Y el Régimen Contributivo Subsidiado?

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Hay una pata en la mesa del Sistema Dominicano de Seguridad Social que no acaba
de asentarse: aquella prevista para los trabajadores del régimen contributivo
subsidiado.
Son personas productivas que no tienen empleadores formales quienes aporten su
contribución correspondiente a la cuota de afiliación al sistema.
Son muchas familias dominicas y también merecen.
Las ARS privadas no pueden manejar esta población vistos los márgenes en que se
mueven.
Y también continuar haciéndonos los locos y dejándolos sobrecargar al régimen
subsidiado no es justo ante un gobierno con tantas demandas por cumplir con sus
magros ingresos.
Pero verlos sacrificarse liados hasta el cuello para ir a pagar como pacientes
privados !eso parte el alma!
Presidente, podemos hacer algo?
Pienso que Salud Segura y su red de prestadores por su menor costo per cápita
de pacientes puede ser el lugar idóneo donde depositar ese grupo de
población
Claro que con una reingeniería de sus objetivos, filosofía y metodología de
servicios
Podríamos ver allí a choferes taxistas, peluqueras independientes y
trabajadores de difícil filiación como el servicio domestico y los trabajadores
rurales y tantos dominicanos más que lo deseen. Es cierto
que la confrontación de los diversos sistemas elaborados por el espíritu de los
hombres puede ser útil al psicólogo, y ahí está su verdadero valor objetivo.
Pero en cuanto a salir del tema y alcanzar los hechos, objetos de la ciencia
sociológica, y más especialmente de la criminología, no debería considerar este
método. “Hasta el presente, la sociología mas o menos exclusivamente
tratado, no cosas sino conceptos”.

También, volviendo a la cuestión inicial: ¿Que es el
crimen? Debemos resueltamente descartar la segunda pregunta explicitando falsa
y peligrosamente la primera: ¿Cual idea es preciso hacerse?

Nuestra resolución es tomada y bien tomada. No
confundiremos más los hechos con nuestras maneras de apreciarlos.

Más deseos personales erigidos en formulas generales.

Ambas nuestras opiniones abordaron el mejor, nuestras
convicciones más firmes qué no vienen de una fuente que no sea nosotros mismos.¿Y qué haría nuestra ingenuidad, si le pedimos a
nuestro favorito «tabula rasa íntimo», sobre la vida y sus diversas
manifestaciones, las luces que han salido de ella misma, y no la vida, fuente
común de ideas?

¿Qué es el crimen? Es el estudio del criminal que
enseñamos. ¿Pero cuál criminal? Aquí tenemos sólo la vergüenza de elección.¿Lo cual no es un delito a una persona? Basta que un
oriental pase a Occidente o que un hombre de color venga a Europa para que los
puntos de vista se reviertan y que el honesto hombre se vuelva malo. Es
necesario pues que nuestra observación, para ser verídica y verdaderamente
solida, se extienda a todo el Universo; pero entonces, un nuevo orden de
dificultades surge. Si se ha podido decir: “Verdad Deca de los Pirineos, error
en el pasado o en el futuro? E incluso si me hubiera examinado uno por uno a
todos los criminales en mi tiempo, mi trabajo no es necesariamente breve y
temporal?

Es así que un método científico verdaderamente sincero
y desinteresado abre al sociólogo, sea cual sea el objeto de sus
investigaciones, un inmenso campo de observación, y, digámoslo, un horizonte de
trabajo ilimitado.

Es a tomar o dejar. Libre que invertir la perspectiva
y pretende mantener la pirámide en equilibrio, con la punta hacia abajo. Es la
universal realidad que enriquecerá nuestro espíritu o es nuestra razón aislada
que, orgullosamente e ingenuamente a la vez, pretenderá dictar un mundo que no
sabe el nombre de puntos de vista y sistemas que pueden tener valor como que
les da vida. Buena leche nervudo y fuerte «, luchamos nuestra enfermera, o
qué no reconocemos que la vida viene de la misma y el secreto de la salud fue
la?La tentación es fuerte y es una
de las formas, la más alta sea, la eterna lucha. No se actúa solo y no se
piensa solo. Si quiero actuar sin conocer el medio donde mi brazo va a
extenderse, este será aplastado tarde o temprano por las fuerzas adversas
desconocidas.

Si pretendo explicar el mundo sin conocerlo o
conociéndolo parcialmente, mi pensamiento no será sino una idea más yendo a perderse, rápido disuelta, en el mundo de las ideas.
Es necesario escoger y elegir y luchar resueltamente á todo, para encontrar
algo. Por lo tanto, la repetición de la pregunta que fue el punto de partida de
estas reflexiones:¿Que es el crimen? Respondernos
ahora: Pregunte a la vida real en todo momento y en todo lugar.

Sin embargo, sigue habiendo una medida de precaución.
Nuestro objetivo es tener la vida real, ¿cuáles son los caracteres
constitutivos del delito, para llegar á desentrañar las causas y encontrar los
remedios. Pero ¿qué pasa con la investigación se debe hacer? El gran peligro
parece ya se ha informado en cada paso. Todavía no podemos ver todo,
escudriñando todo toda la mirada.Necesitamos un hilo.Buscar la delincuencia en el nombre de tan grande que puede ser
cualquier definición ideal, es caer en el error evitado una primera vez y todo
tiene que ser hecho de nuevo.Pero la definición del delito, conforme a lo dispuesto en la exitosa
fórmula de Durkheim, «no la función de una idea de la mente, sino de
propiedades que son inherentes a él,» entonces se puede lograr el objetivo
deseado.

Y puesto que el pensamiento de ese sociólogo se impone
tan imperiosamente desde el comienzo de esas reflexiones, que nos sea permitido
tomar prestado de él, al menos provisionalmente, su definición.

“Constatamos la existencia de un cierto número de
actos que presentan todos ese carácter exterior que, una vez realizados, ellos
determinan de parte de la sociedad esta reacción particular que se llama la
pena. Hacemos un grupo sui generis, que nos imponemos un tema común, que
llamamos delito cualquier acto punible y la delincuencia y hemos definido el
objeto de una ciencia especial, la criminología. (El método sociológico).

Es cierto que en descartando desde los comienzos toda
opinión preconcebida sobre el fondo intimo y distinguiendo los hechos a
estudiar por un carácter puramente exterior sobre el cual nadie puede diferir,
se coloca ante sí un objeto bien neto, bien preciso, en el cual el merito
esencial es de ser ante tod un objeto.

Las precauciones esenciales se toman ahora. El objeto
de estudio existe, en los contornos detenidos: son los actos castigables. Sobre
su naturaleza, no más luz que Descartes sobre el hecho del pensamiento, cuando
este elemento indivisible y primordial detenía, como una barrera, su duda
metódica”. Sobre la evolución de sus caracteres, sobre la manera en la cual los
diversos legisladores los han comprendido o habrían debido comprenderlas, en
las diferentes épocas, bajo todas las latitudes, diferencias y
contradicciones.

Lo que no varía, es el carácter exterior común a todos
que tomamos como base de nuestras investigaciones.

Renunciando resueltamente a ir de las “ideas a las
cosas”, quizás iremos mas seguros “de las cosas a las ideas”.

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