas, culturales y racionales del momento político que nos toca vivir.

Actualmente todos nos definimos como imparciales, honestos, éticos, solidarios e identificado con las causas de los demás, pero nos colocamos donde nuestras ambiciones nos  den beneficios particulares.

Es posible que haya un libre albedrío, el que nos permita escoger a nuestra manera de ver las cosas y que hasta en las promesas divinas está establecido tal prerrogativa.

Pero hasta dónde nos condenaríamos si escogiéramos lo que está establecido de ante mano como lo correcto o incorrecto. Ahí nos tropezaríamos con un concepto filosófico establecido por Ortega y Gasset. Yo soy yo y mis circunstancias.

Lo entiendo de ese modo porque si nos vamos a nuestro libre albedrío establecido en las promesas cristianas de escoger lo que las religiones entienden como correcto, nos  «salvaríamos”, pero si nos apegamos al concepto de Ortega y Gasset, Yo y mis Circunstancias, de seguro que  nos condenarían (no nos condenaríamos).

A los grandes hombres, esas circunstancias de que hablo Ortega y Gasset, los colocan siempre  justamente en el devenir circunstancial de la realidad, pero una realidad ajustada a normas y principios nobles, no a ambiciones personalistas y no en sus propios conceptos. Yo soy yo y mis ambiciones.

Ambiciones que  siempre  surgirán de la necesidad de llegar a alcanzar poder político, beneficios políticos y otras tantas prebendas que ante los ojos de quienes lo siguen resultan odiosas y molestosas.

Me explico: Soy pensante, ético, moral, coherente y hasta honesto, pero las circunstancias, mis circunstancias siempre me colocan del lado de los beneficios  personales, del dinero del poder, aún hiriendo las circunstancias reales donde los que nos siguen quisieran vernos.

Aterrizando y dejando por un momento el concepto de perspectivas y circunstancias, me atrevería a asegurar que  en esta sociedad estamos llenos de ambiciosos, trepadores, engañadores, simuladores y falsos pensadores de las doctrinas del bien común.

Armamos un proyecto, supuestamente social ajustado a las circunstancias de vulnerabilidad de las mayorías, pero en el primer momento lo vendemos al poder político a los mismos que nos tienen sumidos en esas vulnerabilidades que hemos  visualizado.

O, sencillamente nos codeamos con los tradicionales enemigos  de las clases  vulnerables y hasta nos tomamos  fotos abrazados con ellos en demostración real de que solo hemos sido los simuladores que hemos exhibido pensamientos de vida de seres extraordinarios y los desvirtuamos.

Yo soy yo y mis Circunstancias, de ese ilustre pensador  de la corriente del Perspectivismo, lo desvirtuamos con nuestras acciones y manifestaciones dejando salir con mis maneras y manías mis verdaderas circunstancias y preferencias: Yo soy yo y mis ambiciones

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